El líder de los priistas mexiquenses, Eric Sevilla, marca distancia de los escándalos que enfrenta el dirigente nacional de su partido, Alejandro Moreno, y aun descarta que afecten las posibilidades de triunfo del tricolor en su entidad, en 2023.
Escucha la entrevista con Eric Sevilla.
Aura García
El dirigente local del PRI en el Estado de México, Eric Sevilla, ve con optimismo esta temporada previa a la contienda, augura competencia y presume una estructura sólida.
De hecho, asegura que una victoria en su entidad compensa las derrotas de su partido en los diez estados en los que perdió las gubernaturas en dos años.
En entrevista con IMER Noticias, Sevilla descarta que el gobernador Alfredo del Mazo pueda jugar contra el tricolor, como sí ha ocurrido con otros mandatarios priistas en elecciones recientes.
El explica que la cercanía del mandatario mexiquense con el presidente Andrés Manuel López Obrador se debe a cuestiones de “gobernanza”.
En medio de la difusión de los audios filtrados de su presidente nacional, Alejandro Moreno, el líder local priista evita pronunciar el nombre de su líder o el pleito con Layda Sansores.
Se limita a hablar de “temas del Comité Ejecutivo Nacional” y responde que deben resolverse “allá”, haciendo énfasis en la distancia.
“Es un tema que se está dirimiendo y atendiendo a nivel del Comité Ejecutivo Nacional. El estado camina con su propia agenda y en relación a las cosas que ocurren cotidianamente en cada uno de los municipios. El tema se tendrá que resolver allá; creo que eso va a pasar. Allá tendrán que platicar. Está en manos de ellos tomar los acuerdos y la participación necesaria. Por lo que toca a nosotros, estamos concentrados en el año que entra y preparando nuestros ejércitos”.
“Estos temas que se ven en la cúpula se quedan más en esta dinámica. Ahí. Y ahí es donde, respetuosamente, nosotros esperamos que se puedan resolver en favor del partido”
Sevilla rechaza que los escándalos del líder nacional de su partido, Alejandro Moreno impactarán de manera negativa al PRI en el Estado de México.
Además, minimiza el conflicto político frente a lo que considera son los verdaderos problemas que preocupan a los mexiquenses, como la falta de agua y la entrega de fertilizantes. Pero no pronuncia una sola palabra de respaldo a Moreno.
Esta es la entrevista:
¿Cómo están las bases del partido en medio de este panorama?
Las bases están espléndidas, sólidas, trabajando. La militancia haciendo lo propio en cada uno de los 125 municipios.
Nosotros estamos en un proceso de reforzamiento interno de estructuras, estamos trabajando a nivel de los consejos políticos municipales.
En breves días arrancaremos comités seccionales. Y ya vamos renovando lo que hay que renovar.
Lo tenemos que hacer donde somos Gobierno, pero con mayor conciencia y detalle donde no lo somos. Ecatepec es un caso, Nezahualcóyotl también, sin lugar a dudas.
¿Ecatepec es un punto débil?
No, no es un punto débil. Es un municipio muy importante porque tiene un número de población relevante respecto de la totalidad del estado, a la cual le estamos poniendo especial atención.
Estamos trabajando con nuestras bases, con nuestros comités, pero sobre todo dando la cara y haciendo política todos los días.
La joya de la corona, para propios y extraños
La elección del Estado de México es determinante para el PRI y proyecta el escenario rumbo a la presidencial, dice Sevilla.
Pero la alianza con PAN y PRD es clave, así como la capacidad que tiene su partido de resurgir de las cenizas.
¿Qué papel desempeña la elección del Estado de México en un PRI que ha perdido 10 gubernaturas en dos años?
Es trascendental porque en votos es como si ganáramos esas diez. Aquí están 12.7 millones de habitantes, los que estarán con posibilidades de decidir.
Y eso habla de una diferencia muy grande que puede marcar. Uno de cada cinco votos que tenga el prisma nacional está aquí en el Estado de México.
Es una elección de suma importancia y cómo lo han dicho muchos medios: ‘es la joya de la corona’. Es decir, es una elección trascendente.
Aquí está la elección más grande, como estado, que puede tenerse en nuestra República mexicana, y por ello nos reclama la mayor importancia, concentración, y el mayor esfuerzo de trabajo.
¿La elección nos daría el panorama rumbo a la presidencial?
Sin lugar a dudas, es una antesala en la cual, de obtener el triunfo, nos pondrá listos para lo que viene, a trabajar en toda la República mexicana como partido, a reorganizarnos para ganar una elección en el 2024, frente a un gobierno de un desgaste muy grande.
¿Entonces, un triunfo significa un buen augurio para la Presidencia?
Nos mete en la competencia.
¿Y una derrota?
Pues evidentemente no, nos será más difícil reponernos.
¿Es mal augurio?
Pues nos será más difícil reponernos. Aunque el PRI tiene una capacidad resiliente grandísima.
En 2018 nosotros ganamos solamente una diputación por mayoría, y en solo dos años y medio el partido tuvo la capacidad de reponerse.
