Los futuros médicos y médicas realizan su servicio social alejados de sus familiares y en condiciones de riesgo para su integridad como personas.
Montserrat Sánchez
El presunto feminicidio de Mariana Sánchez, estudiante de 25 años y quien había denunciado a un compañero por abuso sexual en Chiapas, detonó una exigencia de justicia entre sus compañeras y también un reclamo para que mejoren las condiciones económicas y de seguridad en las que las alumnas y alumnos de medicina realizan su servicio social.
Recibir un pago precario por su labor y la asignación de lugares remotos y de difícil acceso son algunas de las situaciones a las que se han enfrentado los futuros médicos y médicas. Así lo relata Wilver Herrera García, cirujano pediatra del Instituto Mexicano del Seguro Social y del Hospital General de Ensenada.
«Tú estás en una comunidad muchas veces aislada donde no puedes salir vamos a decir todos los días porque a veces no hay el transporte en algunos de los lugares es esporádico por vía terrestre y en algunos otros pues solamente una vez al mes en avioneta, yo soy de Nayarit y allá hay lugares yo tuve compañeras que solamente en avioneta podían entrar y salir una vez al mes entonces tienes que vivir ahí con la comunidad».
Wilver Herrera García, cirujano pediatra
En México, el servicio social se instituyó en 1936, como respuesta a la escasez de médicos en zonas rurales, indígenas y campesinas. Tan solo datos de la Universidad Nacional Autónoma de México muestran que este año más de mil médicos pasantes iniciaron su Servicio Social en 416 sedes del país.
Pese a que realizan las mismas tareas que un médico general, lamentan que su labor no sea reconocida, ni que estén considerados dentro del personal de salud de las instituciones públicas, lo que los excluye de derechos como un salario digno.
Como muestra, los pasantes que obtienen una plaza en una zona rural reciben una beca de tres mil 500 pesos al mes por trabajar ocho horas, seis días a la semana y siete de cada 10 estudiantes requirieron ayuda de sus familiares para poder comprar comida o pagar la renta, así lo señala Francisco Rodríguez, médico cirujano y maestro en salud pública, quien relata las precariedades a las que se enfrentan los alumnos con un pago mínimo.
«Con esta beca los pasantes deben solventar sus gastos, deben solventar su manutención, en algunos casos, bueno en muchos casos los pasantes tienen que poner de su propio dinero para que los pacientes se puedan transportar a otros lugares, a un hospital de segundo nivel o poner de su bolsa para que los pacientes puedan comprar sus medicamentos, a veces también tienen que invertir para poder acondicionar un poco más la clínica […] y sin contar con la alimentación y otros gastos corrientes.
Francisco Rodríguez, médico cirujano
Las insuficientes remuneraciones económicas que reciben por su labor no es el único problema que enfrentan los estudiantes. En las últimas generaciones, 40 por ciento de los pasantes afirmaron no tener los medios adecuados para referir enfermos graves de su comunidad o unidad a un hospital, señala Rodríguez Garza. Además, uno de cada cuatro mencionó que su vida corrió peligro en algún momento y uno de cada 10 señaló una tentativa de acoso o violencia sexual.
La constante sensación de estar en peligro por ejercer su profesión es algo que el médico pediatra Wilver aún no olvida, a pesar de haber realizado su servicio social hace más de 20 años.
«En lo particular no sufrí ningún atentado, pero sí vivía con miedo en donde yo estaba porque la misma comunidad te lo dice, –doctor si un día llegan por usted en la noche y le tocan y usted no sabe quienes son, no les abra porque a veces viene gente y levanta a los médicos para ir atender a lugares más peligrosos-. Así vivimos un año que no sabes que te va a pasar».
Wilver Herrera García, cirujano pediatra
Con la llegada de la pandemia de Covid-19, las y los pasantes de medicina ya no solo lidian con los obstáculos en el servicio social sino también con el problema de no ser considerados parte de la primera línea para recibir la vacuna, pues a pesar de la constante exposición al virus, únicamente son vistos como estudiantes y no como médicos.
Así lo vive Vanesa, estudiante en Guadalajara, quien pidió cambiar su nombre por temor a represalias.
«Tengo compañeros que están trabajando en hospitales como el hospital civil o en el IMSS, ellos están exponiéndose literalmente a hacer pruebas o atendiendo pacientes con Covid y a nosotros nos dicen de qué ah pues le toca al pasante o ve tú primero […]. Y ya que llegas con el adscrito o con tu responsable y le dices que es probable Covid es cómo que vas a seguir atendiendo y hay personas ya designadas para ese trabajo, personal que les dan el equipo adecuado, y a nosotros es como si quieres hazlo y si no pues no te libero tu hoja de servicio social. Y si no te liberan esa hoja que es un papel al final de cuentas sin esa hoja no te dan el título es obligatorio, te tienen como de manos amarradas».
Vanesa, estudiante de Medicina
Los reclamos llegaron la semana pasada hasta Palacio Nacional. Tras el caso de Mariana Sánchez, la secretaria de gobernación Olga Sánchez Cordero apeló a la consciencia de la sociedad para reconocer las aportaciones que las y los médicos pasantes realizan al país.
«Lo que van a hacer estos médicos es en su beneficio, que están dando su tiempo, que están dando su servicio social y, como tú dices, pues con remuneraciones mínimas para atender a toda esta población, que es difícil que algunos médicos en este servicio social se vayan hasta poblaciones muy recónditas, precisamente a atender a la población, y lo mínimo que puede hacer esta población es precisamente respetarlos, atenderlos y hacer del servicio social de estos médicos y de estos pasantes, pues su estancia lo más agradable».
secretaria de gobernación Olga Sánchez Cordero
De haber tenido opción de rechazar hacer su servicio social, Wilver hubiera elegido realizar un año de especialización, pues considera que de esa manera no solo se beneficiaría él sino también la población al tener un médico más preparado.
No obstante, para el cirujano Rodríguez Garza la obligación de las autoridades es garantizar las medidas de protección para las y los estudiantes que realizan sus actividades de servicio social en comunidades alejadas.
«Y creo que la conversación no debería ser en torno a eliminar el servicio social, esa no debería ser la conversación, sino en torno a cómo podemos reformar un servicio social que brinda muchos beneficios a la sociedad mexicana y una forma en que podamos proteger al médico y la médica pasante para que puedan cumplir de forma digna y con todas las protecciones de la ley un requerimiento para obtener el título de médico cirujano y que también permite a los médicos pasantes obtener, una exposición una experiencia a las realidades de la sociedad mexicana».
Francisco Rodríguez, médico cirujano
Realidades que incluyen también condiciones de desigualdad, marginación, inseguridad y violencia de género, las cuales deben ser afrontadas por las autoridades para garantizar que el caso de Mariana Sánchez no se repetirá con ninguna de sus compañeras y compañeros, dice Vanesa.
«Esto va a ser un detonante para que todos nos pongamos a exigir lo que realmente merecemos, no solamente como estudiantes, sino como personas».
Vanesa, estudiante de Medicina
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