Este deportista venezolano es especialista del BMX, tiene 36 años y ha ganado varios torneos que lo han convertido en el mejor del mundo.
Jorge Villordo
Daniel Dhers comenzó a montar la bicicleta a los 12 años en Caracas, su ciudad natal, y 28 años después sigue conquistando las alturas en su caballo de acero con evoluciones extremas que le han valido la medalla de plata en Tokio 2020 y el oro en el Extreme de Barcelona de la Urban World Series.
Hoy este venezolano es un profesional con reconocimiento internacional, actual número nueve del ranking mundial de BMX Freestyle de la Unión Ciclista Internacional y ganador de múltiples medallas y torneos, siempre representando a su país.
Con 36 años, Dhers dice sentirse motivado por enseñar a los jóvenes la adrenalina de este deporte, a quienes les dice: “Cuando empiezas a competir, los nervios se juntan con el miedo y es una locura”.
En Argentina comenzó a ganar más experiencia y a los 21 emigró a Estados Unidos para encauzar su carrera a la paga económica. Tiene más de 15 títulos profesionales, es el rider número uno del mundo, ganó su primer título en 2006 en el Dew Action Sports Tour, título que defendió en 2007 y 2008. En los famosos X-Games, se coronó en 2007, 2008, 2010, 2011 y 2013.
Recuerda que su más difícil ataque a una pista fue en Catamarca, Argentina, donde existe el mayor nivel del mundo; un skatepark hecho de piedra pómez, rugosa y áspera, tan blanca cada una de ellas que no sólo iba a tallarle hasta los huesos en una caída, sino que deslumbraba a todos por el reflejo del sol que les impedía competir.
Su cuerpo como herramienta de trabajo
Como uno de los veteranos de la élite que desafía la gravedad aprendió a comer, entrenar y descansar, sus conocimientos los busca compartir, cuida su cuerpo como una herramienta de trabajo y estos mensajes prevalecen desde 2013 a los niños y adolescente en su escuela, llamada Daniel Dhers Action Sports Complex, en Holly Springs, Carolina del Norte.
Otra de las cosas que lo hacen especial por el mundo no solo por ser capaz de tomar cualquier posición imaginable con su bicicleta, es su pronunciada dentadura que fue comentada en redes sociales durante los juegos de Tokio, obedece a una reconstrucción y es que el atleta perdió los dientes superiores a raíz de un accidente en bicicleta.
Daniel Dhers sigue sin perder su foco. En otros términos, es un profesional consumado, humilde, apreciativo que aún no concluye su año deportivo y va por más. Su siguiente suerte la hará en el Madrid Urban Sports del 8 al 10 de octubre.