Alina da un giro feminista al mariachi y aborda temas sociales. Con su canción “Llegar a Casa” obtuvo el tercer lugar en el Concurso de Canción Feminista de la UNAM, inspirándose en su experiencia con la justicia restaurativa y la necesidad de cambio.
Julian Vásquez
Para Alina Aksiyote, la música va más allá de los acordes y melodías; desde hace tres años, con su proyecto “Alina la Histérica” reversiona icónicas canciones populares de mariachi con un sentido feminista: De “Mátalas” trajo “Déjalas” y de “El Rey” escribió “El wey”, rolas que además de hacernos bailar, nos cuestionan la forma en la que se suele retratar a las mujeres en la música, el cine o en la vida real.
“Para mí la música es una forma de comunicar un sentir. Yo hago mucha música de protesta, entonces comunicar lo que estoy viendo, lo que estoy viviendo, lo que quiero cambiar del mundo, a través de la música. Es una manera de llegarle a otras personas, que, pues igual y una conversación o una noticia, nunca llegarían de la misma forma”.
Pero su interés por las canciones de protesta no llegó de la nada, comenzó en la universidad:
“Escribí una canción también en honor a Alexis, una mujer de 19 años que fue asesinada y todas las mujeres que protestaron por ella. Donde llegaron policías y empezaron a disparar a las personas que estaban manifestándose por ella. Para mí, desde ahí empecé con la música feminista”.
Rolas para cambiar el sistema
Con “Llegar a Casa”, Alina participó en el tercer Concurso de Canción Feminista Organizado por la Casa del Lago de la UNAM. En él, Valeria Odette Barrera Gutiérrez ganó por “Girasoles”. Alina, que se llevó el tercer puesto, miró al concurso como un homenaje a todas quienes han marcado con su canto un impulso de cambio.
“Esta canción propone una forma de repensar completamente nuestro sistema que ahorita es un sistema simplemente de castigo y que no responsabiliza a las personas que han cometido violencia o crímenes, entonces de eso va la canción “Llegar a Casa”; qué es lo que realmente nos va a librar de este patriarcado, de este sistema de violencia que no termina”.
“Llegar a casa” surgió de una experiencia de voluntariado, donde Alina vio de primera mano la necesidad de un sistema de Justicia de Restaurativa y antipunitivista.
“Era parte de un programa de talleres de escritura donde llevamos a la cárcel y hacíamos una obra en conjunto todos los participantes escribiendo, de sus experiencias, lo que habían vivido llegando a la cárcel; sus arrepentimientos, sus sentimientos. Y me di cuenta, justo esto de que las cárceles solo refuerzan los mismos factores que causan la violencia”.
Música y antipunitivismo
Como se logra escuchar en la canción, la justicia restaurativa busca reparar el daño causado por un delito, en lugar de centrarse solo en castigar al culpable. Involucra a todas las personas afectadas (como víctima e infractor), para encontrar soluciones. Así se ayudaría a sanar las heridas, asumir responsabilidades y restaurar las relaciones.
“Un sistema de justicia restaurativa no es justificar la violencia que se cometió, pero sí es tratar de pensar en una manera de romper este ciclo de violencia. Si tú encarcelas a alguien por un feminicidio, un crimen quizás temporalmente se siente que ‘hay, bueno, esa persona ya no le va a poder hacer daño a nadie desde la cárcel’, pero todo lo que se rompe al no realmente tratar de transformar a esa persona, creo que la justicia restaurativa nos da otra forma de pensar como en la reparación”.
El próximo año, Alina tiene planeado lanzar un álbum completo abordando este y más temas que le preocupan, de la mano de uno de sus géneros favoritos: la cumbia.
“A veces siento que con la música de protesta se siente como ‘bueno, este tema es tan fuerte, tiene que ser una canción solemne o tiene que ser muy lenta o tiene que ser en menor’, y yo creo que, de hecho, justo hacer música como bailable, que tiene estos temas, puede justo crear este sentimiento de que sí es posible cambiar las cosas”.
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