Migrantes esperan con temor e incertidumbre el regreso de Trump a la Casa Blanca, por sus promesas de deportaciones masivas y cierres de fronteras.
Escucha este especial con producción de Jorge Jaramillo.
Natalia Matamoros
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en Estados Unidos generó un ambiente de incertidumbre y temor entre las personas migrantes que se encuentran en los cuatro campamentos de la Ciudad de México.
Trump, conocido por sus políticas migratorias estrictas y su retórica contra la migración, ha dejado claro que uno de sus objetivos es implementar medidas más severas contra las y los migrantes irregulares.
Entre sus acciones propuestas destacan:
- Cierre de fronteras.
- Deportación masiva de migrantes que no han sido regularizados y con antecedentes penales.
- Posible cancelación de programas como CBP One y el Parole Humanitario, que actualmente permiten a los migrantes ingresar a Estados Unidos de manera regular.
La plataforma digital CBP One es un canal que creó Joe Biden para solicitar asilo en ese país. Mientras que el Parole Humanitario permite a grupos vulnerables,ingresar por razones humanitarias.
Propuestas de Trump aumentan precariedad de personas migrantes
La probable eliminación de estos programas incrementa el temor de que aquellos migrantes que aún no han logrado cruzar la frontera se vean atrapados en una situación aún más precaria, sin opciones viables para ingresar legalmente al país norteamericano.
María Flores, forma parte de una de las 300 familias que se encuentran en el campamento de la Colonia Vallejo. Ella también teme que sus esfuerzos por llegar a México resulten en vano, una vez que Trump llegue al poder.
Tiene tres meses de embarazo y dos hijos de 5 y 9 años. Relata que en su trayecto migratorio vivió dos secuestros en Tapachula por parte del crimen organizado, que le arrebató parte de sus ahorros.
Como pudo y con ayuda de otros compañeros de ruta que le tendieron la mano, llegó a la Ciudad de México. Allí solicitó la cita, pero aún no tiene respuesta. Cuenta que ya se han ido varias familias del campamento desesperadas a entregarse, aun cuando su cita no ha sido aprobada. Ella no asume el riesgo porque piensa en su seguridad y en la de sus pequeños.
“Es como todo porque hay muchas personas que han salido hacia la frontera. Pero también hay que pensar que hay muchas mafias en el camino y uno corre mucho riesgo de que secuestren, maten, malogren a uno. Uno se siente como triste pues por todo lo que uno ha vivido, todo lo que uno ha pasado y bueno resignación, pidiéndole a Dios que nos salga nuestra cita”.
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Otros están decididos a marcharse. En el campamento había un grupo de migrantes preparando sus cosas para irse en los próximos días hacia la frontera en “La Bestia”. No quieren esperar más pese a lo riesgoso de la travesía y del peligro de que los deporten por intentar cruzar de forma irregular.
En ese grupo se encuentra Gloria González. Lleva nueve meses en el país viviendo en un espacio diminuto construido con tablas, sin baño y sin otros servicios. Sobrevive porque su hijo consiguió un trabajo temporal en un autolavado.
También espera la aprobación de su cita por CBP One y confiesa que el tiempo corre y ya no quiere esperar más. Si en este mes la plataforma no le aprueba la opción de solicitar asilo, dice que se marchará los primeros días de enero a la frontera.
“Yo le estaba diciendo a mi hijo que si no nos salía la cita en todo este mes yo me iba a entregar a la voluntad de Dios. Si él no quería, que se quede, pero le dije, ‘yo así como me vine sufriendo por estos caminos, así puedo seguir a la voluntad de Dios, a un milagro de Dios’”.
Al temor por la posible cancelación de la plataforma CBP ONE, se suma la probable eliminación del corredor humanitario que hace unos meses estableció el Instituto Nacional de Migración para el traslado seguro de migrantes que tienen aprobada su cita, desde el sur de México hasta la frontera.
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Una vez que Trump tome posesión de su cargo, hay altas posibilidades de que imponga de nuevo el programa “Quédate en México”. Este plan consiste en que los migrantes sean regresados a este país para esperar respuesta a su solicitud de asilo.
A juicio de Sergio Luna, coordinador de incidencia de la Red de Organizaciones Defensoras de Personas en contexto de Migración Forzada (REDODEM), sería catastrófico para México, pues complicaría aún más la crisis de los albergues que durante este año se mantuvieron saturados.
