México se alista para participar en esta cumbre que busca incidir en la disminución del calentamiento global, ¿pero cuál debe ser su papel?
Elsy Cerero
México se prepara para participar en la COP 26 a realizarse en noviembre próximo en Glasgow, Escocia. Ambientalistas y Organizaciones de la Sociedad Civil pretenden incidir para que el gobierno incorpore pronto el combate al cambio climático como una prioridad de Estado.
La vigesimosexta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático no pudo efectuarse el año pasado, debido a la pandemia mundial de covid-19 y quedaron pendientes acuerdos de los gobiernos sobre la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y su financiamiento.
¿Qué es la COP 26?
En diciembre de 1995, a iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se organizaron encuentros con el objetivo de buscar la colaboración internacional en la lucha contra el cambio climático. Estos encuentros se denominan conferencias del clima, conferencias de las partes o COP.
Se realiza anualmente. La última fue en 2019, en Madrid, España, y se denominó COP 25. Si bien hubo avances significativos de parte del sector privado y los gobiernos regionales y locales, no hubo consenso en cuanto a los compromisos nacionales de reducción de las emisiones de carbono.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se dijo decepcionado con los resultados.
“La comunidad internacional perdió una oportunidad importante de mostrar una mayor ambición en la mitigación, adaptación y financiamiento para afrontar la crisis climática”.
Guterres advirtió que no se daría por vencido y llamó al mundo a continuar la lucha.
Asuntos contenciosos
En la falta de acuerdos y compromisos de los gobiernos influyó la postura del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien decidió retirarse del Acuerdo Climático de París, el mayor pacto para hacer frente a la crisis climática que establece un plan de acción mundial para limitar el calentamiento global.
Entre los acuerdos logrados en la COP 25 se cuentan los relacionados con la construcción de capacidades, los programas de género y la tecnología, pero no se concretaron mayores avances debido a los desacuerdos en asuntos más contenciosos como las cuotas nacionales de reducción de emisiones, el financiamiento para la adaptación al cambio climático y la asistencia a los países en desarrollo que sufren más por el cambio climático, pese a que sus emisiones de carbono son muy bajas.
En vista de que fueron pocos los países que presentaron planes con compromisos concretos de recorte de emisiones en línea con los objetivos del Acuerdo de París, la COP 25 concluyó con un llamado a las naciones a presentar metas más ambiciosas de reducción de esas emisiones.
¿Qué se espera con la COP 26?
Tras la falta de consenso, la frustración se dio en numerosos negociadores, así como a las ONG, activistas y científicos que participaron en la COP 25 para presentar argumentos sustentados en evidencias que urgían a actuar sin dilación.
Científicos y activistas confían en incidir en los acuerdos para la reducción de gases de efecto invernadero, al advertir que aun así, con los actuales compromisos de reducción de emisiones, el planeta se calentará más de tres grados Celsius para finales de siglo, con respecto a los niveles preindustriales, lo que garantiza un escenario desastroso para toda la vida en la Tierra.
Con base en los estudios científicos, la ONU ha advertido que a partir de 2020 las emisiones de carbono habrán de reducirse a un ritmo de 7.6% al año para cumplir con la meta de un calentamiento global limitado a 1.5 grados.
¿Qué pasa en el caso de México?
Ambientalistas y organizaciones de la sociedad civil, bajo un contexto de urgencia, pretenden que el gobierno incorpore pronto el combate al cambio climático como una prioridad de Estado.
Varias instituciones aliadas están organizando una reunión preparatoria o Pre COP 26, entre el 21 y el 23 de septiembre.
En esta reunión expertos nacionales e internacionales discutirán los principales temas que serán objeto de atención en las negociaciones de Glasgow y también analizarán los desafíos que enfrenta México para volver a insertarse en los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.