Tras 85 años de la llegada del primer barco con exiliados españoles, su legado es “irremplazable” en las artes.
Escucha este especial con producción de Adria Aceves.
Julian Vásquez
Un 13 de junio de 1939, el presidente de México Lázaro Cárdenas mostró su solidaridad con los españoles y españolas que requerían salir de un país en guerra.
A un año del comienzo de la Guerra Civil Española, que inició por un golpe de Estado a la Segunda República Española, y en medio de la incertidumbre del régimen fascista que se instauró con Francisco Franco, el Sinaia, primer barco del exilio español llegó al puerto de Veracruz con mil 599 pasajeros: 953 hombres, 393 mujeres y 253 niñas y niños.
85 años después de uno de los exilios más grandes que han llegado a México, las familias de aquellos viajeros forzados a dejar su hogar no olvidan este gesto de amistad. Así lo recuerda para IMER noticias, el poeta español Luis García Montero.
“Para mí la cultura del exilio fue la cultura que yo heredé y buscar a mis mayores fue buscar toda la tradición republicana que había tenido que salir en España después de la derrota en 1939.
México fue un país de acogida importantísimo no solo para los grandes nombres intelectuales, pues hubo muchos hombres y mujeres que se sintieron acogidos por México cuando buena parte de las democracias europeas por miedo a Hitler y Mussolini abandonaron a la democracia española”.
Es un gran día para nuestra asociación, ya que el Ateneo ha sido declarado Lugar de Memoria Democrática por el Gobierno de España. Agradecemos a todos los participantes de este relevante suceso, así como a los asistentes de nuestra comunidad y amistades. pic.twitter.com/eleau3pBez
— Ateneo Español de México, A.C. (@AteneoEsMex) June 13, 2024
Las cifras oficiales detallan que hasta 25 mil refugiados y refugiadas encontraron un segundo hogar en México, y jamás lo abandonaron.
Elena Aguilar, nieta de dos exiliados que llegaron en 1939 al país, menciona que a pesar del contraste de climas entre los dos países, su familia echó raíces.
”No fue un plan estratégico en mis abuelos pensar ‘voy a ir a México’, sino que la vida los fue de repente llevando y, pues se vinieron a México en el 39.
Mi mamá tendría entonces 7 años. La idea de mis abuelos no era quedarse en Veracruz, tenían más idea de irse para Perote, Las Vigas por el clima porque realmente el contraste de clima de Asturias con acá, así como que siempre fue medio impactante. De hecho, mi abuelo que nunca se acostumbró, pobre se la pasaba sudando con su paliacate”.
Contribución de los exiliados españoles en el arte
La llegada de españoles a territorio azteca le vino como anillo al dedo al avance de las ciencias, humanidades y el arte. Entre los recién llegados se encontraban verdaderos personajes que potenciaron el mundo de la cultura.
En el programa “Historia para Todos” del IMER, el historiador Javier Garciadiego, hace un pequeño recuento de algunos de los artistas que llegaron del exilio.
El mundo de teatro y cine nacional creció con profesionales que trabajaron en lo que hoy conocemos como la época de oro del cine y el teatro nacional, dejando un legado que hasta el día de hoy recordamos.
“Parte de la aportación de estos intelectuales españoles; en 1953, Álvaro Custodio creó la Compañía Teatro Español de México.
Entre las obras que pusieron estaba la Celestina, Fuenteovejuna, La vida es sueño, El alcalde de Zalamea.
Otro actor muy importante fue José Baviera; con Buñuel, actuó por ejemplo en películas como El Gran Casino, El ángel exterminador; también tenemos a Ana María Custodio, una actriz internacional en Cuba, Estados Unidos y México”.
Si hablamos del mundo gráfico, la comunidad española también dejó un gran legado. Garciadiego destaca nombres como Jordi Camps Rivera, Enrique Climent, Roberto Fernández Valbuena, Elvira Gascón Ramón Gaya, José Moreno Villa, Miguel Prieto y Josep Renau.
“Quiero decir que aunque eran pintores profesionales llegaron a México sin su obra y aquí fue donde la desarrollaron”.
