Tras mil 440 conferencias, la última mañanera de AMLO tuvo señalamientos a sus adversarios y consejos a jóvenes políticos y la firmeza de que va a retirarse de la política.
Adriana Esthela Flores
“Bueno, pues vamos a informar el día de hoy sobre algunos temas, de manera muy breve para que tengamos tiempo de contestar algunas preguntas, porque ya es la última mañanera de preguntas, porque el lunes es fiestón con bailongo”
Así presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador la última edición de sus conferencias matutinas en las que daría respuesta a las preguntas de las y los reporteros reunidos en el Salón de Tesorería de Palacio Nacional.
El encuentro significó el cierre de un ciclo que inició el 3 de diciembre de 2018, con la primera conferencia que encabezó acompañado por integrantes del gabinete de seguridad.
Para su última edición, la número mil 440, tampoco llegó solo. Un grupo de siete funcionarios tomó sus respectivos lugares en el escenario para hablar de:
- Obras pendientes: el Archivo Nacional Agrario y el Centro Nacional de Culturas de Salud y Bienestar.
- Recién estrenadas: el entronque La Pera-Cuautla, en Morelos.
- Convenios por firmar, como el que otorgó seguridad social a trabajadores despedidos de Luz y Fuerza del Centro durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón.
Sus exposiciones prepararon el terreno para que López Obrador tomara la palabra y empezara, como director de orquesta, a dirigir su programa, que inició con un paréntesis para abordar uno de sus temas predilectos: las definiciones políticas.
“En este periodo hemos logrado quitar las máscaras, y no lo hemos hecho sólo nosotros, sino les ha salido lo facho a muchos que navegaban, que aparentaban ser progresistas. Porque es un momento de transformación no hay justo medio, hay que definirse, y ayudó muchísimo este proceso de transformación a que se acabara prácticamente con la simulación. Ya no hay aquello de que ‘yo soy independiente’, ‘yo soy de la sociedad civil’, cuando en realidad eran conservadores….Traen un discurso progre, engañabobos”.
La última sesión de preguntas y respuestas
Después, le tocó el turno a la suerte y a la insistencia: Las y los reporteros levantaron la mano para hacer sus preguntas, especialmente quienes estaban en las dos primeras filas, cuyos lugares se sortean previo a la conferencia, a las 6:30 de la mañana. Cuatro de las cinco intervenciones de periodistas al micrófono, fueron agradecimientos.
Luego, el presidente respondió preguntas de diversos temas. Primero los casos Ayotzinapa y el de la activista Kenia Hernández, presa sin sentencia desde hace tres años. Luego la solicitud de jueces para jubilarse de manera anticipada y la próxima elección de jueces, magistrados y ministros.
La ampliación a dos años del decreto para ampliar la regularización de vehículos extranjeros. Finalmente, qué hubiera pasado si él hubiera ganado las elecciones presidenciales de 2006.
“Se hubiesen evitado muchas desgracias, porque nosotros no íbamos a declarar la guerra al narcotráfico, nosotros íbamos a hacer lo mismo, atender las causas. Y no íbamos nosotros a someternos a recomendaciones del extranjero. Y, además, como íbamos a gobernar con legitimidad después de ganar en elecciones democráticas, no íbamos a tener necesidad de actuar de manera espectacular y de hacer eso de pegarle un garrotazo a lo tonto al avispero”, respondió.
En video expuso a dos de sus adversarios, el senador y dirigente del PAN, Marko Cortés y al expresidente Ernesto Zedillo:
“Miren a este señor, corruptazo, ídolo de los conservadores mexicanos. Por eso, qué bueno que no somos iguales, cada quien”.
Incluso dio un consejo a jóvenes políticos:
“Que le tengan siempre mucho amor al pueblo. Y si no alcanzan a querer al pueblo, que cuando menos lo respeten, que no lo ofendan, que no lo ninguneen”.
Última agenda de AMLO como presidente
Como suele hacer, López Obrador detalló cómo estará su agenda el lunes 30 de septiembre, la jornada final de su administración. Iniciará con el último encuentro con periodistas, en el que habrá un informe, desayuno, música, la develación de su retrato y la rifa de su supuesto reloj “machuchón”.
Luego, encabezará una comida con jefes de Estado -posiblemente el brasileño Luiz Inázio Lula da Silva y el colombiano Gustavo Petro– para hablar de cooperación y amistad entre los pueblos. Por la tarde se preparará para el relevo presidencial.
Sobre su futuro político, dio una recomendación a sus simpatizantes:
“Que no sientan que hay un vacío o que va a haber un vacío porque yo voy a jubilarme, me voy a retirar. También, aprovecho para decir que no soy conservador, no soy hipócrita, no simulo. Cuando digo que me voy a retirar, me voy a retirar, me voy a jubilar. Y no estoy acostumbrado a decir una cosa y hacer otra, o a estar queriendo manipular a nadie. No quiero ser caudillo, ni líder moral, ni jefe máximo, mucho menos cacique”.
Y de colofón, un mensaje a aquellos medios que ubicó en la oposición durante el sexenio:
“Nos hicieron lo que el viento a Juárez”.
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