Al PRI lo han matado muchas veces: desde el 2000, luego en el 2006 y en el 2018 no se diga. Y aquí estamos, peleando de tú a tú, cara cara, en el Estado de México.
Honestamente, ¿le conviene al PRI ir en alianza? Vimos que en Coahuila su candidato, Esteban Villegas, hubiera ganado en solitario.
No es el mismo caso que Coahuila. Son circunstancias diferentes. Creemos que podemos construir una alianza fuerte, una coalición fuerte, que sea competitiva. Ahí está el interés por parte de los tres partidos y apenas estamos iniciando pláticas.
Autoevaluación
Eric Sevilla afirma que Morena no les marca la agenda y que es una expresión política más. No obstante, admite que deben vigilar a los morenistas para que no cometan actos anticipados de campaña.
Para el dirigente, su mejor capital son los gobiernos estatales, y aunque reconoce que a la entidad la califican de “marginada”, argumenta que el PRI ha hecho lo mejor “con lo poco que ha tenido”.
Me imagino que no es lo mismo ser líder del PRI en los 90’s que en la actualidad, ¿qué lectura ha hecho de la dirigencia en estos meses?
Me encuentro en un momento muy interesante, en materia de competencia política.
Para cualquier politólogo es un reto extraordinario, y yo lo soy. Me parece que tomé la responsabilidad en un momento trascendental, crucial, para el partido.
No sé qué tan entretenido o no lo fue en los 90s, no le podría yo contestar, porque sólo fui militante.
Pero sí te puedo decir qué ahora es una gran, gran, oportunidad de echar andar estrategias, de ponerle emoción, ganas, talento, experiencia y liderazgo, que necesita el partido.
¿Son tiempos difíciles?
Son tiempos diferentes, de una competencia más abierta. Somos oposición a nivel nacional. En el caso del Estado de México tenemos el gran activo del gobierno estatal y lo está haciendo muy bien el gobernador.
Está cerrando muy bien su sexenio, con mucha obra, con esfuerzos grandes en infraestructura, con una política bien definida en materia de desarrollo social, con un esfuerzo de mantener calidad educativa.
En fin, es un estado pujante el Estado de México, es casi un país en sí mismo. Entonces, el reto es maravilloso.
Hay a quienes les preocupa la cercanía del gobernador Alfredo del Mazo con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, o con el propio presidente López Obrador, ¿que les dice?
Que es un gobernador profundamente cercano a su partido, pero es el gobernador. No es la primera vez que somos oposición con un presidente de la República de otro partido.
Nos pasó con los gobiernos estatales de Arturo Montiel y Enrique Peña Nieto, y siempre la relación ha sido de respeto, de cordialidad.
No somos enemigos, somos oponentes, y estamos en un partido político diferente, pero no implica que la relación no deba ser respetuosa.
Él está haciendo su chamba, en la relación que tiene que llevar con los diferentes ámbitos de gobierno, en este caso el gobierno federal. Y es entendible. Es a nosotros a quienes nos toca la lucha política, la lucha ideológica.
Con el antecedente de Quirino Ordaz y Claudia Pavlovich, ¿usted responde a suspicacias diciendo ‘el gobernador del Mazo tiene los pies en el PRI’?
Más que puestos los pies, su cuerpo y alma están en el PRI y estamos trabajando para que el partido compita.
El PRI tiene al Estado de México como bastión, con más de 90 años gobernándolo, pero no ha logrado cambiar la percepción de que sigue siendo un lugar pobre, marginado y de escasas oportunidades, ¿por qué?
Sí, diría yo, sí. Pero el estado de México ha tenido que soportar el crecimiento de la ciudad. Nosotros nos hemos quedado con la parte de darle agua, luz y tierra.
Son olvidar a toda la gente qué emigrado del centro del país y no hemos tenido los subsidios que ha tenido históricamente la federación.
Es más, hemos sufrido ataques: el INEGI ya dijo que no crece el estado de México que decrece, que no es más que un acto mañoso para quitarle 4 mil 800 millones de pesos de participaciones. Y con todo y eso seguimos trabajando.
Cuando se tiene todo tipo de subsidios para todo en la Ciudad de México, y no se tiene prácticamente nada para el estado (de México), pues por lógica no es equiparable el nivel de vida en un lado y en otro.
¿Y que ofrece el PRI de cara a la elección para mejorar la percepción?
No le toca el PRI cambiar la percepción, nos toca trabajar con lo que tenemos. Con lo que tenemos hemos hecho mucho: el Estado de México era un estado de menos de 3 millones de habitantes en 1970 y el Distrito federal ya tenía 7.
En el año 2021, somos más de 17 en el estado y ellos no son más de 8 millones. No crecieron, pero nosotros hemos tenido que aguantar ese desarrollo inequitativo.
Entonces, el PRI lo que tiene que generar son expectativas de vida: de desarrollo, de infraestructura de inversiones, de fomento a la cultura, de generar la obligatoriedad de la educación y se ha venido haciendo.
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