En las zonas rurales, sólo el 12% de los hogares cuenta con computadora, laptop o tableta y el 18.7 % tiene Internet.
Alondra Reséndiz
Como en otras esferas, la pandemia ha impactado negativamente en el ámbito educativo, siendo una de las consecuencias más lamentables el abandono escolar.
En el ciclo escolar 2019-2020, la tasa de abandono escolar fue del 0.7% en primaria y 4.2% en secundaria, de acuerdo con resultados de la Evaluación Inicial a la Estrategia Aprende en Casa 2021 que presentó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Con apoyo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Coneval documentó las acciones del programa Aprende en Casa y expuso evidencias para plantear mejoras o la permanencia de éste.
El secretario ejecutivo del Coneval, Nabor Cruz, reconoció que el programa fue implementado rápidamente como respuesta a la pandemia, por ello tuvo algunas carencias. El Coneval planteó algunas recomendaciones a través de dos documentos.
“El primero de ellos es la caracterización y análisis del diseño de la estrategia Aprende en Casa, el cual contiene un análisis de los diferentes momentos en la implementación de la estrategia, así como una caracterización de sus principales componentes, mecanismos de operación y de los retos que enfrenta; el segundo documento es de información estratégica para el regreso a clases en México en el actual contexto”.
Con la colaboración del magisterio y de la comunidad estudiantil, se tomaron en cuenta tres ejes analíticos: conceptual, gubernamental y de experiencias internacionales, así como el análisis de fuentes de información como la Encuesta en Línea aplicada a nivel nacional.
Hallazgos y recomendaciones
El secretario del Coneval señaló que el programa Aprende en Casa no tiene indicadores de resultados, lo que dificultó el análisis de la calidad del proceso.
En cuanto al abandono escolar, se destacaron desigualdades significativas en el tipo de servicio educativo y en la infraestructura. Estas brechas colocaron en desventaja a estudiantes que asisten a escuelas comunitarias, rurales o indígenas.
Por ejemplo, en las zonas rurales sólo el 12% de los hogares cuenta con computadora, laptop o tableta y el 18.7 % cuenta con acceso a Internet. Por ello, el 80% de las observaciones que hicieron tutores en la Encuesta en Línea fue precisamente el reto que implicó no contar con conexión a Internet o telefonía móvil.
Salud emocional
Respecto a la salud socioemocional, las proyecciones indican que en el regreso a clases pueden presentarse problemas como el incremento de la ansiedad, depresión y estrés.
“Antes de la pandemia la salud emocional constituye un reto y esperamos que el retorno a clases se presenten problemas al respecto como agresión, estrés, ansiedad, tantos en niñas, niños y adolescentes y sus cuidadores, para traducirse en problemáticas como violencia doméstica y graves alteraciones para este sector de la población”.
Se detectó, además, una modificación significativa de los procesos de planeación docente de enseñanza-aprendizaje, así como mayor carga en actividades de gestión escolar para todas las personas involucradas en el proceso. En los hogares, el 93% de estudiantes recibió apoyo, siendo las madres o mujeres de la familia las que acompañaron en su mayoría (77%) a estudiantes.
Ante estos hechos, el Coneval recomendó capacitar al personal docente para enfrentar problemas vinculados al riesgo de abandono escolar y las afectaciones socioemocionales. Para gestionar el acompañamiento las recomendaciones están encaminadas al diseño de materiales para padres, madres y tutores.
En cuanto a la infraestructura escolar, al inicio del ciclo escolar 2019-2020, el 27.2% de las primarias y secundarias en México no tenía acceso a agua potable y el 32.4% no contaba con servicios básicos de lavado de manos. Además, el 86.9% de las primarias solicitó a los tutores llevar a cabo actividades de limpieza o mantenimiento de las instalaciones escolares.
Para contrarrestar este escenario y disminuir las desigualdades, el Coneval recomendó elaborar diagnósticos de infraestructura tomando en cuenta prácticas internacionales, considerar programas federales en materia de infraestructura y la coordinación con autoridades municipales y estatales para generar espacios públicos y herramientas necesarias en el proceso educativo de niñas, niños y adolescentes.