Una campaña internacional puede ayudar muy poco a las mujeres afganas pero pretende llamar la atención del mundo hacía está crisis.
Así lo señalan escritoras latinoamericanas consultadas sobre el manifiesto “Abrir las puertas a Afganistán y las afganas” firmado hasta el momento por 111 mil 300 mujeres en diversos países.
Juan Carlos Valdés
Firmar un manifiesto o un comunicado condenando al régimen Talibán en Afganistán puede parecer insignificante, pero es aún peor quedarse sin hacer nada, coincidieron diversas escritoras latinoamericanas que se adhirieron al Manifiesto “Abrir las puertas a Afganistán y las afganas” propuesto por escritoras y periodistas españolas y que al momento ha reunido más de 111 mil firmas en todo el mundo.
Para la escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero, lo importante es llamar la atención, levantar la voz sobre una tragedia que se cierne sobre mujeres, niños y también los hombres que los defienden en Afganistán.
“Lo importante es lo que ellas sienten, que un grupo de escritoras latinoamericanas o hispanas firme un manifiesto.
Quizás es una cosa que no llega a ningún lado, que no cambia nada, pero quedarse de brazos cruzados entristeciéndose sin hacer nada, sin hacer nada público, sin llamar la atención de los medios, pues me parece más aún más insignificante, que un manifiesto que quizás puede ser considerado insignificante”.
Unen sus voces
Mujeres de todo el mundo se han unido para instar a la comunidad internacional a “abrir las puertas a Afganistán y las afganas” en un manifiesto feminista que ha acumulado más de 100.000 firmas en dos días, la mayoría de reconocidas escritoras, periodistas, científicas, actrices, políticas o intelectuales de todos los rincones del planeta.
Miles de mujeres temen volver al panorama que vivieron entre 1996 y 2001 cuando el Talibán mantuvo el poder en el país asiático y la mujeres tuvieron prohibido trabajar fuera del hogar, debían llevar el burka por obligación, salir acompañadas por un pariente de sexo masculino y no tuvieron acceso a la educación.
La cuentista y novelista chilena Alejandra Costamagna, comentó sobre lo espeluznante que es el regreso del Talibán al poder en Afganistán y la violencia que implica sobre las mujeres.
Me parece que es una situación horrorosa para las y los afganos de cualquier condición. Necesitan huir de este país que sido tomado por el fanatismo, por la intolerancia, por el terror y especialmente pienso en lo espeluznante qué es para las mujeres.
Las mujeres vistas como propiedad, como un cero, anuladas completamente, como sujetas. Es muy violento lo que implica para ellas, la prohibición a salir de sus casas solas hasta la imposibilidad de acceder a la educación o el castigo por exhibir los tobillos. Es realmente una pesadilla”.
Sara Husvedt, la brasileña Nélida Piñón, ambas Premio Princesa de Asturias de las Letras, las mexicanas Elena Poniatowska, Nubia Macías y Lydia Cacho.
También se encuentran las españolas Almudena Grandes, Aitana Sánchez Gijón, Elvira Sastre y Pilar del Río, la chilena Lina Meruane, la nicaragüense Gioconda Belli, las argentinas Cecilia Roth y Florencia Etcheves, entre miles y miles más, que han firmado el documento.
Hacen un llamado internacional
Un manifiesto firmado por mujeres no significa nada para un régimen como el Talibán, reconoce la argentina Claudia Piñeiro quien explicó que lo importante es llamar la atención del mundo hacia esta situación.
Los resultados efectivos que puede tener sobre el régimen talibán un manifiesto firmado por tanta cantidad de mujeres cuando justamente es un régimen que no respeta los derechos las mujeres, no tienen en cuenta sus opiniones.
Siempre pregona que la mujer solamente se quede en su casa, que no estudie, qué se dedique a las tareas familiares.
Un manifiesto motorizado por mujeres, por tanta cantidad de mujeres: profesionales, escritoras, periodistas, etcétera no sé cuánto les puede afectar.
Pero sí me parece que es un llamado de atención a todo el arco internacional, a la ONU, a los principales países para que estén atentos y defiendan los derechos de estas mujeres y niñas que están en peligro de ser cercenados.
El manifiesto pide a la comunidad internacional que “exija del poder talibán mantener abiertas las fronteras para que todas las personas que deseen abandonar Afganistán huyendo de un poder fanático impuesto por la fuerza de las armas puedan hacerlo en unas mínimas condiciones de seguridad”.
Autoras buscan la empatía internacional
Gabriela Cañas, Soledad Gallego-Díaz, Rosa Montero y Maruja Torres iniciaron este llamado urgente a la comunidad internacional para que se mantengan abiertas las fronteras de Afganistán y salgan del país todas las personas que lo deseen.
María Fernanda Ampuero reclama que tengamos la capacidad de conmovernos y asustarnos ante esta situación.
Más que pensar, siento terror por estas mujeres, que en estos años pudieron respirar un poco y poder ser personas.
Ser reconocidas como personas y el mensaje que reciben de volver a convertirse en sombras y además en sombras que se pueden violentar y en sombras que se pueden asesinar con absoluta impunidad. ¿Qué siento? Por que ni siquiera pienso, siento terror, siento frustración, siento desolación.
Firmé obviamente ese manifiesto porque cómo no hacerlo. Sale de mi comprensión que alguien no esté padeciendo con las mujeres, las adolescentes y las niñas afganas.
Reclama también que se “respete los deberes elementales de solidaridad y compasión humana admitiendo en los vuelos y convoyes de repatriación de extranjeros al mayor número posible de afganos y especialmente afganas en peligro inminente, hayan estado o no al servicio de Estados o instituciones que los talibanes consideran enemigos”.
También pide especial atención a las mujeres en situación de riesgo sea por haber desempeñado tareas profesionales prohibidas por los talibanes, asistido a escuelas y universidades, conducido su vida al margen de una moral fanática o cualesquiera otros motivos”.
Reúnen miles de firmas
Por todo ello, la chilena Alejandra Costamagna se pronuncia por levantar la voz, mientras más fuerte, mejor.
“Y creo que las mujeres pasan a convertirse en la extensión de esta moral fanática y de un control social aberrante.
Es verdaderamente un retroceso para la humanidad. Hay que sacar la voz frente a esta situación y llamar a estar en alerta, llamar a que esto cese, y que no se siga produciendo esta verdadera catástrofe”.
En las últimas horas cientos de mensajes e iniciativas han inundado las redes en apoyo a las mujeres afganas y denunciar la situación en la que quedan tras la salida de las tropas extranjeras del país y el regreso del régimen talibán.
Una tragedia humanitaria y una tragedia mundial, y es cierto que no podemos hacer como mujeres latinoamericanas mucho más y nos queda pura desolación y pura angustia, o tal vez, hacer “rezos laicos “ para que algo proteja a estas mujeres, concluye María Fernanda Ampuero desde Ecuador.