A lo largo de 60 años, Eduardo del Río, “Rius”, mostró en sus cartones y libros una mirada crítica y aguda sobre México.
Este 8 de agosto, recordamos a uno de los moneros más importantes del país, creador de “Mis supermachos” y “Los agachados”, a 4 años de su fallecimiento.
Carolina López Hidalgo
“Hoy alguien puede ver un cartón de hace unos años y piensa que es actual, ahí está el problema”. Rius
El legado
Rius, menos conocido como Eduardo del Río, pensaba que la única manera de vengar la burla de los gobernantes era la risa. Esa fue la guía de sus trazos que, a cuatro años de su muerte, son referente de moneros, periodistas y estudiantes.
La crítica está al centro de su obra. Empezó en la revista “Ja-Ja” en 1955, continuó con sus propias publicaciones, como “Los Agachados”, “Mis Supermachos” y “Marx para Principiantes”. Entre cartones y risas, su trayectoria culminó con la publicación “Cuando se empezó a xoder Mejico”, en 2015.
Economía, política, religión, música y filosofía eran los temas sobre los que Rius dibujaba y escribía, siempre con honestidad. Así lo dice el monero Rapé, director de “El Chamuco”, revista fundada por Rius en 1996.
“Le debemos a él a Helio Flores, esta dinámica de la caricatura de combate, de la caricatura responsable, la caricatura que no está hecha para agradar sino para hacer crítica”. Rapé, caricaturista
“Rius se convirtió en el gran caricaturista narrativo, aquel que al contarnos una historia y hacer libros explicativos, acompañados de dibujos, formó a muchos y aprendimos más que en la escuela”. Juan Villoro
El cronista Juan Villoro recuerda que el legado de Rius no se limitó a lo humorístico, también llegó al ámbito académico. Entre los más de 100 libros que publicó hay algunos que aún son consultados por estudiantes universitarios.
Los temas que le interesaron
En 1977, la traducción de “Marx para Principiantes” al inglés dio origen a una serie de libros explicativos basados en historietas. En sus obras abordó la situación en Cuba, el movimiento Sandinista, la URSS y la Perestroika, la crisis de la educación en México y hasta la historia del PRI.
Todos ellos con un soporte documental sólido y casi listos para su publicación.
“Ser editor de Rius, y esto lo digo todo el tiempo, es el sueño más increíble de cualquier editor porque llegaba con el libro hecho, claro había que leerlo y que alguna cosita, que alguna sugerencia, pero ya como estaba dibujado y perfectamente armado” Ariel Rosales, editor de Rius
La influencia de Gabriel Vargas
“El conocimiento de Gabriel Vargas comenzó cuando yo tenía 8 años, con mi hermano Gustavo, descubrimos una historieta que nos enloqueció, se llamaba la historieta los Super locos y desgraciadamente para la historieta nos internaron a mi hermano y a mí con los salesianos, entonces dejamos de estar en contacto con la historieta, siete años después nos expulsaron ignominiosamente del seminario.
Una de las cosas que llevé a cabo fue buscar la colección de los Súper locos pero la colección había desaparecido, mi hermano mayor, que era del PAN, dio razón de ella, quemándola”, Rius
La influencia del creador de la Familia Burrón estaba plasmada en las historietas de Rius, quien decidió voltear su mirada hacia el México rural. Lo hizo inspirado en Michoacán, su estado natal.
Personajes como Don Calzonzin y Don Perpetuo del Rosal, son un recordatorio de aquel entorno en el que él creció, afirma el monero Hernández.
“Rius empieza a trabajar como espejo de otra historieta que retrataba el lado urbano que era la familia Burrón; Rius volteo su mirada al México rural y entonces inventa un pueblo que él conocía porque era de Michoacán con su pueblo de San Garabato y se inventaba otro que era Chayotitlán y con todos estos personajes muy característicos de este México, contando historias que no se habían contado mucho”. Hernández, caricaturista
Las historias que Rius contó se gestaron en las instalaciones de una funeraria, donde trabajó en los años 50. En sus tiempos libres, acudía a la librería de viejo, donde consolidó su gusto por la lectura y desarrolló su labor como dibujante, así lo comenta su editor Ariel Rosales.
“Él dice que Gayosso realmente fue la universidad donde el estudio, porque como había tantos tiempos muertos, lo que hizo fue leer y leer y leer ahí adquirió un hábito de lectura bárbaro, Él era un lector disciplinado, leía de todo Y de una manera vasta, Y se formó como autodidacta, leyendo”.
“¿Entonces tú eres ese monero tan ateo y rojillo?”. Esa fue la pregunta que le lanzó su padre cuando ganó el Premio Nacional de Periodismo en 1959. Rius había decidido ocultar su nombre para evitar que le identificaran.
Su posición política
Sus posiciones políticas le abrieron puertas de diarios y revistas, pero también le abrieron frentes. En su libro “Memorias Desmemoriadas”, relata el secuestro del que fue víctima en 1969.
“Lo que recuerdo es que me notificaron, con un lenguaje apropiado, que me iban a matar por haberme burlado del Señor Presidente, del Gobierno y del Sagrado Ejército Nacional”, escribió Rius.
Ni su humor ni sus críticas se detuvieron. Para el caricaturista Darío Castillejos el humor de Rius iba más allá de la risa misma.
“El humor es un acto de amor, porque el humor es benéfico para la salud, el humor se contagia y te permite afrontar la vida y situaciones sociales con una actitud, pues, muy bonita y era el caso de Rius al hablar, siempre tenía una puntada, pues de todo hacía gracia”.