Niñas, niños y adolescentes de México, Bolivia, Honduras y Paraguay tuvieron que adaptarse a modelos de enseñanza a distancia, una situación que se ha complicado por las condiciones de desigualdad que enfrentan países de medianos y bajos ingresos.
Nayeli Valencia
Cambiar las aulas por computadoras en casa es una situación que no está al alcance de todos los niños, niñas y adolescentes de países de América Latina quienes perciben rezagos en un derecho fundamental para su desarrollo y movilidad hacia mejores condiciones de vida.
<<Si continua el sistema a distancia incrementa el riesgo de abandono escolar…>>
<<No todos contamos con el acceso a Internet, no todos tenemos esa facilidad, de tener wi fi, de tener un buen servicio de Internet.>>
<<Lamentablemente más de 100 estudiantes por colegio o tal vez menos o tal vez más se salen de sus clases porque los padres no pueden mantener al estudiante en sus clases.>>
Estas voces representan a la niñez de México, Bolivia, Honduras y Paraguay que junto a más de 250 millones de estudiantes tuvieron que adaptarse a modelos de enseñanza a distancia, una situación que se ha complicado por las condiciones de desigualdad que enfrentan países de medianos y bajos ingresos.
Los efectos de la pandemia en la educación ya se resienten y van más allá de los salones vacíos: más de la mitad de la niñez de 10 años no podía leer y comprender un relato adecuado para su edad, mientras que los de menos recursos padecían alta deserción escolar y mayores déficits en el aprendizaje, de acuerdo con datos del Banco Mundial.
Los problemas que enfrentan niños, niñas y adolescentes no se limitan a la educación en cada uno de estos países ellos advierten de sus preocupaciones y piden a los gobiernos acciones.
México, la violencia del confinamiento
El confinamiento por la pandemia expuso en México una problemática que por años ha sido denunciada: la violencia intrafamiliar. Fernando, de 13 años de edad, expone los efectos de esta violencia que se recrudeció en los hogares con el encierro.
<<67 adolescentes cada día son víctimas de homicidios y el 66 por ciento de los niños menores de 15 años experimentan regularmente algún tipo de disciplina violenta en el hogar; 7% de los menores de 14 años sufren castigo corporal severo en el hogar y el abuso en los primeros años de vida tiene un gran impacto a largo plazo>>.
La raíz de esta problemática es estructural, dice Fernando: <<En América Latina y el Caribe vivimos en una incultura, así la llamo yo, incultura patriarcal machista y binaria que violenta de muchas formas a las mujeres y a las niñas, niños y adolescentes y los grupos vulnerables, y eso es lo que tenemos que acabar>>.
Honduras, pobreza estructural
A pesar de tener una de las mayores tasas de crecimiento económico de la región -2.7 por ciento anual- Honduras es un país con altos índices de pobreza y marginación y violencia, de acuerdo con datos del Banco Mundial.
Las carencias impactan en su acceso a tecnologías de la información, dice Nathaly de 15 años de edad.
<<A todos nos está afectando de distintas formas, de distintas maneras, y también estaba viendo que no solo le afecta a la niñez sino a los rurales, a todos, los bajos recursos que no tiene forma de comunicarse o ni siquiera saben qué es lo que está sucediendo con el país,>> comenta.
Un país, marcado por la violencia, donde la deserción escolar es para 1 de cada 2 estudiantes la única alternativa para huir de las pandillas.
Paraguay, opacidad y corrupción
La corrupción y falta de transparencia es la preocupación de Lucía, de 18 años de edad. Paraguay, su país, apenas alcanzó 19 puntos de 100 del Índice de Percepción de la Corrupción 2019.
El Banco Mundial reconoce que las autoridades de este país actuaron de manera rápida para mitigar el impacto de la pandemia, pero hay dudas sobre el manejo eficiente de los recursos.
<<La población paraguaya en general está dudando mucho en la transparencia del uso de los fondos durante esta pandemia y es bastante crítico que nosotros sintamos que durante esta crisis el gobierno esté usando o malgastando en otros ámbitos el dinero que está destinado para esta crisis social,>> dice la joven.
Bolivia, ante la crisis política
Emerson tiene 15 años y vive en Bolivia, país que lidia con los efectos de la Covid-19, la caída del precio del petróleo y de una crisis política luego de que Yanine Áñez se proclamara presidenta en 2019, acción calificada como un golpe de Estado contra Evo Morales.
En medio de la crisis política, en este país, donde el 32.7 por ciento vive por debajo de la línea de pobreza, uno de los problemas que más preocupa a su niñez es el sistema de salud.
<<Es terrible que los sistemas sanitarios de salud estén colapsados, de que haya gente muriéndose fuera del hospital, en la puerta del hospital, de que no haya camas para pacientes de Covid-19 pacientes que necesita terapia intensiva,>> señala.
La insuficiencia en los sistemas de salud se dan a pesar de las medidas restrictivas que impuso el gobierno con la llegada de la pandemia, medidas en las que Emerson ve ausente la voz de la población.
Claudia Robles, de la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, advierte que la pandemia por coronavirus agudizó la infantilización de la pobreza, su acceso a la protección social, a la educación y a otros derechos. Por lo que es necesario establecer políticas públicas que favorezcan a la niñez, pero sobre todo escuchar sus propuestas.
<<La niñez cómo puede salir adelante, esa es una de las preguntas que me hago diariamente>>.
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