El principal problema al que nos enfrentamos es que el calentamiento es un tema global que requiere reducciones también a escala global.
Escucha nuestra conversación con la Dra. María Amparo Martínez Arroyo y Francisco J. Doblas-Reyes
IMER Noticias
Alrededor de 100 naciones y partes han firmado un compromiso global para reducir las emisiones de metano en un 30% de los niveles de 2020 para 2030. Así lo anunció este martes en Glasgow la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Asimismo, con su adhesión a la Declaración de Líderes de Glasgow sobre los Bosques y el Uso de la Tierra, México y 123 países más acordaron terminar con la deforestación a fin de recuperar los bosques del mundo.
En este contexto conversamos con Francisco J. Doblas-Reyes, Investigador ICREA y director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center y la Dra. María Amparo Martínez Arroyo, directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
¿Cuáles son las primeras impresiones sobre la firma de estos dos acuerdos y sobre la propia discusión que tiene lugar en la COP26?
La Dra. María Amparo Martínez consideró que la Conferencia tuvo un buen inicio con esta firma de los acuerdos. Sin embargo, se percibe un poco de lentitud en el avance de las conversaciones.
“Teníamos la impresión de que íbamos a llegar con muchos ánimos. Parece que en cierto sentido sí, hay mucho ánimo de llegar a acuerdos. Éstos dos primeros lo confirman, pero en las mesas de discusiones todavía está arrancando con lentitud. Y siempre la primera semana nos indica mucho cómo será el ritmo”
¿Qué ha fallado con respecto a acuerdos previos y qué representan entonces estos nuevos?
El investigador Francisco J. Doblas-Reyes consideró que la clave del por qué los acuerdos no han rendido frutos es que no son vinculantes.
“El hecho de que no exista vinculación es muy importante, porque hace que los países no se sientan obligados a cumplir con esos compromisos hasta el final”
Asimismo, destacó que no debemos olvidar que el gran reto que tenemos para la reducción para las emisiones es el dióxido de carbono (CO2). Pese a que su impacto a corto plazo es menor que el metano, es un gas que tiene un tiempo de residencia en la atmósfera muchísimo más largo.
“Esto o hace mucho más peligroso, porque es el que determina el calentamiento a largo plazo. Ese es el gran reto. No solo de esta cumbre, sino de todas las anteriores”
¿Llegamos a tiempo o muy tarde a estos acuerdos?
La Dra. Martínez Arroyo consideró que es importante pensar que hay procesos que ya no serán reversibles. Por ello es importante evitar llegar a puntos sin retorno. Sin embargo, también es importante pensar en las metas alcanzadas y evitar la idea de que todo es un fracaso.
Asimismo, también destacó que, pese a que hemos avanzado, el esfuerzo actual no es suficiente. Explicó que, según un informe recientemente publicado por las Naciones Unidas, hemos logrado un avance del 7.5% respecto a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de aquí al 2030 (límite fijado en los Acuerdos de París). Para limitar el calentamiento a los 1.5 grados establecidos, se requeriría una reducción del 55%.
“¿Qué quiere decir esto? Que necesitaríamos multiplicar por siete los esfuerzos actuales de todos los países”
También explicó que aún si logramos frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, el sistema climático tiene una inercia que tardará en detener el curso de calentamiento que lleva actualmente.
“Entonces ya tendríamos que estar trabajando en todos los países sobre adaptación, sobre cómo podemos reducir nuestras vulnerabilidades y avanzar en términos tecnológicos y de organización social”
Calentamiento global, acciones globales
Finalmente, Doblas-Reyes compartió que el principal problema al que nos enfrentamos es que el calentamiento es un tema global que requiere reducciones también a escala global.
“Tiene poco impacto que Europa adopte compromisos realmente ambiciosos y que México haya reducido en el último año casi a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero, si el resto de los países, en particular los principales emisores, no hacen un esfuerzo similar”
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