La lucha por el lenguaje incluyente es sólo uno de los rostros de la lucha por los derechos, la igualdad y el respeto a la diversidad. Reconocer la existencia del otro es aceptar otras identidades y otras formas de estar en el mundo.
Juan Carlos Valdés
Son palabras, es lenguaje, es comunicación, son símbolos como la @, son letras como la “x” y la “e“. Pero detrás de todo esto hay una postura política, una conciencia social y sobre todo, el respeto al otro, a lo diferente, al que se siente excluido.
No es nuevo el debate en torno al lenguaje incluyente, hay décadas de pronunciamientos, investigaciones y reclamos; si en los últimos días tomó fuerza, fue gracias a las redes sociales y a un video que registró el reclamo de una persona de la comunidad No Binaria para que se le llamara “compañere“.
El debate por la igualdad en el lenguaje es antiguo
Ya en la Revolución Francesa, en 1791, Olympe de Gouges con el pseudónimo de Marie Gouze, escribió La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, paráfrasis de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en la que propone la emancipación femenina en el sentido de la igualdad de derechos o la equiparación jurídica y legal de las mujeres en relación a los varones.
La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, fue una denuncia de la negación de esos derechos, Olympe de Gouges fue guillotinada el 3 de noviembre de 1793.
El debate y el reclamo por la igualdad es añejo, para la investigadora del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México, Violeta Vázquez, la lucha por el lenguaje incluyente ha vivido varias etapas luchando primero por un lenguaje no sexista y ahora la más reciente, a partir de la comunidad No Binaria, lo que demuestra que más que el lenguaje, lo que está cambiando es la sociedad.
“En esta sociedad no es el lenguaje lo que está cambiando es la categorización social. La gente está cuestionando categorias sociales que tenemos hoy perfectamente establecidas, como género y su relación con el sexo biológico.
Todo eso está siendo objeto de una discusión y de un reacomodo, en consecuencia van a buscar maneras de nombrar esa nueva reorganización de las categorías sociales”.
Se busca visibilizar a través del lenguaje
La lingüista Idanely Mora, del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, recuerda que el lenguaje solo es un espejo del contexto social.
“El lenguaje es el espejo del contexto social, se involucran factores culturales, factores políticos y religiosos en la manera de ver al otro.
Que si no hay sólidas posturas políticas, cuestiones sólidas también sociales que contribuyan a que la mujer y otros colectivos colectivos asuman un rol en la sociedad, un rol equitativo, creo que el lenguaje es sólo es un recurso discursivo.
Yo creo que la forma en que estos colectivos están pugnando para que sean visibilizados”.
El lenguaje nos permite nombrar y por lo tanto reconocer, de allí que la lucha sea no por una letra sino para que se reconozca que existen otras experiencias, otras formas de estar en el mundo, explica Fabián LD, de la comunidad No Binaria.
“El saber que existimos, que no somos iguales que nace la necesidad de decir: tenemos experiencias diferentes, tenemos pensamientos diferentes, somos personas únicas.
¿Por qué no incluir en el lenguaje algo que nos ayude a indicar esa diferencias?, que al fin y al cabo tampoco se trata de diferenciar para excluir sino para indicar que hay una variedad”.
Las resistencias son muchas, los ataques, a veces furibundos, las burlas constantes. Imperan el desprecio, el desconocimiento y la intolerancia, pero también se aprecia la resistencia, la necesidad de ser reconocidos y vencer miedos y prejuicios, narra Xoch Quintero, de la comunidad No Binaria.
“También se piensa que son modas, son etapas, entonces las personas que pertenecen a eso merecen ser despersonalizadas, merecen ser violentadas.
¿Por qué por qué se salen de la norma?, ¿por qué quieren ser diferentes y únicos?
No saben lo que quieren , si es una moda, es ridicule, porque habla con la “e” y además todavía siendo joven, siendo parte de una moda, exige respeto?”.
“No, no se lo vamos a dar”. No es un hecho aislado, es parte de las estructuras con las que estamos formados”. Xoch Quintero, Comunidad No Binaria
El lenguaje inclusivo como sinónimo de tolerancia
El lenguaje sirve para comunicar, para nombrar y reconocer, pero también es un fenómeno que requiere del otro, para escuchar.
