El elemento compartido entre los países donde existe mayor censura es la presión por grupos económicos, políticos o por cuerpos coercitivos como la policía, el ejército o incluso el crimen organizado. Sin embargo, se está consolidando un periodismo independiente que tiene buenos y buenas contadoras de historias, comprometidos con la esencia de la profesión.
IMER Noticias
Los estudiantes del Máster oficial de Periodismo e Innovación de contenidos digitales del Departamento de Periodismo y Ciencias de la Comunicación de la UAB presentan su libro Censurados: Historias que no pudieron callar, bajo la dirección del profesor Santiago Tejedor.
Dicha obra presenta entrevistas a periodistas de todo Iberoamérica que han sufrido censura. El exilio durante gobiernos militares o democráticos hasta la violencia física o el asesinato de colegas son algunas de los problemas que estos periodistas han tenido que atravesar para contar historias, transmitir ideas o difundir información sensible.
En entrevista, Santiago Tejedor habla de que en los 12 países que el libro retrata, hay elementos compartidos. La censura periodística responde a realidades parejas.
“Se trata de un problema de todos y para todos. La solución ha de venir del conjunto de la sociedad”.
Uno de los principales problemas que enfrenta el periodismo actualmente es la desconfianza por parte de la sociedad en general hacia los y las periodistas. En España se realizó una encuesta para conocer las profesiones menos valoradas: banqueros, políticos y periodistas.
“Es decisivo que la sociedad vuelva a situar al periodismo en el lugar que merece”.
Hoy en día es difícil por la cantidad de ruido digital y por la confusión entre emisores y periodistas. Además, en los países donde está presente la censura, las condiciones laborales no son adecuadas y en muchos casos los periodistas no saben qué es lo que deben hacer en caso de una censura y la sociedad no reconoce nuestra labor.
“Estamos olvidando la importancia que tiene el buen periodismo en el contexto de sociedades demócratas. Una buena democracia requiere de buenos periodistas”.
El elemento compartido entre los países donde existe mayor censura es la presión por grupos económicos, políticos o por cuerpos coercitivos como la policía, el ejército o incluso el crimen organizado. México es uno de los países del mundo con mayor número de periodistas asesinados en el ejercicio activo del periodismo, subrayó Tejedor.
Sin embargo, agrega que hay une buena noticia: se está consolidando un periodismo independiente que tiene buenos y buenas contadoras de historias, comprometidos con la esencia de la profesión. Además, comienzan a conformarse redes trasfronterizas donde periodistas de otros países se apoyan mutuamente para visibilizar las problemáticas sociales.
Finalmente, señala que si para el colectivo de periodistas los problemas ya son muchos, son mucho más profundos para las mujeres, por lo que reconoce la labor de las periodistas que trabajan día a día.
El libro puede consultarse de forma gratuita en:
http://www.gabinetecomunicacionyeducacion.com/sites/default/files/field/publicacion-adjuntos/censurados_historias_no_pudieron_callar_libro_uab.pdf
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