La relación de México con EU iniciará una nueva etapa bajo el segundo mandato de Donald Trump, quien arrasó en las elecciones presidenciales.
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Jennifer Olvera
Tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la relación con México entrará en una nueva etapa.
En su primer periodo, de 2016 a 2020, Trump mantuvo sus promesas de campaña de implementar la deportación masiva más grande en la historia de Estados Unidos —un millón de personas al año, según él. Además de extender el muro fronterizo y renegociar acuerdos comerciales con México.
El Índice de Riesgo Trump, publicado por la unidad de inteligencias del grupo The Economist, posiciona a México como el país que más riesgos enfrenta ante las políticas del candidato.
La amenaza de endurecer la política migratoria
Para Manolo Préstamo, investigador migratorio y miembro del Programa de Jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), independientemente de quién ganara las elecciones, los estadounidenses quieren ver una reducción en la llegada de migrantes a su país.
“La mayoría del electorado estadounidense está convencido y comparte la visión de que Estados Unidos necesita fronteras más seguras, más estrictas y que necesitamos frenar la migración porque en Estados Unidos y México, como lo vemos en nuestra frontera, hay una crisis humanitaria y nadie se está haciendo responsable”.
En su tercera ocasión compitiendo por la presidencia, Trump mantuvo la migración como tema central de su campaña. Además de la prometida deportación masiva, el candidato republicano propuso desplegar militares en la frontera sur para detener a personas migrantes.
En contraste a estas propuestas, el expresidente también se comprometió a otorgar automáticamente una green card, o tarjeta de residencia, a extranjeros graduados de universidades estadounidenses.
Préstamo advierte que la política migratoria de Estados Unidos con México seguirá endureciéndose, como lo ha hecho desde 2021 bajo la administración de Joe Biden.
“Ya venimos de una reforma que fue impulsada por el presidente Biden y por la vicepresidenta Kamala Harris. Era una reforma que involucraba reforzar la frontera, construir más muro fronterizo, apoyar con más recursos a la patrulla fronteriza, darle más poder al presidente para cerrar la frontera si llegaba a tal número de encuentros en la frontera. Hay un consenso en Estados Unidos de que se tiene que agravar la política de migración en ambos países”.
Combate al fentanilo
La cooperación en el combate al tráfico de fentanilo seguirá siendo una de las principales estrategias de seguridad. Así lo afirma Estefanía Cruz Lera, investigadora adscrita al Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN). De acuerdo con su análisis, los componentes esenciales del opioide será el principal activo que perseguirán las autoridades.
“Una de sus características es que se puede producir en un pequeño laboratorio improvisado, inclusive en un garaje de una casa. Ya no es que los cárteles mexicanos estén enviando grandes cantidades de mercancías a través de narcotúneles, submarinos, como habíamos visto en otras épocas, sino que ahora son cantidades minúsculas de estos componentes esenciales que pueden conseguir en Estados Unidos. Eso es lo que lo hace muy lucrativo, el tráfico de fentanilo.
Esa va a ser la estrategia de Estados Unidos: apuntar a México, independientemente del candidato, a que no hay un control de los componentes esenciales para fabricar fentanilo y que estos vienen principalmente de China; empezar a atacar el comercio, esta creciente relación comercial entre China y México, a partir del descontrol que se tiene de los componentes químicos”.
Proteccionismo comercial
Trump también promovió políticas comerciales proteccionistas. Entre ellas, incentivar la producción nacional y una competencia comercial con China.
Una de las principales propuestas de campaña de Trump fue imponer aranceles de entre 10% y 20% a todos los bienes importados de ese país, de México y de otros países clave.
“Lo que sí vamos a ver es un crecimiento a los aranceles, principalmente de productos mexicanos que tienen alto grado de componentes chinos. Es una cosa que hemos visto. Se ha intensificado la relación comercial, en particular las exportaciones de México hacia Estados Unidos, pero mucho de esto ha sido triangulado por elementos que vienen de China y que solamente son ensamblados en México”.
China se mantendrá alerta por la revisión del T-MEC en 2026, debido a que algunos productos, como señala Cruz Lera, podrían dejar de ser tratados como mexicanos.
Manolo Préstamo agrega que hay otros actores en este sistema económico entre México y Estados Unidos, como productores, cámaras de comercio y uniones laboristas, que presionaron al entonces presidente Trump cuando impuso aranceles a distintos productos durante su administración.
“Esos candados al comercio, a la seguridad de nuestra relación, van a seguir existiendo. Vivimos en un contexto donde la integración económica de México, Estados Unidos y también Canadá es lo primordial en nuestras agendas trilaterales. Esta tendencia de que México se convirtió en el principal socio comercial de Estados Unidos va a seguir. Hoy en día se registra que nuestra relación, nuestro intercambio de bienes, alcanzó los 35 mil 200 millones de dólares. Lo que vemos es que esta relación va a seguir”.
De cara a la Copa Mundial de Futbol 2026, congresistas, senadores, gobernadores y otras figuras clave de ambos países apuestan porque la región sea más competitiva y más fuerte a nivel económico en todo el mundo.
“Ya hay mesas y paneles dedicados al mundial de 2026 organizado por la región. No es solamente una oportunidad para equipos de fútbol, comercio, hoteles, sino que forma parte de un contexto de integración económica de Norteamérica. Lo que ven estas figuras públicas clave es que el mundial es una ventana a impulsar y a acelerar este objetivo que tienen”.
En ese sentido, Préstamo concluye que la fuerte relación entre México y Estados Unidos, va a continuar.
“Nuestra relación bilateral va más allá de jefes de Estado. Si hay algo que ha mostrado la relación bilateral en los últimos ocho años es resiliencia y es saber adaptarse al contexto político de ambos países. Va más allá de candidatos políticos. La cooperación va a seguir”.
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