Investigadores evaluaron las acciones emprendidas por los gobiernos estatal y federal para evitar que llegaran a EU.
Elsy Cerero
Lejos quedó el gobierno mexicano humanista que en 2019 brindó apoyo militar a más de dos mil integrantes de la caravana de migrantes centroamericanos, luego de que encapsuló a haitianos en Coahuila y realizó operativos para su detención y deportación.
Esta es la conclusión del investigador Camilo Contreras, de El Colegio de la Frontera Norte, durante el webinar “Sin destino fijo: Migrantes haitianos atrapados en la frontera. Trabajo de campo en Ciudad Acuña, Coahuila”.
Señaló que se pasó por encima del respeto a las garantías individuales de las personas en movilidad y prevaleció el chantaje económico para que Estados Unidos abriera el Puente Internacional al flujo de vehículos.
Desde el 4 de septiembre, Ciudad Acuña vio el arribo de miles personas haitianas que intentaban cruzar hacia territorio estadounidense.
Sin embargo, el 17 de septiembre Estados Unidos cerró su frontera y urgió al gobierno mexicano a frenar el flujo migratorio, por lo que el gobierno de Coahuila, el gobierno federal, el Ejército y elementos de la Guardia Nacional se volcaron en operativos de captura y deportación de personas haitianas, sin importar estatus migratorio, ni proteger sus garantías individuales, señaló por su parte el investigador Felipe Uribe.
A pesar de que activistas y la población de Ciudad Acuña apoyaron a migrantes haitianos para que se instalaran en el parque “Braulio Fernández Aguirre”, también en este lugar fueron perseguidos y deportados.
Los investigadores de El Colegio de la Frontera Norte señalaron que es necesario un estudio con énfasis en la geopolítica y la crisis humanitaria de Haití, sumada a la de Centroamérica, y ver qué pasa en el territorio mexicano por donde cruzaron 14 mil haitianos para llegar al norte.
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