La titular de patentes del IMPI, Eulalia Méndez reconoció, a una semana de que entró en vigor la Nueva Ley de Propiedad Industrial, que el papel de la institución es “no estorbar”.
Adriana Esthela Flores
La burocracia para otorgar patentes en México ha afectado al sector nacional, pues de 16 mil 600 solicitudes que se presentan cada año, solo el ocho por ciento son nacionales y el resto, extranjeras, indicaron cifras del Instituto Mexicano de Propiedad Industrial.
Durante un foro organizado por la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica, la directora de Patentes del IMPI, Eulalia Méndez, explicó que entre 2013 y 2019, el promedio anual de solicitudes de patentes por parte de nacionales fue de mil 300, contra más de 15 mil por parte de personas extranjeras. La funcionaria advirtió que, comparado con la capacidad administrativa de otros países, México lleva una desventaja de dos años para estos trámites.
«Tenemos innovaciones que nos da mucha tristeza porque nosotros mismos tenemos que declarar la caducidad, innovaciones que se les otorgó el derecho de patente, que tiwenen ese derecho durante 20 años, pero que al no poder encontrar eco en el sector económico los investigadores o las universidades no pueden sostener económicamente las anualidades que implica tener una concesión, y terminan por abandonarlo.
A este escenario se suma la desmotivación: de 2 mil 700 patentes abandonadas al año, 15 por ciento son por parte de solicitantes de México y 85 por ciento del extranjero. La funcionaria reconoció que muchas solicitudes se quedan en el camino por falta de estímulos y una mayor sincronía con el sector privado e industrial.
«Y nosotros como autoridad en materia de propiedad industrial, ¿qué nos toca? No estorbar, no generarle burocracia al investigador, al innovador. Esta es la única manera en que nosotros podemos apoyar para que pueda haber una inversión inteligente y tengamos en este país una política industrial a favor de la innovación».
China es el principal generador de patentes, al otorgar 432 mil 147 en 2018. En el mismo año, Estados Unidos otorgó 307 mil 759. En México, de 16 mil 424 solicitudes, solo se otorgaron 8 mil 921. Casi la mitad de solicitantes proviene de instituciones públicas, 24% son de inventores independientes y 27% del sector privado. Mayra Pérez, directora de la Unidad de Desarrollo e Investigación en Bioprocesos del IPN, reconoció que a las instituciones públicas les ha faltado reducir trámites y capacitar a personal de ciencia e investigación sobre la comercialización de sus proyectos.
«En las instituciones públicas debemos disminuir la bucrocracia, favorecer de una manera más dinámica que las innovaciones se transfieran. Las instituciones públicas mexicanas son extremadamente burocráticas».
México tiene capacidad y talento para desarrollar ciencia, pero falta un clima favorable para las inversiones, reconoció Marianela Beltrán, directora de Patentes del Grupo Grünenthal en América Latina. Muestra de ello es que de 3 mil 860 estudios clínicos sobre Covid-19 que actualmente se desarrollan en todo el mundo, 86 corresponden a México mientras que Sudamérica tiene 206.
«Tenemos la calidad, pero para eso necesitamos contar con este ecosistema de innovación que realmente dé las garantías para poder atraer las inversiones extranjeras que fortalezcan este círculo virtuoso».
Aunque en el periodo de 2003 a 2016, México aumentó sus publicaciones científicas de coautoría internacional hasta alcanzar a más de 8 mil, la cifra quedó lejos del promedio de los países de la OCDE, que sumaron más de 30 mil. Por ello, Beltrán insistió en que las instituciones públicas deben reforzar el vínculo con la industria.