En 2020, siete niñas, niños y adolescentes fueron asesinados cada día y, de enero a septiembre, mil 777 menores fueron víctimas de homicidio por grupos criminales, de acuerdo con la REDIM.
Elsy Cerero
El pasado 4 de noviembre se reportó el asesinato de 2 niños mazahuas en el Centro histórico de la Ciudad de México, hecho que causó indignación pero desde hace una década la Red por los Derechos de la Infancia en México, REDIM, alertó del peligro que representa la delincuencia organizada para niños, niñas y adolescentes.
La organización denunció el incremento de la violencia contra la niñez. De enero a septiembre de este año, mil 777 niñas, niños y adolescentes han sido víctimas de homicidio. “Diariamente asesinan a siete y desaparecen a otros siete, en total impunidad”, acusó la organización.
El director de REDIM, Juan Martín Pérez, dijo que en el contexto de la pandemia se incrementó el reclutamiento de menores por la delincuencia vía digital, lo que lamentó no ha sido atendido. Mientras que en el caso de los adolescentes indígenas con toda la barbarie que ocurrió su homicidio, dijo, lo único que muestran es un acto de terror para dar evidencias del poder territorial que han logrado estos grupos criminales.
«REDIM ha alertado desde hace mucho tiempo de este aumento, pero nos han ignorado. En el caso de la Ciudad de México, hay que verlo con carácter metropolitano. De los 583 casos registrados de niñas, niños y adolescentes desaparecidos desde 2006 a la fecha, la mitad de estos 273 ocurrieron en 2019 y 2020; es decir, es muy grave porque en realidad como marcaban los otros indicadores se han duplicado las desapariciones,» comentó.
De acuerdo con información del gobierno, en 2019 unos 460 mil menores de edad engrosaban las filas del crimen organizado, reclutando a quienes no estudian ni trabajan, a quienes en administraciones pasadas denominaban “ninis”; el blanco más fácil de la delincuencia organizada, en donde ven un medio rápido para lograr sus metas, pues es ahí donde acceden a grandes sumas de dinero.
Pérez García habló del denominado “Diamante delincuencial” que tiene que ver con municipios conurbados del Estado de México: Tlalnepantla, Ecatepec, Chalco y Nezahualcóyotl, con las alcaldías de Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Cuauhtémoc e Iztapalapa de la Ciudad de México, donde acumulan el mayor número de hechos delictivos contra niñas, niños y adolescentes en desapariciones, homicidios, violaciones y adolescentes en conflicto con la ley.
«Si nosotros vemos indicadores de esos municipios, estamos hablando de un escenario de crimen organizado donde desde hace mucho tiempo operan los cárteles de la droga o grupos criminales y tienen control territorial en muchas de estas zonas. Y es ahí donde se da el reclutamiento».
Juan Martín Pérez, director de REDIM
Otro sector captado por la delincuencia organizada es el de niños de la calle. REDIM tiene por lo menos 7 años denunciando que los grupos callejeros han sido acosados por estos grupos criminales para aislarlos, usarlos como cubierta para algunos de los crímenes y muchos de ellos lamentablemente son reclutados y capturados antes incluso que de permanecer en calle.
A pregunta expresa sobre el panorama inmediato de violaciones a los derechos de los niños, en un ámbito de pandemia por coronavirus, la respuesta de Pérez García no fue nada halagüeña. Afirmó siguen privando los intereses político electorales, económicos, incluso personales y no el interés superior de la niñez que son 40 millones de personas que representan el 31% de la población y son totalmente ignorados e invisibles.
Lo que viene es muy grave, ya lo estamos viendo. La OIT calcula que por cada punto porcentual de pobreza crece el .7 % de trabajo infantil, es decir sin salarios o bajos salarios es que familias involucran a trabajo infantil. Esto ya en los cálculos, el último dato oficial de octubre de 2019 eran 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes trabajando.
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