Triquis desplazados por la violencia en Oaxaca luchan por volver a sus comunidades, en medio de la burocracia y divisiones internas.
Familias triquis que huyeron de su hogar permanecen en la Ciudad de México.
Marlene Thiele / Perla Miranda
El colorido inmueble destaca entre los edificios de viviendas, oficinas y cafés de la colonia Anzures, cerca del Bosque de Chapultepec. En las paredes hay pinturas de mujeres indígenas vestidas con huipiles, una especie de túnicas rojas. Son mujeres triquis.
“Casa de la Resistencia Triqui” está escrito sobre la puerta de entrada, que está cerrada. Tras llamar varias veces, alguien la abre.
Eloisa pertenece al pueblo triqui de Oaxaca. Pero esta joven de 26 años lleva tres en la Ciudad de México, involuntariamente.
“Este problema empezó el 26 de diciembre de 2020, cuando balancearon a la comunidad. No dejaban que la gente saliera, entre más pasaba el tiempo, había más balaceras”.
Ella es parte de las 144 familias triquis que huyeron de su hogar en Tierra Blanca a la capital del país, donde acamparon en el centro de la ciudad, bloquearon calles y protestaron. Ahora, treinta de ellas viven en un edificio de oficinas propiedad del estado de Oaxaca.
Aquí no hay agua corriente. No pueden cultivar alimentos en el jardín como hacen en casa. Los niños no van a la escuela.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
El origen del conflicto
Eloisa y los demás triquis de la casa culpan de los ataques al Movimiento de Unificación de Lucha Triqui, el MULT, una organización de resistencia indígena que con los años derivaría en disidencias.
El conflicto, que a primera vista parece una disputa entre triquis, es más complejo. Se remonta a los caciques de los años cuarenta. En aquella época, familias poderosas empezaron a controlar no directamente las tierras de los triquis, sino el comercio de armas y alcohol y, sobre todo, la producción de café, que en aquella época se cotizaba lucrativamente en la Bolsa de Nueva York.
Según la antropóloga Natalia de Marinis, integrante del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores, se desarrolló un ciclo de dominación indirecto y rentable para los caciques y las autoridades a las que apoyaban.
Natalia ha investigado mucho en la región triqui y también ha escrito un libro sobre los conflictos. Otros investigadores han documentado ampliamente los orígenes y la ausencia del Estado. Las escuelas y la sanidad durante mucho tiempo estuvieron exclusivamente en manos de los caciques, lo que les facilitó mantener su dominio.
“Más tarde, sobre todo en la década de los 70, los triquis se organizaron para hacer frente a esta violencia que sufrían por parte de caciques y que se ejercía entre los mismos triquis de otras comunidades”.
Resistencia triqui fracturada
El MULT se formó para luchar por los derechos de los triquis. Después, la resistencia empezó a dividirse. Surgió la Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui, UBISORT, financiada con fondos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
También se formó el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente, MULTI, del cual Horacio Santiago es integrante. Desde la casa en la colonia Anzures, él acusa al MULT de estar demasiado implicado en la política.
“Y esto originó que naciera el MULTI. Seguimos siendo el mismo proyecto, pero no somos el MULT de actores vendidos al Estado, somos el MULT de hace tiempo, el que nació para la lucha del territorio”.
De la otra cara de la moneda, el coordinador del MULT, Octavio de Jesús Díaz, rechaza que el movimiento busque influencia o dominio político y asegura que el problema tiene un origen externo.
“Yo acuso directamente que hay personas ajenas que les conviene que la región Triqui, que los triquis estemos divididos porque realmente somos uno solo y deberíamos de tener un solo objetivo, que es la paz y el desarrollo de nuestras comunidades. Pero desgraciadamente, como en todo el país, existen entes políticos ambiciosos, personas oportunistas que buscan el poder por el poder”.
Desde su oficina en Oaxaca, Oaxaca, Octavio también asegura que las y los triquis de la Ciudad de México son “autodesplazados”.
“Nosotros como MULT hemos dicho públicamente que las Puertas de Tierra Blanca están abiertas nunca nos hemos negado, al contrario. Queremos que regrese la gente”.
En realidad, ambas organizaciones se acusan mutuamente de agresiones, asesinatos y de los desplazamientos. Es difícil demostrar si hay un culpable de todo.
Damos inicio con nuestra #CARAVANA CONTRA LA #GUERRA AL #PUEBLO #TRIQUI Y LOS PUEBLOS #ZAPATISTAS.
— MULTI (@MULTI_Oficial1) November 20, 2023
Hoy por la noche salimos de la cuna de la #resistencia #Triqui.
¡Por un #retornoseguro con #justicia y #dignidad!
¡Nunca más un Mexico sin nosotros! pic.twitter.com/7HRF6OzvBI
El camino de la burocracia para intentar regresar a sus comunidades
Natalia de Marinis cree que los gobiernos de la región y del país tienen parte de culpa. La violencia sigue sin tener consecuencias. Los recursos simplemente se entregan a ciertas organizaciones, que se supone que luego redistribuyen los fondos entre los necesitados, lo que crea una desventaja para quienes no quieren formar parte de estas organizaciones.
“Hubo muchos intentos desde hace ya varias décadas de mesas de paz que se han instalado en la región y muchas han fracasado, principalmente por estas miradas que recaen sobre los triquis de que es un conflicto entre hermanos en el que el Estado no tiene responsabilidad”.
Décadas después, los triquis de Ciudad de México vuelven a recurrir a las autoridades.
Rocío también es una triquis desplazada. El pasado 25 de enero, se reunió con otros miembros del MULTI y representantes políticos en la Secretaría de Gobernación para una nueva negociación.
Un total de 19 personas están presentes, incluyendo a Horacio y Eloisa. La mesa no está abierta al público. Sin embargo, los triquis quieren expresar su apoyo y esperan en la puerta. Al igual que Horacio, muchos de ellos no se vieron afectados por la expulsión, sino que habían llegado a la capital años antes por motivos económicos.
En su mayoría son mujeres, algunas con bebés o niños pequeños. Esperan seis horas hasta que Horacio, Rocío, Eloisa y los demás salen por fin.
“Si lo viéramos más de carácter integral, este es un paso muy pequeño, pero creo que en el ámbito la medida cautelar, es un paso grande debido a que el Estado formalmente está obligado a cumplir con el retorno y justicia para las víctimas”, dice Horacio.
La medida cautelar a la que Horacio se refiere es la dictada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que en noviembre de 2023 ordenó al Estado mexicano garantizar la integridad de las personas triquis desplazadas y el retorno seguro a sus comunidades.
El panorama es complejo, las propias autoridades prefieren no comentar sobre el tema debido a que las negociaciones siguen en curso y serán retomadas a mediados de febrero. Si entonces no hay fecha de regreso, los triquis quieren volver a bloquear calles de la capital para llamar la atención. Aunque el caso no ha cambiado mucho en los últimos tres años, los triquis de Ciudad de México no se rinden.
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