Candidatas y candidatos han tenido que modificar sus estrategias para reducir riesgos ante amenazas de muerte y actos de intimidación, incluso de organizaciones o adversarios políticos.
Adriana Esthela Flores
Suspensión de recorridos, cambio de horarios o encuentros en grupos reducidos. Así ha impactado la violencia en las campañas políticas de cara a los comicios del domingo 6 de junio, aunque algunos analistas advierten de riesgos incluso posteriores a ese día.
A Erick Ulises Ramírez Crespo, candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cocula, Guerrero, le llegó una amenaza de muerte un día antes de que iniciara su campaña. La mensajera era su hermana.
“Y le dicen: dile a tu hermano que o renuncia o se muere, ya está la orden, o renuncia o se muere. Fue una situación muy difícil porque mi mamá y mis hermanas y mi esposa llorando, que me retirara, que renunciara; eso ha sido muy difícil, es decidir entre tu vida, tu familia y tu pueblo”.
Desde aquel 23 de abril, el aspirante denunció una serie de presuntas amenazas que le llegaron vía telefónica y que después se volvieron evidentes durante un mitin a principios de mayo. A partir de entonces, como decenas de aspirantes en todo el país, el médico cambió sus actividades de campaña para evitar sumarse a la cifra de 31 candidatas y candidatos que han sido asesinados desde que inició el proceso electoral en México, según el indicador de Violencia Política de la consultora Etellekt. El gobierno federal ha reportado 13.
Desde el 7 de septiembre de 2020 hasta el 20 de mayo de 2021, según datos de la consultora, se han registrado, en promedio, tres agresiones diarias contra figuras políticas. Ante este escenario, las nuevas medidas proselitistas que han aplicado varios equipos de campaña implican personal de seguridad, modificaciones en horarios, suspensión de recorridos y evitar zonas conflictivas. Aunque la violencia ya existía en otros procesos electorales, en el proceso de 2021 ha adquirido un peso simbólico mayor, advirtió el sociólogo y director del Seminario de Violencia y Paz del Colegio de México, Rodrigo Peña.
“Ese tipo de violencia tan expuesta y visible tiene una función práctica y la simbólica, que se puede hacer a luz del día con personas de relevancia, ese peso simbólico nos preocupa porque habla también de la consolidación de autoridades armadas, ilegales y de la incapacidad de las autoridades”.
Una de estas agresiones en sitios públicos fue la que enfrentó Fernando Argüelles, candidato del PT a la alcaldía de Chalma, en Veracruz, uno de los siete estados donde han ocurrido la mayoría de agresiones contra aspirantes. Ocurrió la noche del 8 de mayo, cuando se dirigía a bordo de su automóvil, junto a su chofer Jorge Hernández, a una actividad en la comunidad Mesa del Anono.
“Cuando nosotros íbamos a la comunidad, en un tramo de terracería de dos kilómetros, a mitad del camino, nos rebasó un motociclista con dos personas. A los dos minutos estaban frente de nosotros, ya bajados de la moto con las armas, tiraron dos balazos, nos detuvimos por los balazos y nos bajaron. Al conductor le pegaron un cachazo preguntándole quién era el candidato. Se fueron contra mí, me pegaron un cachazo: te damos una semana para que renuncies a la candidatura, te vamos a matar a ti o a alguno de tu familia”.
Tras denunciar los hechos, el candidato no solicitó protección ni resguardo de la Guardia Nacional, pero ya no hace proselitismo casa por casa, sino sólo en eventos controlados en los principales sitios públicos del municipio, en la huasteca veracruzana. Sus actividades deben concluir entre ocho y las nueve de la noche y ahora le acompañan entre 20 y 30 personas cuando antes solo iban dos o tres. Para él, el responsable de la agresión en su contra es alguno de los rivales políticos a quienes les ha disputado la alcaldía desde el año 2000, cuando perdió la contienda electoral.
