En esta mesa de análisis, especialistas en comunicación revisan el actuar del funcionario de Salud ante la pandemia de covid-19.
María Fernanda Salazar Mejía y Daniel Blancas, en la mesa con Elia Baltazar.
IMER Noticias
Estar 15 meses hablando todos los días sobre la pandemia de covid-19 en transmisión nacional no sólo agotó la imagen del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, sino que también provocó que cometiera el error de actuar como político y desvirtuara su labor científica, lo que le habría restado credibilidad.
De esto hablaron los expertos en comunicación María Fernanda Salazar Mejía, vicepresidenta en Impacto Social Metropolitan Group, y Daniel Blancas, coordinador de investigaciones especiales en La Crónica.
“Gatell era un hombre mucho más terso, mucho más jovial, sin tanta exasperación, y en las últimas semanas Gatell estaba muy inclinado a tener confrontación con los medios de comunicación, a responder de manera áspera, lo que no hacía. Yo creo que en ese sentido Gatell fue cambiando, también hay que considerar que fue centro de discordia, recibió acoso de diversos tipos y eso lo hizo estar a la defensiva. Yo decía de una manera coloquial que se volvió un Amlito chiquito, un pequeño AMLO que está más inclinado a tener esa rispidez con los medios, lo que no ocurría antes”, dijo Blancas.
Para Salazar, el desgaste es natural debido a un proceso en el que el funcionario tenía que aparecer públicamente todas las tardes y someterse al escrutinio permanente de la ciudadanía.
Y es precisamente esa exhibición pública la que también lo expuso en el ámbito político, principalmente cuando cometía errores.
“Hay una falla al haber permitido que la misma persona que era especialista se convirtiera no sólo en el especialista hablando de la pandemia, sino en el político especialista hablando de la pandemia; ahí es donde Gatell empieza a perder credibilidad”.
Consideró que el peso de lo político tuvo que haber estado subordinado a una posición mucho más neutral, únicamente enfocada a la figura experta que diera certeza a la sociedad de lo que estaba sucediendo.
“Gatell se enganchó, Gatell decidió tomar una posición no sólo de ser el vocero del gobierno en la pandemia, sino ir mucho más allá, al grado de empezar abiertamente a generar enfrentamientos con medios de comunicación y también a tomar actitudes que no eran las adecuadas en muchos momentos, como insistir en este tema del uso del cubrebocas o el hecho de haberse ido en los días y meses más delicados de la pandemia a pasar unas vacaciones a Puerto Escondido. Sí me parece que pone en duda la ética del servidor público en medio de una situación como la que estábamos y la que seguimos estando, entonces sí era inevitable la parte política”.
Blancas, por su parte, dijo que Gatell, al ser vocero de un gobierno que tiene opositores, se expuso inevitablemente al tema político y cometió errores en el camino, como dirigir mensajes contradictorios y lanzar pronósticos equivocados de subidas y bajadas de la pandemia; sin embargo, pidió no dejar toda la responsabilidad sobre la espalda del funcionario y aceptar la corresponsabilidad social en todos los sectores.
“Todos somos actores de la sociedad y no podemos culpar a un solo hombre de la pandemia; evidentemente él era el vocero de parte del gobierno, pero ante una pandemia tan irreverente, tan insospechada, tan impredecible, evidentemente no todo estaba en la mesa de juego. Había cuestiones que los propios científicos van conociendo día a día, que las propias instituciones iban digiriendo, entonces yo creo que somos injustos y ponemos en la espalda de Gatell todo el peso de la pandemia”.