Familiares de migrantes muertos en instalaciones del INM en Ciudad Juárez coinciden en que lo más importante ahora es tener información clara sobre la repatriación de sus familiares.
IMER Noticias
Familiares de migrantes fallecidos en la estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, afirmaron a IMER Noticias que nadie los ha contactado para informarles sobre el paradero de sus seres queridos.
Desde Venezuela, Honduras y Guatemala exigen justicia, que se castigue a los responsables de lo ocurrido y reclaman que lo poco o mucho que saben, sea por las noticias o publicaciones en redes sociales y no por servidores públicos que les indiquen cómo repatriar los cuerpos de sus familiares.
Rannier Requena buscaba llegar a San Francisco para reunirse con su primo
¡Repórtate chamo! ¡Chamo, contesta! Escribió una y otra vez Rafael Requena a su primo Rannier Requena Infante, no tuvo respuesta. Ya era martes 28 de marzo, exactamente una semana antes, su “manito” le contó que ya estaba en Ciudad Juárez y esperaba cruzar a Estados Unidos pronto, para trabajar y mandar dinero a su mamá e hijas que se quedaron en Venezuela.
Hace cuatro meses que Rannier inició la travesía; con mensajes breves le contó a Rafa de su paso por Panamá, Colombia, Honduras, Guatemala y México. El 20 de marzo, instalado en Ciudad Juárez le advirtió que cada día estaba más cerca de reunirse con él en San Francisco.
Al enterarse del incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez, Rafa llamó y mensajeó a su primo, pero nada. El martes a mediodía, su tía Angélica lo contactó y le dijo que Rannier estaba detenido desde el sábado, que la ayudara a buscarlo porque vecinos y amigos en redes sociales ya le habían dado el pésame y en el consulado no tenían manera de verificar la información.
“Mi pana estaba en Juárez esperando el visado para entrar a Estados Unidos, tenía sus papeles bien, no sabemos por qué lo agarraron, cuando fue el incendio aparece en las listas que publican los diarios como fallecido, pero no creemos que haya muerto, se llama Rannier Edelber, es papá, tiene a su mamá en Venezuela, amigos que lo esperan, aunque está en la lista de los que fallecieron, tenemos esperanza porque acá nadie nos ha confirmado bien que falleció”.
Aunque el Instituto Nacional de Migración publicó los datos de las personas que estaban en el centro de detención cuando ocurrió el incendio, no precisó si estaban vivos o habían fallecido. Rafael encontró otra lista en las redes de La Casa del Migrante de Ciudad Juárez, en la que su primo estaba entre los fallecidos.
El jueves temprano le escribió: ¡Pana, eres un guerrero, contesta! Pero por la tarde, Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana reveló una lista actualizada que confirmó la muerte de su “chamito”. Rafa y Angie exigen respeto por su dolor y que alguien les diga qué tienen que hacer para que Rannier sea devuelto a Venezuela.
“Ni a mi tía, ni a mi prima las han buscado para decirles que murió, hablamos con gente de la Casa del Migrante allá en Juárez, nos pasaron otras listas, ahí también aparece mi Rannier que estaba en la estación y no se salvó. Pero a su familia no le han contactado, por eso quizá sigue vivo, pero si no salió lo que esperamos es saber cómo reconocer el cuerpo, si lo mandarán a Venezuela, pero nadie dice nada”.
Edin Umaña salió de Honduras con dos de sus primos
Para Carlos Umaña, papá de Edin Umaña Madrid, la información que llega hasta la Aldea Nuevo Porvenir, Santa Bárbara, en Honduras, es como de “teléfono descompuesto”, primero les dijeron que habían fallecido 13 hondureños, luego 10 y ahora 7.
Su hijo salió de Honduras acompañado de su primo Jesús Alvarado y Dikson Córdova, los tres con el anhelo de que sus padres ya no trabajaran en el campo, poder regalarles un carro y enviarles dinero para remodelar sus casas, pero el 25 de marzo, los jóvenes de entre 26 y 32 años se comunicaron con sus familias; estaban detenidos y serían deportados.
A cuatro días de la tragedia, Don Carlos ya no puede con la incertidumbre, no soporta medicar a su esposa para calmar su angustia y aunque no pierde la esperanza de que su hijo esté vivo, pide a las autoridades Hondureñas y Mexicanas que le den certezas.
“Su sueño era trabajar para ayudarnos y no se pudo pues, no se pudo, qué se le va a hacer, a Dios le pido misericordia con nosotros, que nos ayude, que me fortalezca, que me dé fuerzas porque unos dicen que están muertos, otros dicen que sobrevivieron, que no los encuentran, otros dicen que están vivos y así, que están en el hospital y todo eso, yo le pido a las autoridades de allá que nos den una noticia segura, de que sí es verdad, si hay una esperanza de vida o una tragedia de muerte y esperamos de las autoridades del canciller de la República allá en México que nos ayude”.
Bacilo dejó en Guatemala a su esposa para reunirse con sus hijos en EU
Marina López escuchó que el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei decretó tres días de luto nacional por la muerte de migrantes guatemaltecos en Ciudad Juárez, Chihuahua, aún no cree que ese duelo incluya a su esposo Bacilio Sutuj.
Está triste, enojada; hace dos semanas despidió a su esposo con la idea de que vacacionaría en México. El viernes 24 de marzo, el hombre de 51 años le confesó que visitaría a dos de sus hijos en Estados Unidos y el sábado supo que estaba detenido en migración.
Marina también se enteró por las noticias del incendio, también leyó el nombre de su esposo entre las víctimas, quiso creer que Bacilio estaba bien, pero su instinto le dijo lo contrario. Ya no está enojada con su marido por haberle mentido, su coraje se dirigió contra los agentes que lo detuvieron, contra la persona que inició el fuego, contra los funcionarios que lo dejaron encerrado y contra las autoridades que ni siquiera le han dicho cuándo repatriarán su cuerpo.
“Ocho días de camino, a él la migración lo detuvo, el sábado lo detuvieron, el lunes vi la tragedia y ya nos pusimos en contacto con los hospitales y sí nos avisaron que su nombre está en las víctimas y por eso es que ahorita estamos pidiendo justicia, eso es lo que pedimos y que nos hicieran ellos todos los trámites y gastos. Así como son ellos que no quieren hacer su trabajo bien, entonces también ellos tienen que ver qué hacer por los familiares”.
Rafael, Carlos y Marina coinciden en que hoy, lo que más les importa es tener información clara sobre la repatriación de sus familiares, quieren despedirlos con amor y dignidad, sólo así tendrán fuerza para lo que sigue: exigir que las muertes de 39 migrantes en Ciudad Juárez, no queden en la impunidad.
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