“Aquí en Chalma son muchos los candidatos o aspirantes que han pasado, que han estado, salen millonarios en un pueblo tan chiquito y ahorita con el proyecto que traemos estamos desafiando su campaña de ellos y son capaces, por conservar ese poder, de matar y eso me da tristeza”.
Intimidación a balazos
Yolanda Alviso Rocha, candidata del Partido Verde Ecologista de México a la alcaldía de Villa de Reyes, San Luis Potosí, enfrentó un ataque armado afuera de su casa el pasado 8 de mayo. En los videos que proporcionó a la Fiscalía estatal, cuando presentó la denuncia, mencionó que uno de los hombres que disparó portaba una camisola donde resaltaban emblemas parecidos a los de la policía. Además, dijo que tanto en aquella ocasión como en otros incidentes parecidos, la corporación no respondió a sus llamados de auxilio.
“Principalmente han sido cuestiones de intimidación. Estamos en nuestros eventos, llegan camionetas que sabemos que son vehículos que utilizan nuestro adversarios y tratan de cercarnos el lugar, de intimidar recortándote el espacio, grabando, te mandan fotos. Antier tuvimos una situación, hicieron que saliéramos volando porque llegaron muchas camionetas cargadas con mucha gente, con sus armas y todo a rodear el lugar donde yo estaba”.
“Estaba rodeada por la Policía Municipal cuando no se ha tomado ni la molestia de acercarse después del ataque, ni siquiera cuando yo solicité la protección ni la intervención de ellos, ahora corresponde a que me persiguen a mí y estar rodeada; ni le habíamos llamado en ese momento y en cuanto entro a mi casa se escucha una descarga de disparos al aire, ahora sí que en quién confiamos”.
La candidata no ha modificado su resguardo en campaña, pues la acompañan solo las y los integrantes de su planilla y su hermano funge de chofer, aunque sí cambió los horarios de sus actividades para concluir más temprano. Para ella, las motivaciones detrás de los actos de intimidación son políticas, pues aseguró que en varias ocasiones, algunos de sus adversarios le han solicitado que decline.
“A final de cuentas esta es una respuesta que ellos dan como muestra contundente de la fuerza que represento. Lo que quieren lograr es intimidarme par que yo deje de tener acercamiento con la gente y mi proselitismo”.
Partidos políticos como Fuerza por México, PAN, PRI, PRD, Encuentro Solidario, Movimiento Ciudadano y Morena han denunciado amenazas contra aspirantes y declinaciones provocadas por la violencia en varias regiones del Estado de México, especialmente en la zona sur, en municipios como Amatepec, Tejupilco, Coatepec Harinas, Ixtapan de la Sal, Donato Guerra y Valle de Bravo. Incluso, el PAN suspendió las campañas en la región. En las zonas urbanas como Toluca, también se han reportado agresiones y amenazas como la que enfrentó Miguel Mercado, candidato a diputado local por el distrito 02, durante una visita el 15 de mayo en un barrio de San Lorenzo Telpatitlán.
“Íbamos en un recorrido y se pusieron difíciles las cosas, nos amenazaron con una pistola y pararon los dos carros, pudimos dar la vuelta, eso fue en la tarde, pero una semana antes, saliendo de una reunión en otro punto de ese distrito alguien me jaló y nos dijo que nos fuéramos”.
El candidato decidió suspender los recorridos y se ha enfocado en reuniones por internet con grupos vecinales y organizaciones. Él relaciona los hechos de violencia con el discurso político del gobierno federal.
“Creo que sí hay un clima de polarización, un conflicto entre dos opciones, al final en Toluca se refleja esta situación y todo esto viene impulsado desde las mañaneras”.
Otras candidaturas se enfrentan a organizaciones ya arraigadas en varios territorios, como la aspirante de la coalición PT, Morena y Nueva Alianza a la alcaldía de Chimalhuacán, Xóchitl Flores, quien ha denunciado actos de intimidación por parte de Antorcha Campesina.
