Expertos destacan que el regreso de Trump implica un probable endurecimiento en políticas migratorias y comerciales.
Natalia Matamoros
Las elecciones de 2024 en Estados Unidos, marcadas por un ambiente de alta polarización, dieron el triunfo a Donald Trump frente a Kamala Harris.
En este contexto, las relaciones entre México y Estados Unidos pueden enfrentar desafíos significativos en materia de migración y seguridad.
Según un análisis del Colegio de la Frontera Norte (COLEF), el regreso de Trump implica un probable endurecimiento en políticas migratorias y comerciales que impactarán directamente en la frontera y la economía mexicana.
Expertos destacan que la ideología de “trumpismo” sigue vigente y podría influir en temas como la seguridad fronteriza y las políticas de deportación masiva, afectando a la comunidad migrante.
Por esta razón Víctor Espinoza, presidente del COLEF, manifestó la necesidad que desde la academia sea reforzada la lucha por los derechos de las comunidades mexicanas que intentan regularizarse en los Estados Unidos y los de otras nacionalidades que aspiran ingresar de forma regular, a través de la plataforma del CBP One.
“Uno de estos líderes, Jorge Mujica, de las organizaciones de Chicago, por ejemplo, escribía ‘si esto sigue así’, es decir, el resultado se concreta, como ya se concretó prácticamente, dice ‘desde la mañana, tempranito a reforzar la lucha por los derechos y la defensa de las comunidades trabajadoras inmigrantes’.
“Tienen claro que es un gran desafío, que no va a ser fácil, que hay que redoblar los esfuerzos. No solo las repercusiones para los que vivimos de este lado, en México, sino para estas comunidades que tenían cierta expectativa de una regulación, la promesa de Kamala era, si reforzar la frontera a cambio de una regularización; esto no existe en el discurso de Donald Trump”.
Demócratas encabezaron expulsiones
Aun cuando en reiteradas oportunidades durante su campaña, Trump habló sobre deportaciones masivas de migrantes que ingresen de forma irregular, a juicio del catedrático Iván Hernández, esas declaraciones no pueden tomarse como un hecho, pues históricamente los presidentes demócratas son los que han encabezado las cifras de expulsiones.
Destacó que en la era de Obama y Clinton se contabilizaron más de un millón 600 mil expulsiones de migrantes anuales, mientras que en su primer mandato Trump apenas deportó 500 mil personas al año. Se espera que existan más deportaciones de migrantes de otras nacionalidades que de mexicanos, pues los connacionales que intentan entrar a territorio estadounidense se han reducido y ya no representan la mayoría.
“La política migratoria, vamos a esperar quizás esta radicalización de la que ya estaba hablando, de estas deportaciones masivas de las que se hablaban en los debates.
“Pero también, insisto, una cosa es el discurso durante la campaña y otra cosa ya es cómo en la primera administración de Trump se matizó mucho más el tema de la deportación y después hacíamos cuentas y resultaba que en algunos gobiernos demócratas había habido más deportaciones que en el gobierno de Trump”.
Preocupación por políticas militares
Por su parte, Mónica Serrano en representación del Colegio de México, manifestó su preocupación porque Trump ha calificado a los grupos del crimen organizado como organizaciones terroristas, lo cual abriría la puerta a medidas de índole militar.
Los demócratas, en cambio, aplicaron otros procedimientos. Su discurso se basó en impulsar el trabajo de cooperación e inteligencia binacional para capturar a estos grupos que trafican armas y droga.
Al respecto, México podría encontrarse en una situación complicada al intentar balancear su cooperación en temas de tráfico de drogas con una postura que proteja la soberanía y los derechos de los migrantes mexicanos.
Para Serrano hay una seria amenaza en esta nueva administración de Trump sobre la implementación de una política de salud pública que acepte la realidad de una población estadounidense, víctima de la adicción.
“Lo que está en amenaza y, es algo que afecta a México profundamente, es lo que de manera muy moderada y tímida habían iniciado en la administración Biden, que es el reconocimiento de que una política que atendiera la demanda y, sobre todo, aceptara la realidad de una población muy significativa de estadounidenses que son víctimas ya de la adicción, pudiera ser atendida.
“Por primera vez en la historia de Estados Unidos se había nombrado a un médico como el ‘Zar de drogas’, se echaron a andar medidas para, desde el punto de vista de la demanda y de la aceptación de estas realidades, hacer un giro en la política hacia una política de salud pública”.
Los expertos subrayan la importancia de una preparación adecuada en México frente a posibles cambios en políticas comerciales y migratorias, ya que ambos temas fueron pilares en el discurso de Trump. La administración mexicana deberá enfocarse en fortalecer la cooperación binacional y la protección de los derechos de los migrantes y garantizar la seguridad.
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