El gobierno de López Obrador se proclamó antineoliberal, pero mantiene una continuidad de la lógica extractivista y de megaproyectos, coincidieron tres mujeres que representan a distintos sectores en el país.
Redacción IMER Noticias
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene una continuidad de la lógica extractivista y de megaproyectos, por lo que «ha dejado mucho que desear».
En eso coincidieron tres mujeres que representan a distintos sectores en el país, durante una mesa de diálogo organizada por IMER Noticias para analizar los primeros dos años de la actual administración.
El balance de los primeros dos años de gobierno
Este gobierno ha sido muy contradictorio y con falta de rumbo, consideró Daylin García, activista social de Mexicali, Baja California, quien añadió que la administración de López Obrador despertó tanta expectativa y tanta esperanza a lo largo del país, que ha dejado mucho que desear.
Comentó que el actual gobierno federal no está combatiendo la corrupción, cuando era su principal bandera.
«Ha sido un gobierno, en muchas esferas, muy austero y hay que reconocerle eso, pero esa austeridad viene únicamente de ciertas líneas o datos concretos que ellos nos hacen ver; es decir, no es un gobierno transparente del todo. Y eso lo podemos ver en que batallamos mucho para dar con información en las páginas web, cosa que con gobiernos anteriores no era tan complicado».
Daylin García, activista
Daylin García añadió que el gobierno federal ha fallado en algunas estrategias, como el cuidado de la salud, así como el cuidado del empleo, la inversión y el capital privado de los micro, pequeños y medianos empresarios.
«Tenemos fuga de inversión extranjera, el capital privado tampoco se está cuidando. Se ha privilegiado a ciertos grupos del sector empresarial; por alguna razón se ha decidido hacer esos megaproyectos pero no ha sido una apertura general para el sector económico que sí pueda tener una responsabilidad social. Necesitamos un sector económico fortalecido, que dé empleos de calidad, pero no hemos tenido esas esferas», aseguró.
Josefa Sánchez Contreras, investigadora zoque de Chimalapas, Oaxaca, afirmó que, a dos años del gobierno de la Cuarta Transformación, se ve una continuidad de la lógica extractivista y de despliegue de megaproyectos, que derivan en una serie de conflictos socioambientales.
En este sentido, expresó que «en materia de derechos indígenas y en el marco de una profunda crisis ambiental, agudizada por la pandemia de este año, el gobierno de la 4T ha agudizado la instauración de minería, de extracción de petróleo. Su gobierno se ha visto atravesado por tres grandes megaproyectos: el Plan Integral Morelos, el Corredor Interoceánico y el Tren Maya».
«Esos tres megaproyectos están tensando y agudizando a tal grado que en dos años de gobierno han pasado tres secretarios de Medio Ambiente. Esto quiere decir que dentro del mismo gobierno de la 4T hay profundas contradicciones que hoy día están estallando y se están desbordando».
Josefa Sánchez Contreras, investigadora zoque
Josefa Sánchez añadió que el gobierno lo que ha reflejado es que se encuentra sujeto a los intereses de los empresarios antes que a respetar los derechos de los pueblos indígenas y a reconocer las grandes movilizaciones que están llevando, como el movimiento feminista o el movimiento de la defensa del territorio. Por ello valoró como «caótico» lo que va de la administración de López Obrador.
En tanto, Kathia Núñez Martínez, estudiante de maestría en Estudios de la Cultura y la Comunicación por la Universidad Veracruzana, coincidió en que se ha visto bloqueada la participación democrática para decidir sobre los megaproyectos.
Mencionó como ejemplo que en marzo pasado, en medio de la pandemia, se realizó en Baja California la consulta sobre Constellation Brands, en la que la población salió a emitir su opinión pese al riesgo que representaba. «En primer lugar, los derechos humanos, como sabemos, no se consultan. Pero en esta propuesta de hacer ejercicios democráticos se tuvo que haber detenido el proyecto y aplazado la consulta, para que fuera realmente un ejercicio democrático».
«Me da mucho gusto que coincidimos en la visión, empezando por esta incongruencia de que desde un principio se proclamó como un gobierno antineoliberal, y estos ejercicios que se están realizando de los megaproyectos, es claramente algo que va en contra de esa premisa».
Kathia Núñez Martínez, estudiante de maestría en Estudios de la Cultura y la Comunicación
Los retos del gobierno rumbo al tercer año
Estamos ante un momento decisivo porque, en medio de una pandemia, estos proyectos siguen avanzando y son recursos fundamentales para la vida, consideró Kathia Núñez Martínez.
Al respecto, Daylin García dijo que se tiene que generar una especie de apertura con organismos de la sociedad civil, aquellos que están trabajando por hacer un poco más llevadera esta parte de la pandemia, y apoyar a tantas familias que de verdad lo requieren, «no por un asunto proselitista sino por un tema de derechos humanos, que se requiere».
Y por otra parte, planteó, se requiere una urgente apertura al diálogo, a ponerse de acuerdo con los pequeños y microempresarios, incluso con la oposición.
«Creo que son tantas las tareas pendientes, pero sobre todo el tema de que como ciudadanos no nos cansemos y que sigamos participando».
Daylin García, activista
Finalmente, Josefa Sánchez Contreras afirmó que hay que dejar atrás la visión hegemónica del gobierno y pensar en procesos organizativos que se están construyendo desde los pueblos, desde la luchas de las mujeres, de los trabajadores.
«El horizonte que nos trazan las experiencias y de dónde venimos muchas de nosotras, es un vínculo entre la sociedad civil y los pueblos indígenas con el movimiento tan álgido de las mujeres organizadas, feministas o no feministas de nuestro país. Que estamos evitando y trabajando por que este país no se vaya al abismo y sigamos teniendo estos derechos que nos han costado: derechos laborales, derechos de los pueblos y derechos, sobre todo, al agua a la tierra y a seguir viviendo en nuestros territorios».
Josefa Sánchez Contreras, investigadora zoque