La jueza Penny Kuo encaró a los fiscales quienes la hicieron enojar al insinuar que era parcial en la elección del jurado.
Georgina Hernández
El próximo lunes 23 de enero, comenzará la exposición de los alegatos iniciales del juicio contra Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública del sexenio de Felipe Calderón, acusado de presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa.
La audiencia comenzará con la presentación de los fiscales, quienes tienen más de un millón de documentos de pruebas y miles de horas de grabaciones de audio en contra del exfuncionario federal mexicano.
En tanto, la defensa de García Luna, encabezada por el abogado César de Castro, adelantó la intención de convocar a 70 testigos durante este proceso.
Con toda esta cantidad de personas, el procedimiento podría durar hasta marzo, pero dependerá del ritmo que lleve.
Después de dos días de entrevistas a posibles miembros del jurado, la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York ya tiene integrado un grupo de 40 posibles miembros del jurado.
Fricciones en la elección de jurados
Los interrogatorios de la jueza Peggy Kuo, encargada de elegir al jurado, estuvieron enfocados en estos puntos:
- Desconfianza en el proceso judicial.
- Cuestionamientos sobre condenar a alguien solo con lo que dice un testigo colaborador.
- Qué tanto sabe la gente sobre el narco.
- Actitudes hacia la guerra contra las drogas.
Sin embargo, uno de los momentos más tensos del día ocurrió cuando los fiscales hicieron enojar a la jueza Penny Kuo, al afirmar que benefició a la defensa de García Luna en la selección del jurado.
Esto, luego de que varios de los aspirantes validados por la jueza han externado dudas sobre qué tan confiable es declarar culpable o inocente a una persona con base en testimonios de testigos colaboradores.
Además, recalcó que ella ya había tomado su decisión y si la defensa del exsecretario de Seguridad Pública quería vetar a ciertos candidatos en su elección final era cuestión de ellos.
Los fiscales aseguran que el testimonio de un testigo colaborador es suficiente para condenar a alguien sin pruebas adicionales.
No obstante, durante los interrogatorios, varios de los aspirantes a jurado no se han mostrado seguros con esto. Ahora los fiscales están nerviosos ante la posibilidad de que el caso se venga abajo.
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