El fundador de Marabunta, Miguel Barrera, hace una evaluación de la protesta del 8M.
IMER Noticias
El gobierno de la Ciudad de México expone demasiado al cuerpo policiaco de Ateneas durante las protestas, como la del Día Internacional de la Mujer, ocurrida el lunes, cuando miembros de la Brigada Humanitaria de Paz Marabunta tuvieron que intervenir para rescatar a una de ellas.
El fundador de la agrupación, Miguel Barrera, dijo que se le ha planteado al gobierno capitalino darle una mayor atención a su personal femenino y evitar agotarlas con largas jornadas sin relevos, como se pudo documentar el lunes en el Zócalo, frente al Palacio Nacional.
“Las compañeras oficiales son testigos de cuántas veces nos hemos acercado para rescatarlas porque quedan en medio de las chicas y sucede lo mismo, así como pusimos el cuerpo por Melanie, ahí en el encapsulamiento metimos el cuerpo por una oficial que no quiso soltar su escudo y la habían jalado y quedó en medio de las chicas y metimos el cuerpo para que no la golpearan”.
Miguel Barrera explicó que las mujeres policías están capacitadas para llevar a cabo acciones de contención; sin embargo, no controlan su temperamento y pueden llegar a enfrentarse con las manifestantes.
“Son elementos que han sido preparados para contender y que practican ellas mismas la contención, pero después de tanto tiempo se rompe eso, evidentemente se enganchan y terminan en un conflicto directo. Hemos visto cómo terminan señalándose y quieren desquitarse con ellas, por lo que se dicen, por lo que se enojan, por lo que se golpean. Sí tenemos detectado a personal de la policía que tiene poca capacidad de atención y es fácil que se enganche”.
Lo que Marabunta le ha sugerido al gobierno capitalino es que realice relevos de su personal en las zonas de contención durante las protestas, pues muchos elementos que no están en la primera línea están parados sin hacer nada.
“Que esté un rato y después relevarlo porque si no, evidentemente, cualquier chispita, cualquier mal mirada, va a desatar el enfrentamiento y eso sucedió muchas veces en el encapsulamiento. El personal es mucho y muchas veces nomás los tienen parados por horas; pues hay que relevarlos para que vengan frescos emocionalmente y se interrumpa este proceso de enojo”.
Miguel Barrera también señaló que no hay un diálogo fluido con el gobierno de la Ciudad de México para la labor de mediación durante las protestas.
Expuso que en la protesta de las mujeres se había planeado con días de anticipación que habría diálogo, que se les permitiría llegar al Zócalo y que no habría encapsulamientos para evitar el enojo de las manifestantes; sin embargo, en el último momento esto no fue respetado. El resultado, dijo, es de al menos 50 mujeres con lesiones graves.
“Nos preocupó desde ese momento porque ya no había diálogo, ya había una orden dada y cerrada. Señalamos que era muy importante permitir que llegaran al Zócalo y no fue así. Bien a bien no entendemos de dónde salió esta decisión tan cerrada, tan absoluta, que nos anuló a nosotros como mediadores, pero también a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. No hubo flexibilidad”.