“Íbamos en un tianguis saludando a vecinos cuando nos percatamos de que nos venía siguiendo una brigada de Antorcha, se sumaron otros activistas, un grupo de choque y uno de mis brigadistas oyó que dijeron que venían por mí, que allá va la candidata, vamos por ella”.
Sus brigadistas ya no usan uniforme del partido y hay zonas vetadas de los recorridos, como la conocida como Los Ejidos y la que colinda con el municipio de Texcoco.
“Estamos previendo que cada vez se va a intensificar mas la agresión, diario nos han estado sacando a nuestras brigadas, últimamente nos empezaron a quitar lonas en las madrugadas y borrando bardas, entonces pensamos que sí se va a intensificar”.
Violencia política focalizada
Con 19 mil 915 cargos locales en disputa, las elecciones de 2021 demuestran que la penetración de la violencia en el proceso político se da en el ámbito local, para orientar el destino político de zonas concretas, advirtió Rodrigo Peña, director del Seminario de Violencia y Paz, de El Colegio de México.
“Lo que existe cada vez más es esto que llaman las zonas grises o zona de intersección donde se encuentra el poder público, el legal, el que ha sido elegido a través de elecciones y luego el poder ilegal que también tiene su legitimidad en función de que tiene capacidad de decidir en nivel más local, hay a veces intersecciones entre ambos poderes y se articulan y esto funciona en el nivel más local”.
Además, destacó que el voto de la violencia tiene dos dimensiones: que no se consolide una democracia auténtica y la centralización provocada por una figura presidencial fuerte y dominante. Esto se reflejará una vez que se den a conocer los resultados electorales.
“Pues entonces también tendremos un gobierno confrontado o posiblemente amenazado por grupos armados y del otro lado tendremos un arreglo con estos grupos que se van a expandir y esto afectará la calidad de la democracia”.
Según los análisis del Seminario, hay ocho zonas emblemáticas de estas luchas por el territorio: Jalisco, Guanajuato, Sonora, Michoacán, Morelos, Veracruz, Tamaulipas y Guerrero.
Aunque los partidos han llevado al Consejo General del INE sus preocupaciones sobre el clima de violencia, el instituto ha insistido en que son las autoridades correspondientes las que deben dar respuesta en torno a este escenario. El consejero Roberto Ruiz Saldaña, presidente de la Comisión de Capacitación y Organización Electoral, enfatizó que el trabajo en campo, realizado por más de 41 mil personas, ha continuado sin interrupciones.
“No nos dedicamos a generar reportes en materia de seguridad, nos dedicamos a mesas directivas de casilla, lo cual conlleva una cantidad muy importante e intensa de trabajo operativo”.
‘El pueblo es primero’
El candidato a la alcaldía de Cocula, Guerrero, Ulises Ramírez Crespo, realiza su campaña custodiado por siete escoltas y duerme en un lugar resguardado. Ya ha presentado seis denuncias, incluidas las de la Fiscalía estatal y una queja ante la CNDH, por los hechos del 2 de mayo, cuando su discurso en la cancha de la comunidad de Las Mohoneras, fue interrumpido por una serie de disparos al aire.
“Tengo preocupación y temor de que la situación se vaya complicando conforme se acerque la elección, tengo temor de que se esté intimidando a la ciudadanía, sobre todo a las comunidades más lejanas para que voten por el candidato que ellos quieren tener como títere como hasta ahora, manejándolo a su antojo”.
Ramírez antes realizaba dos eventos de campaña diarios, a las seis y ocho de la noche; ahora, son a las 4:30 y el último, a las seis o máximo a las siete de la tarde. A pesar de los riesgos y las súplicas de su familia, él afirma que seguirá en la contienda. Cuando su papá le pidió que renunciara le dijo: “Mi patria es primero”.
“Eso es lo que le digo a mi papá, que para mí el pueblo es primero y sé el riesgo que tengo y que tiene mi familia, pero creo que mi pueblo y mi gente vale la pena estar arriesgando mi vida y muchas cosas personales”.