La corredora impuso récord mundial en los 1500m T11, y de pasó entró a la historia del deporte mexicano, al aportar el oro 100 paralímpico
Alfonso López
Mónica Rodríguez con su guía Kevin Aguilar ganaron medalla de oro en los 1500m, categoría T11, dentro del para atletismo de Tokio 2020. Presea dorada número 100 de México, en la historia de los Juegos Paralímpicos
La mexicana realzó una carrera perfecta, donde impuso condiciones en los últimos 200 metros, que le valió imponer récord mundial con un tiempo de 4 :37.40. El segundo sitio fue para la sudafricana Louzanne Coetzee, mientras el bronce correspondió a Nancy Koech de Kenia.
“Me sentí fuerte, muy fuerte. Tenía que explayarme, pues siento mucha mucha felicidad. Me faltan las palabras para expresar lo que siento y estoy muy agradecida con todos lo que me apoyaron. Terminando con un gran resultado todo mi trabajo de 5 años en este ciclo paralímpico. Hemos logrando trabajar en equipo y pues aquí está los resultados. Las palabras me faltan”.
Su guía, Kevín Aguilar destacó la inteligencia, disciplina y preparación que mostró Mónica durante todos los Juegos, en especial durante la final
“Es fundamental que todos los atletas se imaginen ganando una medalla de oro, de ahí tiene que partir la estrategia. Lo estuvimos platicando de acuerdo a cómo se dieron las semifinales, y afortunadamente en los últimos 200 metros, Mónica respondió muy bien. Yo por las cámaras veía que se acercaban, pero respondió como nunca, y todo salió perfecto”.
Mónica sabía que era la primera final del día para la delegación mexicana, y despertó, en la mañana de Tokio, con la ilusión de ganar el oro 100 de la historia
“Jamás dude. Desde un día antes ya quería soltarme, sentía mucha energía que salía de mi, de los brazos y las piernas; estaba sobrecargada de energía. Sentí que hoy era el momento para sacar todo lo que me quedaba “.
Mónica Rodríguez y Kevin Aguilar festejaron con una mascara de luchador en color rosa y blanco con el logo del Comité Paralímpico Mexicano, la obtención de la presea dorada, mientras sonreían por su hazaña, en el Estadio Olímpico de Tokio