Los seres humanos tenemos una “farmacia” propia y natural, que cobra relevancia ante la resistencia a los antibióticos. Tal resistencia podría causar millones de muertes en los próximos años.
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Los seres humanos tenemos una “farmacia” propia y natural, que cobra relevancia ante la resistencia a los antibióticos. Tal resistencia podría causar millones de muertes en los próximos años.
Una investigación dirigida por el español César de la Fuente, premio Princesa de Girona de investigación científica y profesor de bioingeniría en la Universidad de Pensilvania, logró identificar dos mil 603 moléculas producidas por el organismo de forma natural que tienen capacidades antibióticas.
El equipo de científicos descubrió esa cantidad de péptidos. Se trata de moléculas formadas por aminoácidos o una especie de proteínas pequeñas. Estas cuentan con funciones biológicas que no están relacionadas con el sistema inmunológico. Sin embargo, poseen actividad anti infecciosa.
La investigación, que ya fue publicada en la revista Nature Biomedical Engineering, recurrió a la inteligencia artificial. Mediante un algoritmo fue capaz de localizar en el enorme campo de las proteínas los péptidos con capacidad de atacar a las bacterias patógenas, modular aquellas con funciones básicas en la colonia intestinal y con potencial anti infeccioso.
“Hemos encontrado miles nuevos potenciales antibióticos denominados péptidos encriptados”, declaró De la Fuente a El País. Detalló que muchos de ellos los encontraron no solo en el sistema inmune innato, que es donde se asume es posible encontrar este tipo de moléculas, porque son las que nos permiten defendernos de invasores patógenos, sino también en los sistemas nervioso, cardiovascular o digestivo.
“Esto nos lleva a pensar que la respuesta inmunológica por parte del huésped, en este caso del ser humano, contra las infecciones no depende solo del sistema inmune”, afirmó el investigador.
El algoritmo identificó 43 mil péptidos con las características que buscaban. Del total localizado, se seleccionaron los dos mil 603 que mejor respondían a los parámetros requeridos.
Para validar las funciones antimicrobianas, 55 de ellos fueron sintetizados y expuestos a ocho patógenos diferentes, incluyendo E. coli y bacterias que causan infección por estafilococos y neumonía.
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