La ONU advierte que el uso desmesurado y sin medidas de seguridad de la inteligencia artificial podría poner en riesgo nuestros derechos
José Andrés Velázquez
Es un hecho que la inteligencia artificial (IA) ocupa cada vez más espacio en el mundo. Desde asistentes inteligentes en nuestro teléfono hasta automóviles que manejan sin la necesidad de un conductor.
Sin embargo, no todo es positivo. Las Naciones Unidas (ONU) advierten que la inteligencia artificial están poniendo en riesgo, en muchas ocasiones, nuestros derechos.
En este sentido, un informe de la ONU revela “las innegables y crecientes repercusiones de las tecnologías de inteligencia artificial en el ejercicio del derecho a la intimidad y otros derechos humanos”
“Ningún otro desarrollo tecnológico de los últimos años ha capturado la imaginación del público más que la inteligencia artificial. De hecho, estas tecnologías pueden ser una tremenda fuerza para el bien, ayudando a las sociedades a superar algunos de los grandes desafíos del momento actual. Sin embargo, estas tecnologías también pueden tener efectos negativos, incluso catastróficos, si se implementan sin tener suficiente en cuenta su impacto en los derechos humanos”
Discriminación automática
Durante la pandemia, las IA se han utilizado para marcar a las personas como potencialmente infectadas o infecciosas, lo que les exige aislarlas o ponerlas en cuarentena. Los sistemas utilizados para la asignación predictiva de calificaciones dieron como resultado resultados que discriminaban a los estudiantes de las escuelas públicas y los vecindarios más pobres.
En este contexto, el Secretario General, António Guterres, hizo hincapié en que los avances en las nuevas tecnologías “no deben utilizarse para socavar los derechos humanos, profundizar la desigualdad o exacerbar la discriminación existente.” Resaltó que la gobernanza de la IA debe garantizar la equidad, la responsabilidad y la transparencia.
Derecho a la privacidad
El informe apunta que “muchas inferencias y predicciones afectan profundamente el disfrute del derecho a la privacidad, incluida la autonomía de las personas y su derecho a establecer detalles de su identidad.” También plantean muchas preguntas sobre otros derechos, como el derecho a la libertad de pensamiento y opinión, así como el derecho a la libertad de expresión.
Asimismo, los avances en la tecnología de reconocimiento biométrico han provocado que la policía y otros organismos de seguridad aumenten considerablemente su uso.
“El reconocimiento biométrico a distancia aumenta drásticamente la capacidad de las autoridades estatales para identificar y rastrear sistemáticamente a las personas en los espacios públicos, lo que socava la capacidad de las personas para llevar a cabo su vida sin ser observadas y tiene un efecto negativo directo en el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión, de reunión pacífica y de asociación, así como a la libertad de circulación”
¿Qué se puede hacer?
“No podemos seguir reaccionando tardíamente a los efectos de la inteligencia artificial”. Así lo dijo la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ante el riesgo del uso desmesurado de estas tecnologías.
Asimismo, Bachelet planteó una serie de recomendaciones en el uso de inteligencias artificiales tanto para Estados como para empresas:
- Hacer todo lo posible para cumplir con su responsabilidad de respetar todos los derechos humanos. Incluso mediante la plena aplicación de los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos
- Intensificar sus esfuerzos para luchar contra la discriminación vinculada a su desarrollo, venta o funcionamiento de sistemas de inteligencia artificial. Entre otras cosas, realizando evaluaciones sistemáticas y supervisando los resultados de los sistemas y los efectos de su despliegue
- Tomar medidas decisivas para garantizar la diversidad de la mano de obra responsable del desarrollo de la inteligencia artificial
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