En un hecho histórico, el ministro presidente Arturo Zaldívar conversó con 220 mujeres presas para escuchar su situación jurídica y las irregularidades en sus procesos.
Georgina Hernández
663 mujeres fueron la razón por la que Arturo Zaldívar conoció una prisión. Fueron ellas las que consiguieron que por primera vez un ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) las visitara. Y también fueron ellas las que decidieron lo que se iba a tratar en esta histórica visita.
Eran las 10:30 de la mañana y, como ya lo había pactado, el ministro entró a Santa Martha Acatitla, aquel penal femenil ubicado en la alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México.
Su visita no fue protocolaria, ni mucho se trató de una revisión al centro penitenciario. De hecho fue el grupo de internas el que solicitó la presencia de quien representa al Poder Judicial en México a través de una carta que le enviaron el pasado 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer.
La intención era que el ministro conociera las condiciones en las que viven las mujeres de Santa Martha, pero al final ellas decidieron que ese no era el mayor problema que enfrentan.
#Enterate 👀 || El ministro presidente de la SCJN, @ArturoZaldivarL , se reunió con 220 mujeres privadas de su libertad en Santa Martha Acatitla, en la alcaldía Iztapalapa.
📹: @Gynna_H pic.twitter.com/MnStS6aM4V
— IMER Noticias (@IMER_Noticias) May 11, 2022
Las historias de Santa Martha
“El drama que viven las mujeres en prisión” –como lo calificó Zaldívar– no llegó al ministro por encuestas o estadísticas, sino en viva voz de algunas de las 220 mujeres que finalmente participaron en el encuentro, unas de ellas con sentencias, otras sin saber cuándo les llegará.
En realidad, éstas últimas son la mayoría. En Santa Martha, sólo 3 de cada 10 internas han sido sentenciadas. Un hecho que lamentó el ministro presidente en un mensaje a medios que ofreció al término de su visita, una visita en la que hubo diálogo, acercamiento, regalos y hasta canciones.
Tenemos que iniciar una gran reflexión sobre la prisión preventiva oficiosa porque se destruyen vidas; familias, muchas de estas personas son inocentes y al final saldrán inocentes y son inocentes mientras no haya sentencia que determine lo contrario:Min. Pdte. @ArturoZaldivarL pic.twitter.com/jDvleVV8o2
— Suprema Corte (@SCJN) May 11, 2022
Afuera, los medios esperaban, pero también los hacían familiares de mujeres privadas de la libertad que acudieron con la esperanza de ver al ministro.
Así lo hicieron Gabriela Hernández y su madre, familiares de María, quien lleva 18 años detrás de las paredes del penal femenil. Fue detenida sin una orden de aprehensión, acusada del delito de homicidio. A María aún le quedan 31 años en esa prisión.
“En un principio había agua caliente, la comida era medianamente buena. Podías tolerarla, pero a través del tiempo todo se fue para abajo. Entonces empieza a haber el robo de comida, el agua cambio, todo cambió”.
Historias como estás son un tema generalizado en mujeres que permanecen internas y en aquellas que en el recuerdo tienen su estancia en Santa Martha Acatitla, como Alicia Guerra, quien fue una de las primeras internas del penal, ya que llegó tan solo ocho meses después de su inauguración el 29 de marzo de 2004.
Actualmente, Alicia lleva más de 10 años en libertad y desde el 2021 encabeza la colectiva Turquesa Renace, el cual está enfocado en la salud mental.
Su caso, como el de muchas mujeres en Santa Martha, dice, es consecuencia de algo que las internas le subrayaron al ministro Zaldívar: la falta de justicia con perspectiva de género.
Primer paso para resarcir daño
Para el Ministro Presidente de la Corte, la visita a Santa Martha no debe quedar en anécdota, sino convertirse en el primer paso hacia un cambio en el sistema de justicia, con juzgadores más cercanos y sensibles a las injusticias.
“Esta visita no se trata de mí, se trata de las mujeres y de los miles de inocentes que están en las cárceles de México que quieren que busquemos que se revise la prisión preventiva oficiosa”.
Como resultado de esta visita inédita, el ministro asumió varios compromisos: enviar a integrantes del Instituto de la Defensoría Pública a revisar sus casos, vender las artesanías que las internas realizan en los kioskos de la Corte.
Él mismo se sentará hoy con la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, a revisar la situación del penal. Su esposa, Mariana Bojórquez, ofrecerá terapia a las niñas y niños que viven en el penal.
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