La cada vez mayor disponibilidad de información a través de Internet y de las redes sociodigitales ha amplificado el alcance de las noticias falsas que se propaga. No obstante, desde la radio, periodistas, productores y guionistas trabajan para contrarrestar el efecto de aquella información falsa o errónea que las personas comparten en sus redes sociodigitales de manera intencional o no.
Montserrat Sánchez
José Fuentes es maestro de secundaria. Vive en Iztapalapa, la alcaldía con más contagios de covid-19 en la Ciudad de México.
En esta zona de la ciudad donde confluyen condiciones de pobreza, falta de servicios básicos y una alta densidad poblacional, la radio se convirtió en una herramienta para hacer frente a otro de los desafíos que llegó con la pandemia de coronavirus hace 10 meses: la Infodemia.
“Me daba ansiedad y miedo no solo ver esas noticias sino que mi familia también las viera y creyera. Como que nos entraba desesperación de no saber qué creer. Fue de ahí que mejor me fui a buscar noticias en la radio y poco a poco sentí una diferencia sabes, me fui confiando más porque a diferencia de artículos que luego leía en internet, acá siempre dicen la fuente, podías oír de la voz de doctores o científicos la información”
El miedo y ansiedad que experimentó José es una situación normal. El surgimiento de información excesiva sobre la pandemia, en ocasiones correcta y en otras no, también tiene otros efectos en las personas, como depresión, agobio, agotamiento emocional o incapacidad para satisfacer necesidades importantes.
La falta de respuestas, de fuentes confiables y de orientación afecta los procesos de decisión en situaciones de emergencia, alerta la Organización Panamericana de la Salud.
Cuando uno de sus vecinos enfermó, José Fuentes constató las consecuencias del exceso de información que sin fuentes confiables y sin ningún control circula todos los días en Internet.
“El señor no quiso ir al hospital, tenía miedo de que pues no lo fueran a atender entonces sus hijos quisieron atenderlo aquí, en su casa, pero empeoró rápido, en unos tres días el señor ya tenía problemas para respirar, ya necesitaban conseguir un tanque de oxígeno y sus hijos buscaron en internet pero no había nada que les sirviera, una dirección o una autoridad que los ayudara”
Aunque José intentó apoyarles, la información que encontró en Internet le provocó desconfianza.
En algunas notas leyó que tomar cloro servía para evitar la enfermedad, había otras que hablaban del uso de luz ultravioleta para eliminar el virus, incluso que la eventual vacuna contra la Covid-19 provocaría daños a las personas e incluso la muerte.
Esta información en algunos casos estaba reforzada por declaraciones de políticos, como el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, o personajes del espectáculo, una situación que potencia su capacidad de incidir en la opinión de la gente, de acuerdo con Julián Atilano, doctor en Sociología por el Colegio de México.
“Los procesos de desinformación se potencializan cuando personajes públicos comparten información falsa o errónea ya sea de manera intencional o no, por ejemplo personajes de la farándula, ex presidentes e incluso de la academia han compartido información errónea. El problema es que su legitimidad entre sus audiencias promueven que los contenidos que comparten circulen de manera más rápido pues traen consigo el halo de la voz autorizada.”
Un esfuerzo global contra la Infodemia
En un intento de contrarrestar toda esa información, organismos internacionales como la UNESCO, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud emprendieron acciones para evitar la propagación de mensajes que pudieran confundir a la población. La radio se convirtió en una aliada para ellos y también lo fue para José.
“Yo prendí la radio, ya la verdad es que se me hizo costumbre, y al lavar los trastes justito empezaron a decir sobre un listado de lugares donde lo podían rentar y rellenar tanques. Les hablé rápido a los hijos del señor y apuntaron los teléfonos de unos cuatro más o menos y empezaron a llamar, ya otra vez tenían miedo porque en los primeros dos no les contestaron hasta el tercero que les dijeron que sí, que todavía podían ir y que no había tanta gente formada”
Infodemia: hoy como hace cien años
La situación por la que atravesó José no es exclusiva de esta época. En la pandemia de Influenza Española de 1918, considerada la más grave de la historia, la desinformación abrió la puerta a todo tipo de rumores y mitos.
En los diarios estadounidenses y británicos aparecían publicados anuncios publicitarios que ofrecían curas “milagrosas”:
- “La salud arruinada por la gripe”, las tabletas del Dr. Cassell’s eran el remedio prometido para mejorar la salud de los estadounidenses.
- “Cuídate con Milton”, un remedio que prometía la inmunidad con solo enjuagarse la boca todas las noches.
- “La cura India es la mejor”, un remedio que aseguraban hacía “magia” con la fiebre.
Información instantánea. Un arma de doble filo.
La cada vez mayor disponibilidad de información a través de Internet y de las redes sociodigitales ha amplificado el alcance de las noticias falsas o de información malintencionada que se propaga por Facebook, Twitter o WhatsApp. A veces a una velocidad similar a la de un virus, dice Atilano.
“Hay evidencia de que usualmente la desinformación se compone de noticias novedosas, es decir, que contienen contenidos nuevos sobre algún tema, lo cual hace que sea más probable que las personas compartan dicho contenido. Si este contenido genera emociones, la propagación es más profunda”
Contrarrestar la oleada de información falsa no es sencillo. Más aún cuando cada mes hay 361 millones de nuevos videos en YouTube y 550 millones de tuits.
No obstante, desde la radio, periodistas, productores y guionistas trabajan para contrarrestar el efecto de aquella información falsa o errónea que las personas comparten en sus redes sociodigitales de manera intencional o no.
Al respecto, Deyanira Morán, locutora y jefa de información del noticiero Prisma RU en Radio UNAM comparte lo siguiente:
“La importancia del mensaje de la información que vas a hacer pública desde un medio de comunicación debe ser una información con un contenido responsable y a que me refiero pues a que debe pasar por un mínimo filtro o un filtro de veracidad de que fuente lo está indicando una información que no descontextualice”
Desde que inició la pandemia, Morán cuenta cómo han enfocado su planeación para abrir el micrófono a expertos y que ellos sean los que hablan sobre la enfermedad de covid-19, las consecuencias para la salud, así como los nuevos descubrimientos y las vacunas.
Igual que el virus, la infodemia recorrió el mundo y causó estragos en varios países. En Argentina por ejemplo, los medios públicos decidieron hacerle frente y plantearon una estrategia para proteger a la población, así lo cuenta Silvana Avellaneda, periodista y productora en Radio Nacional Argentina.
“Y sobre todo la principal advertencia que tuvimos todos es que ninguna noticia es real si llega por WhatsApp a partir de: ‘me contaron que’; o ninguna noticia es real si llega un audio diciendo: ‘el primo de mi primo que es médico’; que eso sucedía en los primeros tiempos y solo provocaba la paranoia en toda la población”
Pero no basta con ello. Para Julian Atilano, el siguiente paso que debe dar la ciudadanía es hacia nuevos estándares sobre aquellas personas que hacen que el efecto de la infodemia se amplifique aún más.
“Como sociedad deberíamos reforzar la ética de la difusión. Así podríamos valorar en el momento o en el futuro, las acciones de aquellas personas o grupos de interés que buscan o buscaron generar información falsa. Existiría entonces una sanción social y al menos esto podría promover mejores prácticas”