Los pósters de películas icónicas del cine mexicano como “El santo contra las momias” o el clásico de María Félix “Enamorada” no hubieran sido lo mismo sin el cartelista español Josep Renau.
El artista trajo al país una tecnología que permitía crear y mejorar carteles de cine, cuenta Carlos Renau, sobrino del artista.
“No fue nada más que llegaran y tuvieran estos españoles una imposición sobre la cultura mexicana, no. Lo que realmente fue benéfico, fue que hubo una integración.
Renau fue el primer cartelista que introdujo el dibujo con la pistola de aire en México, eso permitió que se hicieran tirajes de dos mil, tres mil carteles sin ningún problema”.
En la @CRCitlaltepetl se inaugura “Arte, exilio y cine mexicano: Josep Renau. A 85 años del exilio español”, donde a través de las 40 piezas que conforman esta exposición se muestra el legado del artista y publicista español, recordado hasta hoy por su trabajo para la industria… pic.twitter.com/wW3nQrVS96
— Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (@CulturaCiudadMx) June 11, 2024
El apoyo de Lázara Cárdena a la resistencia española
Hasta su muerte en 1975, México se negó a reconocer al gobierno militar de Franco. El presidente Cárdenas brindó apoyo significativo a la resistencia del Frente Popular español con el envío de armas y asistencia financiera. Incluso facilitó su evacuación a través del SERE, Servicio de Evacuación para Españoles, que permitió a los abuelos de Isabel Ortega, médicos de profesión, sobrevivir.
“Esta asociación lo que hizo fue darles un apoyo, o sea, cada día ellos tenían que hacer la fila para que les dieran 2.5 pesos a cada adulto y 2 pesos para la niña cada mañana para que con eso pues comieran, y con eso tenían que hacerse una vida.
Desde aquí se van a Ciudad de México, ahí seguían apoyándolos y ya ensayan de poner, pues un consultorio, y les recomendaron irse a Tampico, una plaza donde había paludismo, un puerto un poco insalubre”.
Hace ya 85 años que mil 599 españoles y españolas abandonaron la vida que conocían para formar una nueva. Aunque a la fuerza y con miedo, poco a poco fueron ganando un lugar en la sociedad mexicana hasta convertirse en unos más de nosotros, con un legado que no podemos negar ni olvidar.
Es un gran día para nuestra asociación, ya que el Ateneo ha sido declarado Lugar de Memoria Democrática por el Gobierno de España. Agradecemos a todos los participantes de este relevante suceso, así como a los asistentes de nuestra comunidad y amistades. pic.twitter.com/eleau3pBez
— Ateneo Español de México, A.C. (@AteneoEsMex) June 13, 2024
Juan Luis Bonilla Rius, director del Ateneo de España en México, asociación encargada de difundir la memoria del pueblo exiliado, considera que el legado de los exiliados españoles es “irremplazable”.
“Los descendientes de refugiadas y refugiados, las instituciones que fundaron y siguen existiendo en la actualidad, entre ellas las escuelas o el propio Ateneo Español; las nuevas generaciones siguen aprendiendo los testimonios que se transmiten de generación en generación y han quedado asentados en innumerables publicaciones, todo ello constituye un patrimonio único e irremplazable”.
¿Por qué recordar el exilio de españoles en México?
En situaciones como el exilio español, derivado de una guerra civil en la que murieron más de medio millón de personas, siempre se llama a no olvidar.
Para Luis García Montero, autor de obras como Almudena y director del Instituto Cervantes, recordar el dolor del pasado es una oportunidad para no repetirlo en nuestro presente.
“Sigue habiendo exilio. Nosotros, por ejemplo, colaboramos mucho desde el Instituto Cervantes con Sergio Ramírez, con Gioconda Belli. Hay mucha gente que huye de la pobreza, el mar Mediterráneo en Europa se llena de cadáveres de gente que intenta llegar a las costas europeas para mejorar su vida, y de pronto, pues te conmueve cuando ves que en el naufragio de una patera hay muchos seres humanos que mueren sin haber recibido la ayuda y la hospitalidad incluso antes de salir de su propia tierra”.
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