Escucha la crónica en voz de la reportera Elsy Cerero.
Con la llegada de poco más de cien migrantes provenientes de distintos países de Centroamérica y Medio Oriente, en la alcaldía Tláhuac se habilitó un albergue para la población en movilidad.
Elsy Cerero
Bajo rayos recalcitrantes, un centenar de migrantes venidos de Haití, Afganistán, Venezuela, Ecuador y del Congo arribaron a la Mini Marquesa de Tláhuac.
En el centro del bosque de dicha demarcación del sur de la Ciudad de México, desde el pasado viernes, la Secretaría de Inclusión y Bienestar local (Sibisu), montó un albergue para personas en tránsito.
De tres autobuses con cupo lleno, bajaron uno a uno los migrantes a un pase de registro. Y con su solicitud de refugio para reponer fuerzas y recursos con el fin de llegar a Estados Unidos.
Padres y madres de familias con niños en brazos, o caminando por su propio pie. Desfilaron en busca de un lugar donde dormir y llevarse un bocado a la boca.
Recorren mar y tierra en busca de una vida digna
Chávez, haitiano con Susy su esposa y dos pequeños de cuatro y dos años recorrieron mar y tierra en busca de una vida digna.
Lo importante aquí es llegar, conseguir el carné para poder defendernos. Por la situación no podemos asentarnos, hay que trabajar. Podemos durar un año, dos años aquí y podemos conseguir más dinero para irnos, depende después. Pero, por ahora no nos podemos ir porque ¿cómo va? Hay que pagar bus, hay que alimentar.
Entre los migrantes, que dormirán está noche en albergue y no en la calle. Los más haitianos, desde jóvenes solos, pero en su mayoría padres, Pierre también viene con su esposa y una bebé de dos años. Solo que el lugar de su procedencia es Chile.
Yo tengo cuatro años tras salir de Haití. Tengo cuatro años en Chile porque mi señora no tiene ningún trabajo, nada. Yo solo trabajo, porque busqué una economía para pagar casa, comida. Hago muchas cosas, tengo dos hijos allá.
Once personas de nacionalidad afgana, solteros cruzaron el charco, del océano pacífico para llegar a México, rumbo a Estados Unidos.
Esta vez, entre las personas venidas de otros países, encontramos apenas a dos venezolanos, que en su trayecto por diferentes países se hicieron amigos de cuatro ecuatorianas. Mikel de Venezuela, agradece la hospitalidad mexicana.
Venimos seis en total. Con darnos el permiso eso es mucha ayuda, demasiada.
Él llegó de Venezuela a la Ciudad de México hace 15 días, relató mientras comía espagueti con pollo y pan.
Que ninguna persona en tránsito viva condiciones de vulnerabilidad
En tanto, el subdirector de migrantes de la Sibisu, Jorge García Hidalgo habla de la postura del Gobierno de la Ciudad de México de que ninguna persona en tránsito viva en condiciones de vulnerabilidad.
La idea es así como lo ha planteado la jefa de gobierno, que ninguna persona esté en esas condiciones de intemperie, de vulnerabilidad. Eso es lo fundamental. ¿Qué se necesita? Tener este espacio seguro, digno, hay alimentación, hay alojamiento, atención médica, actividades lúdicas para los niños que está coordinando el DIF. Les estamos ofreciendo una alternativa. La gente es libre de quedarse en el parque.
Si bien el gobierno capitalino ofrece el albergue de Tláhuac, muchos migrantes van de regreso a la plaza “Giordano” de la colonia Juárez por lo céntrico del espacio para buscar trabajo para poder llevar sustento a sus hogares.
Fotos: Elsy Cerero
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