Es el primer campeón olímpico y superó en la final al japonés Kanoa Igarashi.
Irma Cuevas
El surf cambió la vida del brasileño Ítalo Ferreira. Proveniente de una familia humilde del pueblo costero Baía Formosa, dominó sus primeras olas en la tapa de una nevera, después sus primos le prestaron unas tablas y a los 12 años comenzó a participar en competencias oficiales.
“Creo que tengo una gran historia a mis espaldas. Empecé a surfear en la tapa de una nevera, luego tuve mi primera tabla y gané mi primer evento. Tengo mucha pasión por el deporte y empecé a hacer historia”.
En 2011 compitió en los Campeonatos del Mundo junior, previo a ganar el campeonato de Brasil y clasificarse al World Championship Tour donde fue nombrado el mejor novato al terminar en la séptima posición.
Para 2018 consiguió sus primeras victorias en el World Championship Tour y en 2019 se proclamó campeón del mundo en los Juegos Mundiales de Surf y campeón del mundo de la World Surf League.
Ferreira invirtió sus primeros premios en una casa para la familia, que se convertirá en la sede del Instituto Italo Ferreira, que tendrá como misión ayudar a los niños con bajos recursos de Baía Formosa.
El podio olímpico fue para Ítalo Ferreira, de Brasil, con la medalla de oro; la plata fue para el japonés Kanoa Igarashi y el bronce para el australiano Owen Wright quien se recuperó de una lesión cerebral traumática sufrida en 2015.