También las rutas migratorias dentro del país, según Luna, se congestionarían porque se reportaría un estancamiento del flujo migratorio, entre ellas:
- La ruta hacia la frontera noreste (Ciudad Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros).
- La ruta del Pacífico (Agua Prieta, Nogales, San Luis Río Colorado, Mexicali y Tijuana).
- Ciudad de México.
Para Luna los mecanismos para controlar el paso de las caravanas migrantes se agudizarían, lo cual provocaría un aumento significativo en la incursión del crimen organizado.
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Según un estudio elaborado por la REDODEM, en los 23 albergues afiliados a nivel nacional que contempló entrevistas a la población migrante, 41% de los hombres manifestó que fue víctima de robo durante su paso migratorio, mientras que 46% de las mujeres comentó que fue blanco de extorsión.
Además, el 24% de la población femenina reconoció haber sido objeto de otros tipos de violencia en el trayecto, entre maltratos físicos, verbales e incluso abuso sexual por parte de miembros del crimen organizado y agentes de migración.
“También observamos como riesgo un incremento en la violencia y el tráfico de personas porque el endurecimiento de las políticas migratorias y el control migratorio no hacen más que beneficiar a las personas dedicadas al tráfico ilícito de personas y por supuesto que se incrementa la violencia en la frontera como en distintos puntos de México”.
Riesgo de deportación no es generalizado
Aunque las expulsiones masivas han sido el centro de las políticas migratorias de Trump, según el análisis del doctor Javier Urbano, investigador del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, no todos los perfiles de migrantes serán objeto de deportaciones inmediatas.
Aquellos que ya están en proceso de regularización, que tienen hijos nacidos en ese país y quienes llevan tiempo trabajando, pese a no tener una documentación, es difícil que sean retornados. Esto debido a que aportan al desarrollo económico y ya tienen un vínculo con el país.
“Si hay despidos masivos se va a afectar a la iniciativa privada, por tanto, muchos sectores empresariales, económicos, se van a ver en la necesidad de demandar, de litigar en contra del gobierno porque están perdiendo mano de obra en razón de una oferta que hace Donald Trump.
Donald Trump ha ofertado en forma indiscriminada una deportación masiva que no va a ser posible en los lapsos que plantea. Para que hubiera una deportación rápida, consistente y masiva, tendríamos que estar hablando de un sistema migratorio altamente eficiente, muy bien financiado, con una amplia estructura y con un personal masivamente contratado para generar estos procesos masivos de deportación”.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, destacó que uno de los puntos que pondrá sobre la mesa cuando se reúna con el equipo de Trump será la aportación a la economía estadounidense de la mano de obra mexicana.
“Cuando tengamos las reuniones con el equipo de trabajo de Trump, hablaremos de la importancia del trabajo que realizan las y los mexicanos en Estados Unidos, cuántos recursos pagan en impuestos, el trabajo que realizan que es de primera y la necesidad de los Estados Unidos de esos trabajadores, de esas trabajadoras.
Segundo, en caso de que hubiese deportaciones, vamos a recibir a las y los mexicanos y tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello en demostrar que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales que están del otro lado de la frontera”.
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Cerca de 100 organizaciones encabezadas por la organización Sin Fronteras IAP suscribieron una carta pública dirigida a la presidenta Sheinbaum y al Secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, para que se preparen ante una ola de expulsiones, no solo de mexicanos, sino de otras nacionalidades.
Wendy Castro, representante de la organización, destaca que entre las propuestas está:
- Fortalecer el sistema de asilo, a través de la asignación de un presupuesto justo a la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado,
- Abstención de políticas migratorias centradas en la contención y militarización en la frontera sur.
- Diseñar una política bilateral de retorno seguro digno.
“Pedimos que se diseñe una política integral de migración y de asilo que se enfoque en la integración duradera en colaboración con las organizaciones de la sociedad civil. (…) Hablar de una integración duradera en territorio mexicano significa hablar de acceso a derechos como a la vivienda, a la identidad jurídica, a la educación, a la salud, al trabajo. Que todo esto les permita a estas personas en contexto de movilidad humana desarrollarse dignamente”.
Las decisiones que Trump y su gabinete tomarán en los próximos meses definirán el futuro de millones de migrantes que ven en Estados Unidos no sólo un refugio, sino una oportunidad para una vida mejor. La pregunta que queda es si la nación norteamericana podrá reconciliar su visión de fortaleza con su histórica tradición de apertura y acogida.
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