Con la quema de tiendas de campaña de los manifestantes de Frena terminó la marcha feminista por la erradicación de la violencia en contra de las mujeres. En el museo de Memoria y Tolerancia, en un homenaje a María de Jesús Jaímes Zamudio, el gobierno pidió disculpas públicas por el feminicidio de la joven.
Elsy Cerero
«Por las que ya no están, la lucha sigue…», «Ni una más, ni una más» fueron los gritos que todo el día de ayer se replicaron en las calles y ceremonias en recuerdo de las víctimas de feminicidio, pero sobre todo en denuncia y exigencia de la erradicación de la violencia en contra de las mujeres.
En la ciudad de México, colectivas feministas se dieron cita en el Monumento a la Revolución, venidas de San Cosme y la Normal de Maestros. Los coloridos morado y verde sobresalían en la vestimenta de mujeres de todas las edades, una alada morada, muchas con pancartas de «No más feminicidios» o «Estado machista homicida».
A la cabeza de la marcha madres de victimas de feminicidio abrían el paso. Mujeres de negro resguardaban la marcha, pero también algunas cubiertas del rostro con aerosoles, martillos y hasta toletes, pretendían romper a su paso cercos metálicos y vidrios de comercios, además de hacer pintas.
Mientras en el Museo Memoria y Tolerancia, Yesenia Zamudio, madre de la estudiante Mary Chuy, asesinada en 2016 en su escuela politécnica, recibía una disculpa pública de las autoridades de la Secretaría de Gobernación, por parte de Fabiola Alaniz, y del IPN, de Araceli García.
«Esta pandemia de la violencia contra las mujeres no tiene cobertura, no se quiere hablar de nuestras asesinadas, de las niñas que están siendo violadas en casas por sus familiares. Esa es la razón por la que estamos aquí, denunciando que estamos viviendo un incremento de todos los tipos de violencia machista y del feminicidio. Exigimos que cese la impunidad y paren los feminicidios».
Manifestante
El arribo a la meta: la plancha del zócalo fue en cuestión de minutos, frente a palacio nacional estaba el templete para las oradoras que dieron lectura al pronunciamiento de exigencia de erradicación de la violencia y feminicidios que en México, aseguraron, se registran diez al día.
Hubo jaloneos y llamados entre las mujeres de negro para abalanzarse en contra de Palacio Nacional, se quejaron del encapsulamiento de 5 de ellas en la catedral. Entre gritos y correderas, a un hombre de la tercera edad, manifestante del plantón de Frena se le rescato por otro grupo de hombres.
Exitadas, las mujeres encapuchadas corrieron hacia los manifestantes, un ruido de explosión y gases se percibió en el momento. Seguido del ingreso a la plancha de mujeres y hombres policías con escudos y cascos formando vallas humanas para cercar a las manifestantes, dejando casi a unas cuantas atendiendo el mitín, encabezado por madres de victimas de feminicidio.
La calma llegó con la noche y poco a poco fue abandonada la plancha del Zócalo hasta quedar vacío, solo quedo el recuerdo de una manifestación más en el corazón de la Ciudad de México.