Un estudio sobre el contexto laboral que se vive en México que desarrollo el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, destaca además una reducción paulatina del salario y la carencia –cada vez más frecuente- de prestaciones sociales.
Bianca Carretto
La capacitación para el trabajo no es una prioridad para las empresas mexicanas, ya que solo el 1% de las personas ocupadas tuvo acceso a cursos y programas de capacitación, enfocados al desarrollo de habilidades entre 2006 y 2018, de acuerdo con un estudio realizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Según un documento titulado “La dinámica laboral del país”, persiste el estancamiento salarial y la desigualdad en el acceso a servicios de salud a través del empleo.
En estos rubros, los estados del sur son los que presentan los peores índices. Sin embargo, en materia de capacitación, la situación no es alentadora en ninguno de ellos pues se trata de rezagos que tomaría años solventar, según explicó Rodolfo de la Torre, director en desarrollo social del CEEY.
En el caso de Chihuahua, se tardarían 53 años en capacitar a todos los trabajadores con el ritmo actual que se sigue; en cambio, en el otro extremo está Zacatecas, donde se tardarían 19 años.
Además de Chihuahua, Querétaro, Morelos y el Estado de México registraron bajos índices de capacitación, con promedios inferiores al 3 por ciento. En el extremo opuesto están Nayarit, Quintana Roo, Baja California Sur y Zacatecas, pero con índices que no alcanzan ni el 10%.
Salarios
A nivel nacional, el estudio muestra que en los últimos 12 años, el 22.5 por ciento de la población ocupada tuvo un incremento en sus ingresos hasta en 47.3 por ciento. Sin embargo, fue mayor el porcentaje de quienes tuvieron un reducción salarial.
Esta situación muestra un estancamiento en la dinámica laboral, a decir de Rodolfo de la Torre.
El informe muestra además la desigualdad en el acceso a los servicios de salud a través del trabajo, pues solo el 57% de las personas ocupadas cuentan con este tipo de prestaciones. Los estados más afectados son los ubicados en el sur y centro del país, mientras que los del norte ofrecen las mejores condiciones.
A decir de Araceli Ortega, profesora de Economía del Tec de Monterrey, la falta de capacitación, sumada a la falta de acceso a servicios de salud y de mejoras en el ingreso, provoca que el empleo pierda fuerza como motor de desarrollo para reducir las desigualdades en el largo plazo.
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