Lo primero que haré cuando tenga las dos dosis será irme a la playa con mi novio, dice Karen, de 23 años, tras recibir la vacuna en la Gustavo A. Madero.
Alondra Reséndiz
Con sombrillas, gorras y papeles que los protegieran del sol, adultos de 18 a 29 años esperaron el martes 27 de julio en los alrededores de la Escuela Nacional Preparatoria No. 9 “Pedro de Alba”, en la alcaldía Gustavo A. Madero, para aplicarse la primera dosis de la vacuna contra el covid-19.
Alrededor de las dos de la tarde, seis mil personas conformaban largas filas que llenaban los patios de la preparatoria y que incluso llegaban a la salida de la estación del metro Deportivo 18 de Marzo, por lo que el tiempo de espera para recibir una dosis de la vacuna Sputnik V era entre una hora y hora media.
Karla, de 22 años, como otras personas en la fila, iba con un grupo de amigos. Se encontraba recorriendo la larga ruta hacia la entrada cuando dijo que estaba ansiosa por la aplicación.
“Cuando llegué no creí que había tanta fila y la cantidad de tiempo que hemos estado aquí es increíble, llevamos una hora y todavía estamos lejos de la sede, pero esperamos que ya nos puedan vacunar. Llevo esperando la vacuna psicológicamente todo el año”.
La afluencia de este martes, por lo menos en la alcaldía Gustavo A. Madero, representa una respuesta positiva al llamado de las autoridades capitalinas para aplicarse la vacuna y seguir con las medidas sanitarias, sobre todo el grupo de edad entre 18 y 29 años que ha registrado un aumento en los casos positivos de contagio.
Sin embargo, algunos jóvenes en la fila también comentaron que han acatado las medidas y se mantuvieron en encierro cuando fue posible. Han detenido sus planes y proyectos, pero esperan que después de ser inoculados con las dos dosis puedan retomar actividades y salir con menor preocupación.
Karen Cardoza, de 23 años, fue vacunada después de hora y media de espera, aunque adentro sólo tardó entre 15 y 20 minutos.
“Adentro todo fue muy rápido y todo estuvo superordenado. Yo creí que me iba a doler más porque soy muy cobarde, pero no, todo está muy bien. Lo primero que voy a hacer cuando tenga las dos vacunas es irme a la playa con mi novio”.
A diferencia de otros días, no hubo música en la bocina de la entrada, pues eran tantas las personas esperando que los organizadores tenían que vocear constantemente. La lista de música creada debido a la convocatoria del programa Ponte Pila Deporte Comunitario de la Ciudad de México, que tiene canciones del gusto de la generación de jóvenes, no se escuchó afuera.
En cambio se escuchaba a los organizadores, que también estaban bajo el sol, señalaban la ruta a seguir y acordonaban las áreas verdes para una mayor organización de la población. Madres y padres esperaban en los espacios que quedaron libres.
Madres y padres argumentaban que acompañaban a sus hijos para apoyar por cualquier inconveniente.