Leyenda del jazz en México, Tino Contreras falleció a los 97 años con un legado de casi ocho décadas de interpretación de la batería, el piano y la composición que plasmó en 50 grabaciones de estudio.
Amelia Rojas
“Yo comienzo a tocar a los 8 años en un lugar muy lindo en Chihuahua. Abandono Chihuahua a los 10 u 11 años y me voy a los Estados Unidos. Empiezo a tratar a los grandes músicos, que siguen siendo los más grandes del mundo, la mayoría están muertos, pero son los que hicieron el jazz mundial.
Aquí no había nada de jazz, cuando yo llegué ni siquiera sonaba esa palabra por allí”.
Así recordaba en 2004 sus inicios en la música, Fortino Contreras González, mejor conocido como Tino Contreras, para quien el jazz fue su vida y su manera de mantenerse en activo, con grabaciones y conciertos hasta el ultimo minuto de su vida.
Pionero del jazz en México
Nacido en Chihuahua en 1924, Tino Contreras creció en una familia de músicos: su abuelo, Antonio Contreras fue interprete de violín, piano y timbales; su padre Miguel tocó el violín y la batería, su madre Leandra cantó zarzuelas, su hermano Efraín también fue compositor y con el migró hacia Ciudad Juárez donde juntos formaron “OK Jazz Band” la primera orquesta de jazz.
En los años 50, en la Ciudad de México, fue llamado por el músico y arreglista mexicano Héctor Hallal “El Árabe”, para que integrara la Orquesta de Luis Arcáraz como baterista, donde se dieron los primeros jam session y se empezó a gestar un movimiento que ahora conocemos como jazz mexicano.
“¿Sabe cómo comenzamos? Íbamos a tocar la música de baile con La cuarta orquesta del mundo, de Luis Alcáraz, yo era el baterista y cuando se terminaba el baile, nos quedábamos unos cuantos a tocar por nuestra cuenta. Y todos se sentaban para oírnos, así comenzó el jazz aquí, en tu país”.
En los años 50 fue invitado a participar en “Jazz en México” considerado el primer disco de jazz en México, editado por el sello “Orfeón” donde fueron reunidos nueve de los músicos más significativos del género, entre ellos Víctor Ruiz Pazos, Mario Patrón, Héctor Hallal y Chilo Morán.
Un artista internacional
A lo largo de casi 7 décadas de trayectoria, grabó 50 discos, tanto en México como en diversos países que recorrió, convirtiéndose en embajador del jazz en México, como se llegó a autodenominar.
Erik Montenegro, especialista en jazz y conductor en la estación Horizonte, recuerda la faceta internacional de Tino Contreras.
“Como él mismo decía, que a su visita en la Grecia, en donde le recibían con vítores y aplausos, lo habían renombrado Tinacus Contreropolus, un hombre que efectivamente brilló de manera internacional.
Un hombre que dejó huella en París, en Nueva York, La Habana. Un músico atemporal, el hombre que fusionó el estilo del jazz para México y para el mundo.
Tino Contreras compartió escenarios con personajes como Dave Brubeck, Art Blakey, Louis Armonstrong y muchos más sumaron grandes experiencias, que influyeron en sus composiciones.
Un maestro de la fusión
En su obra hay destellos de música popular mexicana, misticismo de la India, instrumentos prehispánicos, ritmos árabes e hipnóticas liturgias, con referencias a la mitología griega, la lucha libre, o piezas que rinden tributo al sitarista indio Ravi Shankar y al dios Quetzalcóatl.
“Él decía que había nacido el mismo año que Miles Davis, cosa que no era cierta, porque nació dos años antes, pero lo que sí hizo fue inventar algunas cosas como el Jazz Mariachi y el Jazz Flamenco. ¡Jazz Flamenco antes que Miles Davis!. Erik Montenegro
El Jazz Mexicano de Tino Contreras, editado en 2011 es la única antología que existe con la música del chihuahuense, publicada en Inglaterra bajo el sello de Jazzman Records y en 2020 el sello británico Brownswood Recordings publicó Noche de los Dioses, el disco más reciente del baterista y compositor mexicano.
Con una vitalidad envidiable, Tino Contreras hasta el inicio de la pandemia, no dejó de presentarse en festivales, conciertos, hizo grabaciones y mantenía su buen humor que siempre le caracterizó.