En medio de la discusión para renovar los planes de estudio de educación básica, maestras y maestros piden a las autoridades dar prioridad a subsanar los rezagos derivados de la pandemia.
Elsy Cerero
El rezago educativo provocado por la pandemia, la necesidad de nuevos modelos de convivencia, así como de nuevos mecanismos de enseñanza están al centro de la discusión en el rediseño de los planes educativos que se prevé entren en vigor en 2023.
Autoridades federales, profesoras y profesores, así como representantes de 24 dependencias de gobierno han trabajado en los nuevos planes que ahora están bajo análisis en foros realizados en los 32 estados del país. Pero no todos los maestros han sido convocados.
El planteamiento de los nuevos programas de la Secretaría de Educación Pública establece cuatro ejes de enseñanza, que ahora se denominan campos formativos.
Dichos campos son lenguaje y comunicación, pensamiento matemático, exploración del mundo natural y social, así como desarrollo personal y para la convivencia.
Luis Felipe García, supervisor escolar en Xalapa, Veracruz, destaca que por primera vez los planes de estudio ponen al centro a los sectores más vulnerables de la sociedad, con un enfoque humanista.
No obstante, advierte que el principal desafío es superar el rezago provocado por la pandemia.
Posiblemente, lo digo en el contexto de mi entorno en colonias marginadas de Xalapa considero que por el contrario va a ser muy pertinente que se rencauce todo el trabajo escolar porque de por si llevábamos décadas de rezago y ahorita se ha acentuado el rezago en un 30%. El niño que estaba en quinto estaría como cuarto. Los investigadores dicen que tardaríamos una década para recuperar lo que ya llevábamos. Imagínese que son diez años.
Con él coincide Santa Rebollo Orozco, supervisora de Educación Primaria en el municipio de Honey, en Puebla. Además de los problemas de rezago, cinco de los ocho planteles que a ella le toca supervisar son multigrado, es decir, que los profesores atienden a los estudiantes de primero a sexto año, pero en ocasiones no hay alumnos a quienes atender.
Con esa situación y la petición de la SEP para que la revisión de los nuevos programas no afecten los tiempos en el salón de clases, la supervisora escolar reconoce que enfrentan una situación complicada.
Aunque han tenido reuniones a nivel directivo, aún no concretan los foros con los profesores.
De manera formal envió la SEP documentos de trabajo que debemos plantear en mesas de trabajo, voy hacer un foro con mesas de trabajo. Un problema es que los limitan en tiempo. Dicen “no podemos tomar tiempo de los niños”. Y luego entonces ¿como?. Yo no puedo forzar a mis profesores que trabajen sábado, domingo o fuera de turno. Esas son horas que ya no están pagadas, también somos seres humanos, también nos cansamos.
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“Estamos a marchas forzadas”: profesores
Las maestras Lucrecia Damián, directora de la Escuela 18 de Marco, y la profesora Elsa Castillo, directora de la escuela Francisco de la Maza Cuadra, ambas ubicadas en la Ciudad de México, aseguran que nadie les ha convocado a los foros.
Para ellas, la participación en el rediseño de planes educativos es esencial, pero también hace falta subsanar las deficiencias que derivan del confinamiento, pues advierten que pese a la puesta en marcha del programa Aprende en Casa hay áreas en las que no hubo avances. Así lo dice la maestra Lucrecia.
Ahorita en presencial los maestros tienen que estar haciendo modificaciones, por ejémplo el lunes dan una clase y el martes son otros alumnos y tienen que repetirla. Es una especie de atraso, avanzas un paso pero regresas dos. Estamos a marchas forzadas tratando de poder subsanar las deficiencias que traen los niños y muchas veces no tienes el apoyo de padres.
Para la maestra Elsa Castillo, el cambio en los planes y programas deben ser acordes con la ubicación geográfica de las escuelas. Asegura que hay entidades en las que no están al corriente de los que pasa en otros estados.
Además, dice que debe evaluarse la pertinencia de hacer cambios, cuando aún no terminan de implementar las últimas actualizaciones.
Más que difícil de su aplicación se tiene un proceso del conocimiento del cual primero de aplicación y luego de observar los resultados y en general este proceso queda inconcluso. Cada gobierno llega a revisar fortalezas y debilidades de los programas con la mejor intención ubican a atender esas áreas de oportunidades.
De acuerdo con la maestra, los últimos cambios a los planes de estudio ocurrieron en 2017, lo que no ha permitido su correcta evaluación.
Una de sus recomendaciones es que tal y como ocurrió con los planes de 2011 se hagan revisiones periódicas para identificar áreas de mejora que se pueden implementar desde las propias aulas.
Otra petición en la que coinciden las y los maestros entrevistados es que dentro de cualquier proceso de modificación sean ellas y ellos quienes estén al centro de la propuesta.
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