Baruch Sangines,geógrafo de la UNAM,habló de la necesidad de desincentivar el uso del automóvil en la Ciudad de México, debido a los problemas de tránsito y contaminación que ocasiona.
En el contexto de la pandemia de Covid-19, la movilidad volvió a surgir como uno de los asuntos más relevantes para las grandes ciudades y en el Día Mundial sin Auto, Baruch Sangines, geógrafo de la UNAM, señaló que la emergencia ha dejado importantes lecciones respecto a cómo se puede establecer una actitud solidaria y respetuosa, para hacer de las urbes lugares más dignos y habitables.
Durante la Tercera Emisión de IMER Noticias, el especialista comentó que este día se conmemora cada año, con el fin de desincentivar el uso del automóvil. Tan sólo en la Zona Metropolitana del Valle de México, de los 6 millones de hogares que la componen, el 41 por ciento tiene un auto, de acuerdo con datos del Inegi.
En este sentido, el geógrafo señaló que la obligación del gobierno capitalino es la de “mejorar el transporte público”, porque de esa manera podría convencer a aquellas personas que prefieren los automóviles y sus comodidades.
Ante esta problemática mencionó ciertas acciones que podrían mejorarse para incentivar el uso del transporte público, como una mayor frecuencia de las unidades, que estas sean limpias y seguras, este último es uno de los factores de mayor relevancia para la población. “Existe un importante número de carpetas de investigación iniciadas por asaltos en el transporte público”, puntualizó.
Otro punto que ayudará a que las personas se bajen de su vehículo y opten por otros métodos de transporte, como la bicicleta, es la creación de infraestructura segura. Si bien Sangines destacó que durante este periodo de contingencia sanitaria se crearon ciclovías en la capital y se fomentó el uso de este medio, pero faltan aspectos para que los ciclistas se sientan más protegidos al utilizarlas.
Ante este contexto, la perspectiva del experto de la UNAM es que se trata de un trabajo colectivo, donde deben implicarse todos los elementos de la sociedad para convivir en las calles de mejor manera.
Asimismo, resaltó que al cuidar este asunto también se estará atendiendo la salud pública, ya que se podrán disminuir los niveles de contaminación, los cuales son responsables de algunas enfermedades respiratorias.
Incluso destacó que usar menos el automóvil impactaría positivamente en la cartera de los usuarios. “No se trata de no tener auto, sino de usarlo menos en el transporte cotidiano y para recorrer distancias cortas”.
Aunque puede existir temor entre la población por el riesgo a contraer Covid-19, Sangines comentó que ya existen estudios donde se indica que si bien el transporte público es un espacio cerrado, la probabilidad de contagio disminuye si todos usan cubrebocas, se estornuda correctamente y se mantiene la sana distancia en la medida de lo posible.
A manera de conclusión, el geógrafo resaltó que en lo individual, el trabajo se centrará en conservar las medidas de higiene, mientras que del lado de la autoridad, esta deberá garantizar la frecuencia de las unidades para que no se llenen y exista la posibilidad de que haya más espacio entre los usuarios. “Es una oportunidad para mejorar el transporte”, concluyó.