México se ha propuesto terminar con el uso indiscriminado de plaguicidas. El Gobierno ha ordenado la prohibición del glifosato –el herbicida más utilizado en el mundo– para 2024. El decreto presidencial publicado el 31 de diciembre de 2020, que también busca prohibir el maíz transgénico, argumenta que “tiene efectos nocivos en la salud, tanto de los seres humanos como de algunas especies animales”.
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IMER Noticias
México se ha propuesto terminar con el uso indiscriminado de plaguicidas. El Gobierno ha ordenado la prohibición del glifosato –el herbicida más utilizado en el mundo– para 2024. El decreto presidencial publicado el 31 de diciembre de 2020, que también busca prohibir el maíz transgénico, argumenta que “tiene efectos nocivos en la salud, tanto de los seres humanos como de algunas especies animales”.
En la Primera Emisión de IMER Noticias conversamos con Malin Jönsson, coordinadora de la Fundación Semillas de Vida y parte de la Campaña Sin Maíz no Hay País, quien explicó que el uso indiscriminado del glifosato tiene un impacto negativo en varios niveles.
“El glifosato es un herbicida. Eso implica que está hecho para matar a plantas y en sí implica una amenaza contra la agrodiversidad porque está matando muchas plantas, pero la amenaza va más allá, porque también contamina el agua y ahí afecta organismos acuáticos, anfibios y aves. Además amenaza la biodiversidad de los insectos como abejas y otros polinizadores, entonces a través de prohibirlo, a través de eliminar su uso estamos beneficiando al medioambiente”
Asimismo, el uso de esta sustancia pone en riesgo la salud humana, agregó Malin Jönsson.
“Es una sustancia química que la Organización Mundial de la Salud ha declarado como potencialmente cancerígeno. Es una conclusión a la que llegaron tras revisar más de mil estudios y es relevante porque desafortunadamente cuando el glifosato se aplica, se queda en los productos agrícolas, sobre todo en los transgénicos (…). Se ha detectado el glifosato en muchos alimentos, pero sobre todo en productos derivados de la soya y maíz transgénicos.”
Por ello, la prohibición y eliminación gradual del uso de glifosato puede ser el primer paso hacia un modelo agroalimentario basado en una producción amigable con el medioambiente, la agricultura y la salud pública.
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