Si no generamos espacios de diálogo interdisciplinarios difícilmente podremos enfrentar con sabiduría y sensatez el futuro.
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IMER Noticias
Frente al repunte de los contagios de covid-19, la Dra. Clara Jusidman, presidenta honoraria de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social, INCIDE Social y miembro emérito del Seminario de Cultura Mexicana mencionó cinco efectos de largo plazo de la pandemia en la calidad de vida de las personas y las familias:
- Primero, destacar que se observa un retroceso en los avances alcanzados en materia en la igualdad sustantiva y en la realización de los derechos humanos de las mujeres. Existe un impacto diferenciado entre hombres y mujeres de la enfermedad y de las medidas sanitarias para enfrentarla; los primeros han sido más afectados por la propia enfermedad, pero los costos han sido mayores para las mujeres debido al encerramiento social, la pérdida de trabajo e ingresos, el aumento de las cargas laborales del personal de salud compuesto mayormente por mujeres, el colapso de los servicios de cuidado ofrecidos por el estado y el mercado, como son las escuelas, las estancias infantiles o los trabajos de ayuda doméstica por pago. La mayor responsabilidad del cuidado de las personas vuelve a recaer en las familias y especialmente, en las mujeres, agobiadas por prolongadas jornadas de trabajo.
- En segundo lugar, habrá un impacto de largo plazo en los servicios de salud debido a las secuelas que experimentan las personas afectadas por la COVID 19, así como de aquellas otras cuyos tratamientos fueron postergados al concentrase los servicios en la atención de la pandemia.
- Un tercer efecto de largo plazo será el difícil y lento procesamiento del duelo por la pérdida de familiares y amigos, del trabajo y los ingresos, del patrimonio y la seguridad económica o por el desalojo de las viviendas que dejan un lastre que tomará tiempo remontar, en la vida de las personas y de las familias.
- El enorme efecto en la salud mental por depresión, ansiedad, angustia, miedo y adicciones originado por la soledad, las pérdidas sufridas, el hacinamiento, el aumento de cargas de trabajo y de la violencia doméstica y por la ausencia de encuentros con amigos, familiares, compañeros de estudio o trabajo.
- Estamos siendo testigos de un ensanchamiento de la brecha digital que profundiza la desigualdad en el acceso a la educación, salud, recreación, e información. Afecta mayormente a los niños, niñas y adolescentes y a las personas mayores debido a la ausencia de señales de internet en una proporción importante del territorio nacional, por no contar con equipos o de recursos para acceder a esos servicios y por las dificultades para adquirir los conocimientos necesarios a fin de aprovechar el cambiante mundo digital.
Si no generamos espacios de diálogo interdisciplinarios para aprender sobre los efectos de lo que estamos viviendo, a partir de reconocer las realidades complejas y diversas que se presentan a lo largo del territorio nacional, en las diversas actividades económicas y de trabajo, en la forma en que son afectados los distintos grupos de edad, en la vida familiar o en el ámbito de los servicios públicos, difícilmente podremos enfrentar con sabiduría y sensatez el futuro.
La gran complejidad y diversidad de las problemáticas estructurales y emergentes que ha puesto en evidencia la pandemia, no pueden ser enfrentadas con programas únicos y homogéneos. Es urgente revisar las políticas y programas que se están aplicando e incorporar los cambios necesarios frente a la emergencia sanitaria, económica y social.
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