El Dr. Ismael Aguilar destaca que la falta de agua evidencia también la desigualdad en el estado.
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IMER Noticias
La crisis hídrica de Nuevo León pudo evitarse “porque se conocía la situación con suficientes antecedentes”. Así lo expresó para IMER Noticias el Dr. Ismael Aguilar, investigador del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef).
“Han habido periodos recurrentes de sequía en Nuevo León durante los últimos 30 años. El último de ellos inició en 2019, pero hubo también en 2011 y 2013”.
El investigador señaló que en su momento la crisis se evitó gracias a algunas tormentas durante septiembre. Asimismo, las sequías no habían sido tan largas y sostenidas como actualmente, lo que tiene relación con el calentamiento global.
Dos de tres presas prácticamente secas
Por otra parte, el Dr. Aguilar explicó que aproximadamente 60 por ciento del agua que se utiliza para abastecer a la zona metropolitana de Nuevo León proviene de tres presas: Cerro Prieto, Dos Bocas y El Cuchillo.
Históricamente esas presas nunca habían bajado del 20 por ciento de su capacidad. Ahora, Cierro Prieto y Dos Bocas están “prácticamente secas”, alertó el especialista. Por su parte, la presa de El Cuchillo está al 40 por ciento.
Una crisis desigual
La falta de agua no se resiente de la misma manera en todo el estado. El Dr. Aguilar destacó que el 90 por ciento de la población se concentra en la zona metropolitana de Nuevo León. En consecuencia, también la mayor parte de la inversión se destina ahí y los servicios de distribución y saneamiento del agua son mejores.
En contraste, las zonas rurales en las que habita el otro 10 por ciento de la población enfrentan una cobertura deficiente y baja calidad del agua. “Como es solamente, entre comillas, el 10 por ciento, parece no ser tan importante, pero es un tema de inequidad”, puntualizó el doctor.
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