Falleció a los 87 años, el escultor Pedro Cervantes, Premio Nacional de Ciencias y Artes e integrante de la Academia de Artes.
Nacido en 1933, en la Ciudad de México, Pedro Miguel de Cervantes Salvadores trabajó con maestría los metales y su obra realza distintos espacios públicos en México.

Pedro Cervantes estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas en la Academia de San Carlos de la UNAM, bajo la cátedra de Ignacio Asúnsolo, Luis Ortiz Monasterio y Germán Cueto.
A los 7 años creó su primera escultura y con el paso de los años su estrecha amistad con David Alfaro Siqueiros, le llevó a interesarse por los “murales escultóricos”, lo que le llevó a familiarizarse con técnicas como la piroxilina y el acrílico

Un artista que se recicló constantemente:
En 1966, su obra monumental “Máquina del espacio”, marcó el inicio de su trabajo con elementos industriales, incorporando hierro forjado y soldado, chatarra, acero inoxidable y madera, convirtiéndose en uno de los primeros artistas conceptuales.
Pedro Cervantes participó en varias exposiciones individuales y colectivas en México, Estados Unidos, Panamá, Venezuela, Inglaterra, Francia y Japón; a lo largo de su carrera obtuvo diversos reconocimientos por su trabajo entre ellos el premio “Elías Sourasky” por su escultura Ícaro, el premio del “Salón de la Plástica Mexicana” por Epicicloide (1972) y el premio Presidente Nobutaka Shikinai de Japón. Además fue Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008 y perteneció al Sistema Nacional de Creadores y fue miembro de la Academia Mexicana de las Artes.

Algunas de sus esculturas más conocidas son “Sirena y Astronauta”, “El hombre y la pesca” y “El Águila y la Serpiente”.
Pedro Cervantes fue un creador que disfrutó la vida, el canto y la palabra