La comunidad LGBTIQ+ sigue enfrentando retos respecto al acceso a tratamientos de salud y atención médica.
Guadalupe Franco
A pesar de que en los últimos cinco años México ha transitado en mejorar el acceso a tratamientos y atención médica para la comunidad LGBTIQ+, en el país todavía 1.3 millones de personas que enfrentan una brecha al acceso a servicios de salud en instituciones públicas.
Así lo consideró Jeremy Cruz, fundador de la clínica Condensa, además, agregó que las personas de la comunidad LGBTIQ+ sufren hasta 33 actos de discriminación en una visita a los servicios de salud:
“Representan alrededor de 0.5 al 1% de la población, esto es 1.3 millones de mexicanos que no tienen ningún tipo de servicio porque las clínicas trans no se sienten preparadas para atender a la población no binaria.
1.3 millones de mexicanos que no pueden hacer trámites porque su identidad no coincide con la visión de hombre o mujer, 1.3 millones de mexicanos que si requieren una hospitalización no tienen áreas específicas, 1.3 millones de mexicanos que no tienen servicios simplemente por no ser hombres o mujeres”.
De acuerdo con el activista, la violencia, la discriminación y el rechazo a esta comunidad, aumenta el riesgo de mortalidad en un 3.5%. Igualmente, lamentó que en México persista una deuda histórica respecto al acceso de salud para este sector.
En ese sentido, Ana Lía García, directora general de Fundación IMSS, se pronunció por confrontar los sesgos al interior de instituciones de salud. Éstos impactan en las decisiones de tratamientos, distribución de recursos y la relación entre médico y paciente.
Por ello, es necesario poner en el centro los derechos de las personas de la diversidad sexual y grupos en situación de vulnerabilidad, afirmó Rodrigo Moheno, director general de la organización civil “México Vivo“.
“Tenemos que poner al centro a las personas y sus necesidades, en el caso muy particular de VIH, lo hemos visto, nos falta casi el 30% de personas que viven con VIH en ser diagnosticadas y principalmente esto es porque tienen miedo a acercarse a un servicio de salud o a un diagnóstico. Algo que también cambia a partir de hoy en México con la salida de la autoprueba a partir de la semana que entra”.
Por su parte, Álvaro Velarca, secretario general de la Conferencia Interamericana de Salud Social (CISS), señaló los rezagos que aún enfrenta México en materia de diversidad e inclusión desde una perspectiva de salud:
“México había tenido unos ciertos rezagos en muchos de estos temas que no facilitaban la detección, accesos a tratamientos y por eso muchas personas abandonan sus tratamientos, en fin. Me parece que desde hace cinco años, al menos, el Estado mexicano manda esa señal y nos quiere decir a todo el mundo que pues no sé cómo fue, qué tan al día me puse antes pero hoy sí me estoy poniendo al día.
Sin duda normativamente, legalmente, en cuanto a las guías y a todos los instrumentos o la facilidad de llevarlos en sus tratos médicos los tratamientos a las personas”.
Ante esta situación, el consumo de sustancias psicoactivas es mayor en personas de la comunidad de la diversidad sexual. Por esa razón, llamó a fortalecer el acceso a la salud y servicios psicológicos en México para este sector.
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