Para Kalycho Escofié, abogada y Directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, hablamos de la convivencia en una sociedad, las personas no binarias existen y nada nos cuesta primero reconocer y luego respetar.
“En estos temas de identidad de género, muchas veces no hay que entender las cosas, hay que validar a la persona con la que estamos hablando.
Yo lo que tengo que hacer es reconocer que esa persona es una persona igual que yo, que tiene dignidad igual que yo y si me está pidiendo que me refiera a elle de esa forma, qué me cuesta a mi”.
En este debate se incluye también la insuficiencia del lenguaje para designar la enorme variedad de identidades que siempre ha existido, pero que también siempre ha sido invisibilizada, expone Hortensia Moreno, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM
“La conciencia acerca de que si hay un problema con el masculino genérico ya estaba presente desde el siglo pasado.
Por lo menos una discusión abierta y que tomen en consideración el reclamo de que el masculino genérico no es suficiente y que hay personas que no se sienten incluidas cuando decimos “todos”.
El respeto va más allá del lenguaje
Una de las voces más reticentes al lenguaje inclusivo ha sido Concepción Company, de la Academia Mexicana de la Lengua y de El Colegio Nacional, quien ha señalado que la lucha por los derechos está en la sociedad, antes que en el lenguaje.
“Esto es un problema, no de la gramática, es un problema de la sociedad.
Volvemos a insistir en que la gramática es ajena a la valoración social, pero sí es un repositorio histórico de hábitos sociales sin duda, el discurso ahí está”.
Concepción Company agrega que lo importante no es como te llamen sino que se respeten tus derechos y lograr la igualdad en ámbitos concretos de la vida, sueldos, reconocimiento, visibilidad.
“¿El discurso incluyente mejora la igualdad? Pues no mejora la igualdad pero si consigue otorgar visibilidad para la mujer y crea una tensión social que debe ser discutida y puesta en la mesa de discusión.
Eso es lo que sí se está logrando. Se están creando cambios sociales muy importantes para los que luego la gramática los empieza a recoger, es decir la gramática va a la zaga de la sociedad”.
El lenguaje cambia al igual que la sociedad
Más allá de opiniones, el hecho es que nombrar algo nos permite primero reconocerlo y después pensarlo de mejor manera, la investigadora Layla Sánchez recuerda que el lenguaje es una construcción cultural y por lo tanto va cambiando según la sociedad, aunque siempre son procesos largos.
“Trabajamos en la construcción de algo nuevo y nos está costando trabajo. No queremos saltarnos las reglas gramaticales pero también las reglas gramaticales pueden transformarse porque el lenguaje es dinámico y cambia y el lenguaje es cultural y político.
Las lenguas se generan a través de consensos, son arbitrarias y por lo tanto son consensos culturales, sociales que permiten que existan”. Layla Sánchez, investigadora
No es una ocurrencia, hay una historia detrás y también una necesidad para el uso del lenguaje incluyente, se busca generar una nueva conciencia, una nueva estructura del pensamiento, se trata, como señala Xoch Quintero, de que todos participemos de la conversación.
“Qué todas las palabras que usamos en algún momento se inventaron. Yo creo que pedir que te nombren dentro de las conversaciones no es imposición.
Es como -oye vamos a compartir espacios, si eres de familia, si trabajamos juntos, creo que estaría bien que todos estuviéramos involucrados en la conversación-”. Xoch Quintero, Comunidad No Binaria.
Lucha por la igualdad a través del lenguaje
“Hombre, ¿eres capaz de ser justo?” pregunta en el prólogo a la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadanía Olympe de Gouges en 1781, que hace un llamado a la justicia y a la igualdad de derechos entre varones y mujeres, y luego parafrasea cada artículo de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Hoy 240 años después, la lucha por la igualdad sigue en varios frentes y uno de ellos es en la trinchera del lenguaje incluyente y desde la comunidad No Binaria.
“Creo que las personas que queremos luchar por esto, por la inclusión, porque se respete, si no lo usamos, pues nadie lo va a hacer por nosotros”.