Mitzy Violeta Cortés, integrante de Futuros Indígenas, buscará que líderes mundiales que asisten a la COP26 volteen a ver las acciones que realizan las juventudes en los entornos indígena y rural.
Mitzy Violeta Cortés en IMER Noticias
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Los y las recién nacidas en 2020 enfrentarán en su vida al menos 30 olas de calor, el doble de sequías e incendios forestales y tres veces más inundaciones que sus abuelos.
Estas proyecciones dadas a conocer por la revista The Science forman parte de la crisis ambiental que cientos de jóvenes buscan evitar con acciones comunitarias en sus lugares de origen.
Una de ellas es Mitzy Violeta Cortés, integrante de la Red de Defensoras de la Tierra. A través de la investigación, la defensa de los derechos de las mujeres y las juventudes indígenas, ha puesto en marcha proyectos que involucran a las comunidades de Oaxaca con políticas ambientales para proteger sus territorios de la explotación de sus recursos.
Mitzy es una de las jóvenes mexicanas que participarán en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP26.
Una de sus prioridades será que líderes mundiales volteen a ver las acciones que las juventudes indígenas y rurales realizan para conocer su experiencia, recuperar sus conocimientos ancestrales y promover espacios para su organización.
Esta es una conversación que tuvo con IMER Noticias, previo a su participación en la cumbre de Glasgow, Escocia.
Mitzy, ¿qué oportunidades abre participar en la COP26?
Creo que significa poder llevar algunas de las voces de las juventudes que viven en comunidades indígenas y que habitan también otros territorios para poder hablar acerca de lo que está sucediendo en nuestras comunidades y en nuestros espacios.
Al final de cuentas, eso es lo más importante para nosotros, poder llevar otras voces, llevar otras narrativas acerca de cómo se está viviendo la crisis climática, pero también poder articular y conocer otros movimientos y otros procesos que se estén llevando a cabo, vinculados tanto a la justicia climática como también a la defensa del territorio.
Para ti, ¿cuál es el punto principal de visibilizar las acciones de las juventudes en la cumbre?
Al final de cuentas también somos los jóvenes los que nos vamos a estar enfrentando más a estos cambios y que quizá no lo están viendo las otras generaciones, pero también las juventudes somos diversas. También hay juventudes migrantes, hay juventudes indígenas, hay juventud en las ciudades, hay juventud en muchos espacios, hay juventudes rurales.
Entonces, es importante considerar también que las juventudes estamos proponiendo, estamos también organizándonos y es importante que nos dejen y que nos den los espacios para crear nuestras propias organizaciones, nuestras propias formas de entender y de ver la crisis climática. Pero, yo pondría en el centro, justamente, ver las juventudes desde su diversidad.
¿Qué luchas te gustaría que voltearan a ver la comunidad internacional?
Por ejemplo a Wilma, que desde un centro comunitario está ahí en Yucatán luchando desde el feminismo territorial, también para recuperar algunos de los saberes desde tu comunidad. Me gustaría que vieran a Erandy, que con otras mujeres también están en esta recuperación de los saberes ancestrales en las comunidades purépechas y también en la defensa del bosque ante el monocultivo.
Me gustaría también que vieran a Brenda, ella es una mujer náhuatl que está en el estado de Puebla con un proyecto que se llama Tequiocalco, en donde distintas casas comunitarias justamente hacen esta recuperación de saberes desde la lengua, pero también desde la medicina tradicional, desde las comidas.
¿A quién o quiénes te gustaría encontrarte en la cumbre de Glasgow?
Es un poco complicado porque más bien uno quisiera encontrarse a otros movimientos. Creo que un poco esa es la apuesta por decir ‘vamos a construirlo desde abajo’, porque lo que están diciendo ellos, los poderosos, estos grandes tomadores de decisiones, pues estamos dándonos cuenta que no representa las voces de los pueblos.
Entonces, más bien, es encontrarnos con otros movimientos, es encontrarnos con otros colectivos, a decir que estamos cansados, que estamos agotados de lo que pasa en nuestros territorios, que queremos justicia, que la justicia climática no puede pensarse desvinculada de la justicia social.
¿Cómo alcanzar una transición energética sin vulnerar sus derechos?
Se trata de mostrar esas contradicciones que nos han intentado vender como la única solución, pero que a la hora de implementarse vemos cómo caen en proyectos que continúan perpetuando dinámicas de explotación del territorio que siguen siendo a gran escala.
Pero, si lo vemos en lo local y si lo vemos en los territorios en los que se están instaurando, pues vemos que siguen perpetuando las mismas lógicas. Ya sabemos que no vamos a poder cambiar esto si se sigue poniendo el capital, la mercantilización y la muerte en el centro y no la vida.
¿Cómo ha impactado el cambio climático a tu comunidad de San Sebastián Tecomaxtlahuaca?
Lo que más vemos es cómo se ha ido abandonando, por ejemplo, el campo en la comunidad, cómo se da esta separación que ha tenido una gran parte de la población con dejar de sembrar, de cultivar sus propios alimentos, porque no hay agua, porque hay muchísimas plagas, porque nos arriesgamos a que haya inundaciones, que haya vientos y entonces resulta muy complicado poder saberlo.
Entonces, las personas también se empiezan a desvincular de la tierra y se comienzan a generar otras formas, otras alternativas de empleo, pero estamos hablando también de una comunidad donde hay mucha pobreza.
¿Qué mensaje harás al gobierno mexicano?
En el caso de México el llamado es a no desvincular este tema vinculado a la crisis climática a temas ambientales, a no desvincularlo de las problemáticas que están pasando en los territorios, que están en los pueblos, que están demandando el respeto a los derechos colectivos, que están demandando, además, protección para las personas defensoras del territorio, defensores ambientales que están siendo asesinados; entonces, yo creo que es un poco ese llamado.
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