Guadalupe Correa-Cabrera, experta en temas de delincuencia organizada, se refirió al perfil de Genaro García Luna y al trabajo de la Fiscalía de Estados Unidos durante el juicio contra el exfuncionario mexicano.
Escucha a Guadalupe Correa-Cabrera, experta en temas de delincuencia organizada.
IMER Noticias
El trabajo de la Fiscalía de Estados Unidos en el juicio contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad, deja mucho que desear con la relación a la falta de pruebas que decían tener.
Así lo consideró Guadalupe Correa-Cabrera, experta en temas de delincuencia organizada y autora del libro “Las cinco vidas de Genaro García Luna”, en entrevista para IMER Noticias.
“Más de un millón de hojas que contenían evidencias, miles de grabaciones, por eso mismo se pospuso el juicio un par de veces desde que fue arrestado. Y no hemos nada de esas pruebas, solamente un pequeño número de testimonios de delincuentes confesos”.
En la recta final del juicio que se realiza en Nueva York, la especialista considera que el exfuncionario mexicano está confiado.
“No sabemos realmente si hubo un acuerdo tras bambalinas, hubo muchos tropiezos, pero si quisiéramos leer el lenguaje corporal me da la impresión de que Genaro García Luna llegó al juicio confiado y termina el juicio con la misma actitud.”
Correa-Cabrera recordó que García Luna era el personaje fuerte, la mano derecha, del expresidente Felipe Calderón en temas de seguridad y además consideraba como amigos a funcionarios de justicia y políticos estadounidenses.
“Él no se imaginaba de ninguna forma que él iba a sentarse en el banquillo de los acusados; él había acusado a muchos, había utilizado montajes, había utilizado toda la fuerza del Estado para presentarlas como él quería […]. Sus amigos finalmente lo arrestaron y lo están juzgando en la ciudad de Nueva York. Y él (está) en una cárcel de máxima seguridad.”
Finalmente, destacó que el juicio contra el exsecretario de seguridad federal es por narcotráfico, que es el tema que le interesa a Estados Unidos, y no por corrupción. Sin embargo, sorprende que durante el juicio no se ha mencionado nada sobre las agencias estadounidenses con las que él colaboró.
“Nos quedan más preguntas que repuestas, nos quedan muchas cejas levantadas, nos quedan mucho cuestionamiento hacia las agencias, hacia los políticos, hacia las autoridades estadounidenses que lo conocieron, que lo arroparon, que trabajaron con él por seis años directamente cuando él era la mano derecha del presidente en el tema de seguridad.
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