Clemente Rodríguez, padre de Christian Rodríguez Telumbre, habló con IMER Noticias sobre las experiencias y aprendizajes que le han dejado estos seis años que ha dedicado a la búsqueda de su hijo.
Víctor Raúl Ramírez
Clemente Rodríguez recuerda cómo era su vida en Tixtla, Guerrero, hace seis años, antes del 26 de septiembre de 2014. Todos los días salía en su camioneta a vender agua purificada. Buscaba que sus cuatro hijos tuvieran acceso a la educación y a una mejor calidad de vida.
<<Era de una manera como darle, no sé, una educación a mis hijos. Tenía porquerizas, tenía gallina y pues era una vida, una vida toda tranquila, una vida toda normal>>.
Clemante Rodríguez
Su hijo Christian Rodríguez quería ser agrónomo, pero las condiciones económicas de la familia solo alcanzaban para que acudiera a la Normal “Raúl Isidro Burgos”, ubicada a 123 kilómetros de aquella ciudad a la que la noticia de la desaparición de los jóvenes no tardó en llegar.
<<Sus aspiraciones eran entrar a otra escuela, más que nada estudiar agronomía. Pero pues ahora sí las condiciones en que nosotros nos encontrabamos era de no tener dinero, prácticamente. Se puede decir que ahí la íbamos pasando, al día>>.
Clemante Rodríguez
La desaparición de su hijo no sólo tuvo un impacto aquella madrugada, sino en cada uno de los dos mil 188 días en los que se ha dedicado a buscar a Christian, a quien desde niño le gustaba la danza folclórica.
Bailaba en un grupo de danza local con sus tradicionales botines blancos que aún lo esperan a pesar de que las autoridades federales anunciaron en julio pasado que sus restos habían sido identificados.
IMER Noticias platicó con Clemente Rodríguez, padre de Christian Rodríguez Telumbre, sobre las experiencias y aprendizajes que le han dejado estos seis años.
-¿Dónde estaba la noche del 26 de septiembre de 2014?
-Me encontraba aquí en la casa. Y nos marcan, que fuéramos a la normal. Y ahí nos empiezan a explicar los jóvenes donde fue la policía estaba agrediendo a los jóvenes y que estaban siendo llevados…
Y cuando vamos llegando, y van pasando las horas, pues va uno entrando a esa desesperación. Va uno al hospital y no hay nada. Va uno a las cárceles y absolutamente nada. Y irle preguntando a la gente dónde nos decía: pues no saben qué sus hijos fueron levantados por el crimen organizado y en conjunto con la policía, o sea ambas ambas corporaciones y pues Los Guerreros Unidos mencionaba la gente.
-¿Cómo han sido estos años de búsqueda?
–Empezamos a hacer como brigadas, brigadas de búsqueda, de colonias y no teníamos resultados. Hacíamos brigadas en los pueblos aledaños. Y recuerdo muy claro cuando me un señor me dijo: ¿saben qué? Ustedes andan caminando con el enemigo. Le digo: ¿cómo con el enemigo? Pues ello saben, dice, donde se llevaron a sus hijos. Ahora la gendarmería. Entonces llega uno a su propia conclusión. Entonces pues la policía, la Ministerial, el Ejército, Protección Civil, ellos tienen que saber en donde están, qué es lo que pasó. Y ahorita ya vamos a cumplir seis años, este 26 de septiembre, y estamos en lo mismo.
-El 5 de julio las autoridades federales llegaron a su casa para informarle sobre la identificación de los restos de su hijo, ¿qué significó ese momento?
-Pues dan un positivo de mi hijo Christian, de un fragmento de 2 gramos en la carnicería. Pero yo como les he dicho: ¿Saben qué? Ustedes están haciendo su trabajo, tampoco los estoy desacreditando, ustedes están haciendo bien las cosas, pero también recuerden que a una persona le pueden cortar un pie, le pueden cortar las manos y yo así lo voy a seguir buscando, les digo mi hijo está vivo sea como sea y yo lo voy a encontrar, pero también les digo ustedes cómo gobierno les pido, les exijo que agoten todas las investigaciones.
-¿Qué diferencias percibe entre el tratamiento del caso con el gobierno de Peña Nieto y el actual?
-Con el otro gobierno, en lugar de que nos ayudará entorpecieron las investigaciones, por ejemplo ahí está el caso de Murillo Karam. Tomás Zerón de Lucio ahorita anda en Israel, anda escondido. Pues ya con el anterior gobierno la verdad no tuvimos nada. Y con este nuevo gobierno, se le ha pedido, se le ha exigido que tome cartas en el asunto, que mande a llamar a Ángel Aguirre Rivero, que mande llamar a éste canijo de Tomás Zerón de Lucio y a Murillo Karam.
-Después de seis años, ¿hay aprendizajes?
-Ya no soy el mismo, ya no soy el mismo de antes del 2014. Antes era bien pacífico, bien sumiso; por ejemplo, yo tengo una camioneta y voy en la calle y me paraba la Policía Federal con mis garrafones de agua y yo me orillaba y no les contestaba. Por decirlo así, no no sabía que yo como mexicano, no sabía mis derechos. Pero como van transcurriendo los días, la verdad uno va aprendiendo de la gente, va aprendiendo uno de la gente que no se debe uno de dejar de la policía o de funcionarios, sea del rango que tenga.
En estos seis años, Clemente dejó su trabajo para poder dedicarse a la búsqueda de su hijo a tiempo completo. Hay jornadas más difíciles que otras, pero siempre hay aprendizajes. Hoy, Clemente ya no deja que ninguna autoridad pase por alto sus derechos.
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