Los suelos de la CDMX y Edomex presentan una degradación por los incendios forestales, conflictos de tierra, tala ilegal y la actividad agrícola
Natalia Matamoros
La llegada de huracanes trajo lluvias al país, los meteorólogos todavía esperan dos ondas de calor más para este año, por lo que es posible que se desarrollen nuevos incendios forestales .
En la Ciudad de México y el Estado de México, los incendios forestales de gran magnitud ocurridos en Valle de Bravo, Lerma y Texcoco, los conflictos de tierra, la tala ilegal, el sobrepastoreo y el cambio climático, han contribuido a la degradación de los suelos La situación amerita medidas urgentes para la restauración de los suelos y conservación del ecosistema terrestre.
¿Por qué la actividad agrícola afecta al suelo?
Helena Cotler, profesora de la Escuela de Ciencias de la Tierra de la UNAM, explicó que la actividad agrícola tradicional que todavía se estila en México utiliza fertilizantes que empobrecen los suelos y destruyen los ecosistemas, lo cual provoca la mortandad de especies vegetales y la migración de la fauna.
“Todavía hay una agricultura muy tradicional de dejar a los suelos desnudos. Se labran, se dejan completamente desnudos, se siembra y se espera la lluvia. Esto lo que está haciendo es que el agua que tienen se evapora completamente y cuando llegan las lluvias, que ahora han sido muy intensas, erosionan.
Ese sistema agrícola convencional de dejar a los suelos desnudos lo que está generando es un empobrecimiento muy fuerte de los suelos”.
¿Cómo recuperar la calidad del suelo?
De acuerdo con Cotler, para recuperar la calidad de los suelos afectados, es necesario un plan de rehabilitación que no solo se centre en la reforestación. Se requiere incorporar materia orgánica y sólida, como la composta; estrategias para evaluar y mitigar la erosión, la promoción de prácticas agroecológicas y el monitoreo continuo de las superficies terrestres.
“En la parte del diagnóstico, que tengan interés en saber qué suelos tienen y cuáles son los problemas de sus suelos, generales y subyacentes, que está causando la degradación”.
También recomendó contemplar dentro de los planes de manejo, estrategias de monitoreo, de la cobertura forestal y de los suelos, porque están ligados.
“La cobertura forestal va ligada con la calidad de los suelos, no se puede separar, y no se puede entender si hay más regeneración, si la reforestación es exitosa o no, si no se entiende cómo está la calidad de los suelos”.
En todo este proceso, la participación ciudadana es vital para la puesta en funcionamiento de planes de conservación. Por ello, la especialista llamó a los organismos gubernamentales abrir más canales de diálogos y evitar conflictos por el uso y el manejo de los suelos.
Para Cotler, el nuevo gobierno tiene que incentivar la industria ecológica, prohibir las prácticas dañinas que afecten la integridad de los suelos y la biofauna, además de mejorar la planificación urbana que evite la deforestación de las áreas verdes de la ciudad.
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