Lo que estamos viendo en los últimos días en Estados Unidos es un linchamiento del presidente Trump y de sus políticas por un sistema totalmente agraviado por un motín que nunca se había visto en ese país, comentó José Carreño Figueras, periodista internacional especialista en temas de México y Estados Unidos.
Redacción IMER Noticias
Lo pasado en el Congreso de Estados Unidos hace una semana fue un paso extra para que el sistema se diera cuenta del daño que hizo la administración Trump al país, por lo que la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, afirmó que lanzará un segundo proceso de juicio político contra el presidente Donald Trump, a menos que deje la Casa Blanca en los próximos días. “Nancy Pelosi, iniciará un «Impeachment» si el vicepresidente Mike Pence no toma en algún momento del día la iniciativa de invocar la vigésimo quinta enmienda de la constitución estadunidense para buscar el remplazo del presidente Donald Trump”
“Nancy Pelosi, iniciará un «Impeachment» si el vicepresidente Mike Pence no toma en algún momento del día la iniciativa de invocar la vigésimo quinta enmienda de la constitución estadunidense para buscar el remplazo del presidente Donald Trump”
Hoy se dio a conocer una serie de medidas en contra de Trump y los republicanos por parte unas tres grandes empresas que suspenderán sus donaciones a los legisladores que trataron de frenar a Joe Biden como próximo mandatario, señaló José Carreño Figueras, periodista internacional especialista en temas de México y Estados Unidos.
Agregó que también se está pidiendo la renuncia de por lo menos dos senadores entre ellos el texano Ted Cruz, que fueron los que encabezaron el movimiento por cancelar las elecciones y varias empresas están retirando sus empresas de todo lo relacionados con Trump como son sus campos de golf.
“De repente se dan cuenta que el señor Trump, pues era negativo para los Estados Unidos pese a que todas las informaciones y todos los hechos señalaban esa situación”.
Carreño Figueras recordó que en 1974 dos senadores republicanos visitaron al presidente Richard Nixon una noche anterior al inicio de su juicio de sustitución por el caso de Watergate para proponerle que renunciara y no se viera sometido a la “humillación” de quitarle el poder.